El Icue y…cuando la fe es ciega
Sí, sí ¡No nos vamos al garete! Porque esta tarde el
FC Cartagena en el Nuevo Arcángel ha dejado de hacer el Tancredo. Hoy sobre el
bien cuidado césped del Arcángel no han aparecido esos futbolistas de reparto, más
sus directores de escena plagiando a don Tancredo López, celebre sugestionador
de toros sobre el que Pepe Bergamín trazó un maravilloso retrato y que me ha
recordado a este Cartagena que hoy parece ha dejado de desangrarse portándose como
fieles corajudos herederos de don Tancredo López y dejándose de ser hombres
estatuas o estatuidos. Esta tarde los jugadores cartageneros han tenido la
particularidad de ganarse el pan y la vida sin hacer nada ajeno al sentido
ocioso, gratuito de la vida: al don prístino de vivir. El Icue conoce que Córdoba
es tierra taurina y que Tancredo en esta tarde abrileña solamente ha prestado
al FC Cartagena ese pedestal de medio metro de altura colocado en el centro del
redondel esperando le soltaran un miura cinqueño. El Cartagena lo ha esperado,
ha adaptado la suerte del pedestal, ha aguantado al “toro” a pie firme, encima
de esa pequeña plataforma. El “toro” se le acercaba al equipo cartagenero, lo
olía, quizá le rozaba pero, ante su absoluta fortaleza, su excelente defensa,
ha acabado entregando los tres puntos al aparecer Chus Hevia, otra vez el
asturiano, al marcar ese penalti que le hicieron cuando transcurría el minuto 33.
Yo estimado Icue hoy me quedo, con el consuelo de este triunfo, la fe de la
muchachada de Palomeque y con el taburete de “Don Tancredo”. ¡Por favor!, ¿dónde
hay un taburete para subirme a él con el deseo de cantarle esa coplilla un
tanto desangelada de Luis López Anglada:
““Fantasmón de cal y arena... /Blanco sin pena ni gloria / que no dejó más
memoria / de sí que una estatua al miedo, / Don Tancredo”.
Como la fe es ciega y la esperanza me brota a
borbotones recuerdo que, en la Edad Media, los hombres vivían y morían de
verdad, con los ojos abiertos y esto es lo que han hecho los jugadores de
nuestro Cartagena esta tarde en Córdoba: Cordoba
CF B 0 – FC Cartagena 1. El
cartagenerismo, hasta 30, se acercaron hasta el Arcángel cuando la vida y la
muerte izaban sus fulgores como dos poderosas reinas que parecían hermanas
siamesas, como queriendo arroparse más con las hojas del “Libro del Buen amor”
que con aquellas de los libros de bien morir que tanto nos helaban. Y es que el
FC Cartagena ha merodeado esta temporada todos los ciclos de la liturgia y en
todas las estaciones del año. El Icue sabe que hay equipos, compañeros de
viaje, para quienes la vida es sólo una larga agonía camino de la muerte,
mientras para otros, el rostro de cada abril volvía a sembrar en un mundo
enteramente nuevo. Y en este abril vuelve a estar el Efese y sin dejar el
presente difícil y arriesgado ya han tornado de nuevo a tener cerca la gloria
de la resurrección. Con la primavera ya aquí ha retornado Proserpina a la
superficie de los campos; con la primavera retorna también la esperanza de
salvación, como Proserpina, desde los infiernos.
Esta semana comenzará otra nueva historia de trabajo,
constancia y superación. De un grupo de Quijotes sin lanza que se han propuesto
conseguir un sueño que parecía casi imposible y que ahora, aún sin salir de su
asombro, es real. Este querido equipo con Rocinantes, sin Sanchos Panza, pero
con la imagen de Dulcinea siempre presente acaricia lo que todos muchas veces
durante esta temporada hemos pensado. Y en la Ciudad Portuaria, brindan con
alegrías.
El Icue con este triunfo desea a los de Córdoba que
disfruten en mayo con sus patios en marcha, con su flamenco, con la música sefardí
y la guitarra. Sabe que Córdoba es una ciudad de naranjas y azahar y de poetas
y, durante el sueño del tiempo, llegó a ser hogar de judíos, árabes y
cristianos y hoy ciudad en la que el FC Cartagena ha podido lograr el pasaporte
para seguir disputando fútbol en 2ª B.
El paseo hasta Córdoba ha terminado en el Nuevo
Arcángel. Los jugadores, equipo técnico y esos 32 esforzados seguidores de esa
grandiosa efesemanía necesitan una fuente antigua en la que combatir esos
pescozones de aire tibio de la tarde cordobesa. Esta tarde, es suficiente, un solo
caño de agua, como ese gol de Chus Hevia ha sido suficiente para calmar la sed.
Y uno se imagina a un Don Tancredo melancólico que después de sus aventuras se
para a pensar que de verdad existe algo que merece la pena y esto es nuestro,
vuestro, suyo Cartagena. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 4/11: ante diem
tertium Idus Apriles. Nº 369.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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