El Icue y…la mediocridad del FC Cartagena
“Las derrotas nos obligan a volver a lo esencial”. (Roland Lavallée)
Nada más terminar el sorteo, conocerse el rival que
la había correspondido a nuestro FC Cartagena, el Icue recibió una llamada
desde Asturias para advertirle ¡Cuidado Icue, el equipo que os ha correspondido
para dilucidar la primera eliminatoria de esta fase de ascenso 2013- 2014 no es
un equipo de pueblo, no es un equipo construido con remiendos y no es un equipo
blandito! No. Es este un equipo de ciudad y lo comprobaréis. De una ciudad, la
tercera asturiana, con más de 85.000
habitantes y 25 kilómetros cuadrados de extensión, que creció envuelta en humos
y hoy renace como polo cultural y se ofrece al mundo con el único edificio en
España del arquitecto brasileño de 103 años, donde la historia te sale al paso
y simplemente se ve. Es un equipo aguerrido como si quisiera recordar a ese
Avilés transformado prodigiosamente tras su negro pasado siderúrgico. Y es un
conjunto fortachón, fundido y armado en esos crisoles de su pasado siderúrgico.
Y, efectivamente, así ha sido y así lo hemos visto
todos en esta mañana que todos pensábamos iba a ser calurosa y miren ustedes ha
sido fresca y hasta lluviosa, como si quisiera honran a estos visitantes
venidos desde los mares del norte. Y la verdad que los ha honrado, protegido y
hasta conducido hacia esa victoria, 1 –
3, que siendo objetivos, querido Icue, condena al FC Cartagena a seguir una
temporada más navegando con muchas turbulencias por los mares de la casi eterna
2ª B para nuestro Cartagena.
Hay en Avilés un dulce, un bombón, inspirado y
construido con la forma de ese ovni semejante al del Centro Niemeyer. Lo llaman
bombón “niemeyita” y es toda una delicia culinaria probarlo. Y tomándolo como
metáfora esto es lo que ha sido nuestro Cartagena paro los muchachos de Uribe,
un bombón, no sé si “niemeyita” pero si dulzón, tan dulzón y deshecho como ese
dulce tan cartagenero, tan nuestro, como son “las flores de novia” que nada más
tocar su hojaldre se destruyen en mil pedazos.
Eran poco más de las 10:30 cuando me acerqué hasta
los aledaños del Cartagonova para ver a MI EQUIPO, deseaba verlos, iban como
enjaulados en ese autobús que transportaba todas la ilusiones de una temporada
de un grupo de jabatos liderados por Tevenet y una serie de guerreros
escoltados por un Gran Capitán, Mariano, dispuestos a certificar, junto a sus
discípulos y comandados, con hidalguía,
infinito ardor y una buena dosis de fútbol la gloria soñada de La Segunda
División al quijotesco grito de “sí se
puede”.
Me pareció tras los cristales del autobús intuir,
más que ver, todo un reguero emocional, un mayúsculo acto de fe, una
conjuración hacia la superación de esos
seis peldaños que les restaban para alcanzar el objetivo de ascender. Hoy, 18
de mayo, a la hora del aperitivo, iba a comenzar esa colosal travesía hacia La
Liga Adelante que sabíamos lo hacía a orillas de nuestra Rambla y ya conocemos
el lugar y la ciudad del término de nuestra esperanza agotada.
¿Qué ha pasado, querido Icue, para que parte de esos
pocos, poquísimos, pero ilusionados, muy ilusionados y esperanzados 4688 espectadores comenzasen a
abandonar el estadio antes de la terminación del partido?
¿Qué ha pasado para que un terco, muy terco Luis
García Tevenet no acertase con la alineación y cayese en errores que pensábamos
olvidados aunque los repitiese y repitiese a lo largo de la temporada?
¿Qué ha pasado para que Diego Segura y De Lerma no
formasen desde el inicio parte de esta alineación?
¿Qué sucedió para que el entrenador reaccionase tan
tarde, tan mal, tan nervioso a realizar los cambios que el equipo pedía?
Son interrogantes, que en su examen de conciencia,
tendrá el deber de contestar. El Icue, siendo objetivo, manifiesta que nuestro
FC Cartagena no estaba preparado para pasar ese Himalaya del primer partido
promocional y ese listón no ha podido superarlo y se ha acercado hasta él un
tal Uribe, le ha dado una lección magistral de cómo se dirige y se gana un
partido, lo ha descalabrado y ha distorsionado absolutamente el ritmo que
decían llevaba nuestro equipo para salir de este primer envite. Los avilesinos
han sabido hacer lo que tenían que hacer. Lo han hecho, con infinito ardor y
hasta según el criterio del Icue, con una muy buena dosis de fútbol. El primer
tanto de los de Iosu Uribe marcado por Nacho López en el minuto 16 de la
primera parte retrató a la defensa del Efesé que apunta al borrón y cuenta
nueva. Luego, un minuto después del descanso, Omar marcaría el segundo para los
industriales. Todo comenzó a pintar muy mal y el partido y, en consecuencia, la
eliminatoria se pusieron muy, muy, cuesta arriba. Había tiempo cuando Mejías
fusilo el 1-2, pero Fernando continuaba en offside. Antoñito, Menudo y Zurdo se
perdían en la izquierda. Los asturianos comenzaban a sufrir y pedían agua y el
partido dejaba de serle plácido. Y con el Cartagena volcado llegó la penúltima
contra y con ella el 1-3 apuntado por Camochu. Y entonces todos nos pusimos a
pensar en el milagro. Y allí, en la grada, junto a mi asiento, un tal Pitu,
deduzco que asturiano por el nombre, intentaba ser un aprendiz de hincha
mientras su padre le decía: “Aunque no pesquemos, da igual. Lo estamos pasando
en grande. ¿Verdad, Pitu?”. Y el Icue contemplando como el padre de Pitu le
enseñaba a ser buen hincha. Madre mía. Y todo esto en el Cartagonova.
Quisiera para despedirme desearles que no
desesperen, la vuelta está ahí, nos espera una grandiosa gesta, una heróica, y
si no la conseguimos Nuestro FC Cartagena seguirá ahí girando y rotando como la
Tierra, aunque tú y yo, efesemaníaco, nos hayamos quedado clavados en esta
mañana no propia de mayo. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 5/18: ante diem
quintum decimum Kalendas Iunias. Nº 334.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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