domingo, 18 de mayo de 2014








El Icue y…la mediocridad del FC Cartagena

“Las derrotas nos obligan a volver a lo esencial”. (Roland Lavallée)

Nada más terminar el sorteo, conocerse el rival que la había correspondido a nuestro FC Cartagena, el Icue recibió una llamada desde Asturias para advertirle ¡Cuidado Icue, el equipo que os ha correspondido para dilucidar la primera eliminatoria de esta fase de ascenso 2013- 2014 no es un equipo de pueblo, no es un equipo construido con remiendos y no es un equipo blandito! No. Es este un equipo de ciudad y lo comprobaréis. De una ciudad, la tercera asturiana,  con más de 85.000 habitantes y 25 kilómetros cuadrados de extensión, que creció envuelta en humos y hoy renace como polo cultural y se ofrece al mundo con el único edificio en España del arquitecto brasileño de 103 años, donde la historia te sale al paso y simplemente se ve. Es un equipo aguerrido como si quisiera recordar a ese Avilés transformado prodigiosamente tras su negro pasado siderúrgico. Y es un conjunto fortachón, fundido y armado en esos crisoles de su pasado siderúrgico.

Y, efectivamente, así ha sido y así lo hemos visto todos en esta mañana que todos pensábamos iba a ser calurosa y miren ustedes ha sido fresca y hasta lluviosa, como si quisiera honran a estos visitantes venidos desde los mares del norte. Y la verdad que los ha honrado, protegido y hasta conducido hacia esa victoria, 1 – 3, que siendo objetivos, querido Icue, condena al FC Cartagena a seguir una temporada más navegando con muchas turbulencias por los mares de la casi eterna 2ª B para nuestro Cartagena.


Hay en Avilés un dulce, un bombón, inspirado y construido con la forma de ese ovni semejante al del Centro Niemeyer. Lo llaman bombón “niemeyita” y es toda una delicia culinaria probarlo. Y tomándolo como metáfora esto es lo que ha sido nuestro Cartagena paro los muchachos de Uribe, un bombón, no sé si “niemeyita” pero si dulzón, tan dulzón y deshecho como ese dulce tan cartagenero, tan nuestro, como son “las flores de novia” que nada más tocar su hojaldre se destruyen en mil pedazos.

Eran poco más de las 10:30 cuando me acerqué hasta los aledaños del Cartagonova para ver a MI EQUIPO, deseaba verlos, iban como enjaulados en ese autobús que transportaba todas la ilusiones de una temporada de un grupo de jabatos liderados por Tevenet y una serie de guerreros escoltados por un Gran Capitán, Mariano, dispuestos a certificar, junto a sus discípulos y comandados,  con hidalguía, infinito ardor y una buena dosis de fútbol la gloria soñada de La Segunda División al quijotesco grito de  “sí se puede”.  
Me pareció tras los cristales del autobús intuir, más que ver, todo un reguero emocional, un mayúsculo acto de fe, una conjuración  hacia la superación de esos seis peldaños que les restaban para alcanzar el objetivo de ascender. Hoy, 18 de mayo, a la hora del aperitivo, iba a comenzar esa colosal travesía hacia La Liga Adelante que sabíamos lo hacía a orillas de nuestra Rambla y ya conocemos el lugar y la ciudad del término de nuestra esperanza agotada.


¿Qué ha pasado, querido Icue, para que parte de esos pocos, poquísimos, pero ilusionados, muy ilusionados y esperanzados 4688 espectadores comenzasen a abandonar el estadio antes de la terminación del partido? 

¿Qué ha pasado para que un terco, muy terco Luis García Tevenet no acertase con la alineación y cayese en errores que pensábamos olvidados aunque los repitiese y repitiese a lo largo de la temporada?

¿Qué ha pasado para que Diego Segura y De Lerma no formasen desde el inicio parte de esta alineación?

¿Qué sucedió para que el entrenador reaccionase tan tarde, tan mal, tan nervioso a realizar los cambios que el equipo pedía?

Son interrogantes, que en su examen de conciencia, tendrá el deber de contestar. El Icue, siendo objetivo, manifiesta que nuestro FC Cartagena no estaba preparado para pasar ese Himalaya del primer partido promocional y ese listón no ha podido superarlo y se ha acercado hasta él un tal Uribe, le ha dado una lección magistral de cómo se dirige y se gana un partido, lo ha descalabrado y ha distorsionado absolutamente el ritmo que decían llevaba nuestro equipo para salir de este primer envite. Los avilesinos han sabido hacer lo que tenían que hacer. Lo han hecho, con infinito ardor y hasta según el criterio del Icue, con una muy buena dosis de fútbol. El primer tanto de los de Iosu Uribe marcado por Nacho López en el minuto 16 de la primera parte retrató a la defensa del Efesé que apunta al borrón y cuenta nueva. Luego, un minuto después del descanso, Omar marcaría el segundo para los industriales. Todo comenzó a pintar muy mal y el partido y, en consecuencia, la eliminatoria se pusieron muy, muy, cuesta arriba. Había tiempo cuando Mejías fusilo el 1-2, pero Fernando continuaba en offside. Antoñito, Menudo y Zurdo se perdían en la izquierda. Los asturianos comenzaban a sufrir y pedían agua y el partido dejaba de serle plácido. Y con el Cartagena volcado llegó la penúltima contra y con ella el 1-3 apuntado por Camochu. Y entonces todos nos pusimos a pensar en el milagro. Y allí, en la grada, junto a mi asiento, un tal Pitu, deduzco que asturiano por el nombre, intentaba ser un aprendiz de hincha mientras su padre le decía: “Aunque no pesquemos, da igual. Lo estamos pasando en grande. ¿Verdad, Pitu?”. Y el Icue contemplando como el padre de Pitu le enseñaba a ser buen hincha. Madre mía. Y todo esto en el Cartagonova.

Quisiera para despedirme desearles que no desesperen, la vuelta está ahí, nos espera una grandiosa gesta, una heróica, y si no la conseguimos Nuestro FC Cartagena seguirá ahí girando y rotando como la Tierra, aunque tú y yo, efesemaníaco, nos hayamos quedado clavados en esta mañana no propia de mayo. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 5/18: ante diem quintum decimum Kalendas Iunias. Nº 334.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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