El
Icue y…cuando Armero remata al FC Cartagena
Esto lo escribió Kipling, y esto es lo que pensó el Icue
nada más finalizar el partido, ese partido que ha durado 96 minutos añadidos
por el colegiado catalán Víctor Manuel Sánchez Rico. Ha sido éste un partido
que pasó de ser fundamental a ser baladí, esencialmente por lo jugado por el FC
Cartagena durante el primer tiempo y hasta que Chus Hevia, minuto 72, marcó su
golazo de cada partido y esta tarde, que pudo ser de sábado de gloria, marcado
casi desde las montañas de los Lagos de Enol, allí cerca de su Santina,
allá en su Asturias querida. ¡Madre mía,
que golazo! ¡Dios mío lo que hemos visto en el Cartagonova, todos menos los que
comenzaron a desfilar después que Armero marcase, dos minutos antes, el segundo
para los de Arroyo de la Luz! ¡Increíble! Hevia volvía a dar vida al Efesé y
tapaba algún bocazas que otro en el Lateral Rambla. El Icue desea que este
jugadorazo juegue lo más alto que pueda y en equipos, si puede ser el nuestro,
mejor; que lleguen a final de mes con los dineros dispuestos para ingresar o ingresados
en su libreta económica. Es cierto que su golazo no sirvió para ganar, pero que
le quiten lo “bailao” al asturiano. FC
Cartagena 1 – Arroyo CP 2.
El FC Cartagena no pudo hacer estallar el grito del Aleluya
en esta tarde de Sábado Santo. El FC Cartagena no ha podido hacer estallar la
resurrección del pragmatismo después de las pasadas semanas de pasión de la
justicia en esa primavera que llevaba ceñida de flores entre la fe y la obscenidad
de sus dirigentes. Sí, ¡sépanlo! el señor Marcos que asistió al partido en el
palco, no aguantó los gritos de vete ya y al final del partido tuvo que hacer
mutis por el foro por una de las puertas del lateral Rambla, lo hizo como
escondido, como agazapado, imitando a ese niño que, lleno de fechorías, se
esconde para no ser pillado. El Icue esperaba y lo deseaba que el partido de
esta tarde más que un funeral fuese un saturnal. Pero no, no ha podido ser y se
ha parecido más a esos desfiles procesionales de avance lúgubres donde sólo se
nos muestra entre cirios, dalias, morados lirios y tambores cristos ensangrentados
y vírgenes con lágrimas de platino. El Icue pensaba que en esta Semana Santa iba
a llegar la tregua. No ha sido así porque de una pequeña ciudad vino un equipo,
que sin hacer demasiado y con un Pato, su entrenador, algo resentido y mostrándose
levantisco. Y con ello mandar, de nuevo al Efesé a pisar esas líneas rojas del
descenso.
Esta tarde desgraciadamente, desdichadamente, infernalmente,
deportiva, táctica y estratégicamente Manolo Palomeque no ha dado con la tecla.
Es cierto que el piano lo tiene en el vestuario del Cartagonova y, sin
pintarlo, las teclas siempre y por los siglos de los siglos son y serán
blanquinegras. Hoy no han marcado los sonidos de este equipo y han empezado a
sonar y marcar el ritmo saliéndose esas líneas del pentágrama que tardes
anteriores había diseñado el músico del Algar. Recuerdo un escrito de ese
genial director de cine que es Gonzalo Suárez en el que manifestaba que “el
cine es la mirada del directo” y el Icue, viendo el partido, ha recordado que
si esta frase vale para el cine, también debe valer para el fútbol. Un equipo
es la mirada del entrenador. Manolo Palomeque, al que saludé en la presentación
de "La Combina", me pareció un hombre tranquilo, y es de agradecer en
el FC Cartagena desquiciado de esta temporada, ha hecho lo imposible por salvar
del infierno a este nuestro Cartagena y hoy con la derrota ha debido darse
cuenta que las teclas blanquinegras de su piano, si exceptuamos a Chus Hevia,
no han sonado al quedarse la partitura absolutamente oscurecida.
Esta tarde, aun perdiendo, lo hemos comprobado: hay una
alineación clara, salvo lo obvio. Los jugadores fueron distribuidos
perfectamente sobre el bien cuidado césped del Cartagonova. Pero no se dio con
la tecla, estaban como consumidos por el vértigo de su situación: los meses de
la decadencia de Sporto Gol Man, los meses del comienzo de los impagos, los
meses del desastre de las idas y venidas de los uruguayos, los meses sin
entrenador. Y después de todo esto no debe extrañarnos que hoy cuando la cuarta
victoria seguida todos la esperábamos apareció el gesto enrojecido, la mueca
forzada, el resuello perdido. Todos, ellos también, acabamos mareados y sedientos,
desorientados y extenuados, rotos y descompuestos. Todavía la Semana de Pasión
no ha terminado. ¡¡¡Ay, ay, ay!!!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 3/29: pridie Nonas Apriles. Nº 368.
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