El
Icue y…cuando el FC Cartagena soltó dos sonoros ¡Zasca!
“Todo cuanto sé con mayor
certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”. (Albert Camus)
Querido
Icue, tú bien sabes aquello de que “no
hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista...”. Pues es a eso a lo
que se ha agarrado nuestro FC Cartagena, y ahí lo tienen, - ¡báilenlo! – que, con
la victoria de esta tarde, primer domingo de diciembre, son ya ocho jornadas
sin perder, con tres victorias consecutivas y sumando puntos de tres en tres. Y
la afición disfrutando, gozando y en posición de soñar.
Y
ahí tenemos a nuestro Efesé, cual zascandil, dando golpes repentinos después de
un irregular primer tiempo, desarrollando acciones prontas y bien pensadas
comparables a un candilazo. Y menudo candilazo es el que le ha soltado el
Cartagena esta tarde fría, no tanto, del previo invierno al todo bien plantado,
en el puesto quinto de la clasificación, La Hoya Lorca CF.
El
Icue intuía allá por los días de octubre, así lo escribió, que los agobios de
nuestro Cartagena y las inquietudes nerviosas de nuestro Víctor y la tristeza y
poco gol de nuestros jugadores iban a pasar a mejor vida, siempre ha sucedido
así a lo largo de la historia futbolística. Ya saben, ¿recuerdan?, fútbol es
fútbol. Hoy, gracias, muchas gracias equipo, ya son días de ilusión: razonable
o no, para el Icue siempre razonable, consciente o enajenada, consciente, muy
consciente para el Icue; días de reflexión: fundada en el esfuerzo y en el bien
hacer, encarando el futuro y aplicando a éste sus anteriores experiencias; días
de transición, que fácilmente este equipo siempre lo asoció con esa máxima filosófica
de “vive y deja vivir” que siempre estos chicos, aun en tiempos dificultosos,
nunca se mostraron inseguros, desconocidos y sí animosos y con estimulantes de
expectativas de gloria y mejoría. Días en los que los futbolistas, el cuerpo
técnico, presidente y allegados aleteaban prendidos en la liga que ha estado
yendo desde el sinvivir al gozar sobreviviendo. Ellos, los jugadores, nunca se resignaron
ante el sopor de los imprudentes y prefirieron ignorar lo que escribían sucedía
y para qué sucedía. Ellos, los jugadores, gracias, nunca volvieron la cara, hoy
se ha comprobado y ahí está el resultado, hacia las menudencias diarias, olvidando
su doliente ayer, y soñando con un mañana, que ha sido hoy, presentándose
luminoso y esperanzado.
Si
hasta hoy los tiempos futbolísticos fueron para nuestro Cartagena tiempos de transición
a partir del triunfo de esta tarde esos tiempos se han convertido en tiempos
gozosos tras una ráfaga de instintiva alegría, tras la exaltada y confusa
plenitud que sigue a una liberación. Ya, querido Icue, son tiempos preñados de
seguridad y buen fútbol, fútbol trepidante. Por lo que suponen de presencia de
vida futbolera palpitante, feliz, de proyección, de entrega, de
enriquecimiento, de sino compartido con la efesemanía.
Viendo
el resultado, y haciendo un seguimiento de cómo se ha producido, he recordado
la expresión interjectiva de ¡Zasca! Y me ha parecido el mejor, el más interesante,
uno de los mejores sintagmas exclamativos para definir y hasta para titular el
partido de esta tarde en el Cartagonova contra el “Brócoli mecánico” que hoy ha
gripado, fundamentalmente en el segundo tiempo: FC Cartagena 2 – La Hoya Lorca CF 0. Siempre supo el Icue la procedencia y la idea
definitiva del origen del interjectivo que, en sus principios fue una palabra, una
idea definitiva de su origen, que en sus principios fue una palabra por y para
adolescentes, que son, “per se”, creadores de unos grandes neologismos como
aquel que el joven y sabio Menudo, terminando la primera parte, soltó con garra
y le atizó al portero lorquino Salcedo, moviéndolo como si fuese un animalito,
ese ¡Zasca, como un zas en toda la boca! Y después, ya en la segunda parte, el
Icue no hizo otra cosa que pensar que el Efese, con Menudo a la cabeza, iba a
exclamar ante los lorquinos aquello de ¡Qué corte de partido! Y ¡Qué corte! les
habéis dado a los del campo lorquino como si el Cartagonova se hubiese
convertido en una aglomeración, grandiosa y hasta con ganas de permanecer en él
soñando con lo visto. Han sido 6675 cartageneristas de ambiente barrial
rumbero, ¡Corte, “Nano”! después que tomaste ese gran pase al espacio de Juanlu
en esa gran jugada para que tú, otra vez tú “Nano” marcases ese hermoso gol que
suponía el segundo cartagenero, ¡Corte, “Nano”! si hubieses marcado el tercero
o ese hat-trick con el que soñaste alguna vez, querido Menudo, Menudo de mi
alma, en esta tu nueva etapa cartagenerista ¡Corte “Nano”!, porque convertiste
el resultado en unos zascas andaluces luminosos, que tal y como iba el partido
han sonado tan estruendosamente que hasta se han extendido con la misma
velocidad de tus carreras hacia el área que no sólo se han oído por todo el
Campo de Cartagena, sino por todo el valle del Guadalentín y todas sus playas
limítrofes. Te diré, apreciado Menudo, que tu último ¡Zasca! de esta tarde se
ha oído en el quinto mundo y hasta ha bramado por todas las llamadas redes
sociales.
El
partido de esta tarde, apreciados lectores, ha sido un partido de ¡Zasca!, sin
réplica y a mayor gloria de la efesemanía, de sus jugadores, técnicos y dirigentes.
Ha sido un partido en el que los futbolistas se han hinchado tanto de balón, se
han apoderado tan gratamente de él, lo han sobado con tanta grandeza que el
¡Zasca en toda la boca! ha sonado con su profundo y sonoro carácter suavemente y
sin exceso de pleonasmos.
El
Icue, al acabar el partido, estaba tan emocionado, que no sabe, no se ha dado
cuenta, o no ha deseado ser consciente de si los dos ¡Zascas! que el Efesé le
ha zurrado a los del valle del Guadalentín les han hecho daño inmediato o
tendrán que pasar unos días para que se den cuenta, fundamentalmente, al
comprobar que el FC Cartagena ya les pisa los talones en la tabla
clasificatoria o, quizás, hasta los ha sobrepasado ya.
Termina
hoy el Icue celebrando, honrando y alegrándose con los ¡Zascas! del partido de
fútbol celebrado hoy en el Cartagonova recordando aquello con lo que encabezó
lo de hoy “Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones
de los hombres se lo debo al fútbol”. Lo he dicho: esto lo escribió Albert
Camus, el autor de “Calígula”, el creador de “La peste”', el Premio Nobel de
Literatura y un intelectual reivindicador del fútbol, que falleció a los 47
años en un incierto accidente de automóvil. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde
el “Rincón del Icue”. Dies 12/6: ante diem
octavum Idus Decembres. Nº 385.
Texto El Rincón del Icue.
Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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