domingo, 6 de diciembre de 2015






El Icue y…cuando el FC Cartagena soltó dos sonoros ¡Zasca!

“Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”. (Albert Camus)

Querido Icue, tú bien sabes aquello de  que “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista...”. Pues es a eso a lo que se ha agarrado nuestro FC Cartagena, y ahí lo tienen, - ¡báilenlo! – que, con la victoria de esta tarde, primer domingo de diciembre, son ya ocho jornadas sin perder, con tres victorias consecutivas y sumando puntos de tres en tres. Y la afición disfrutando, gozando y en posición de soñar.

Y ahí tenemos a nuestro Efesé, cual zascandil, dando golpes repentinos después de un irregular primer tiempo, desarrollando acciones prontas y bien pensadas comparables a un candilazo. Y menudo candilazo es el que le ha soltado el Cartagena esta tarde fría, no tanto, del previo invierno al todo bien plantado, en el puesto quinto de la clasificación, La Hoya Lorca CF.


El Icue intuía allá por los días de octubre, así lo escribió, que los agobios de nuestro Cartagena y las inquietudes nerviosas de nuestro Víctor y la tristeza y poco gol de nuestros jugadores iban a pasar a mejor vida, siempre ha sucedido así a lo largo de la historia futbolística. Ya saben, ¿recuerdan?, fútbol es fútbol. Hoy, gracias, muchas gracias equipo, ya son días de ilusión: razonable o no, para el Icue siempre razonable, consciente o enajenada, consciente, muy consciente para el Icue; días de reflexión: fundada en el esfuerzo y en el bien hacer, encarando el futuro y aplicando a éste sus anteriores experiencias; días de transición, que fácilmente este equipo siempre lo asoció con esa máxima filosófica de “vive y deja vivir” que siempre estos chicos, aun en tiempos dificultosos, nunca se mostraron inseguros, desconocidos y sí animosos y con estimulantes de expectativas de gloria y mejoría. Días en los que los futbolistas, el cuerpo técnico, presidente y allegados aleteaban prendidos en la liga que ha estado yendo desde el sinvivir al gozar sobreviviendo. Ellos, los jugadores, nunca se resignaron ante el sopor de los imprudentes y prefirieron ignorar lo que escribían sucedía y para qué sucedía. Ellos, los jugadores, gracias, nunca volvieron la cara, hoy se ha comprobado y ahí está el resultado, hacia las menudencias diarias, olvidando su doliente ayer, y soñando con un mañana, que ha sido hoy, presentándose luminoso y esperanzado.

Si hasta hoy los tiempos futbolísticos fueron para nuestro Cartagena tiempos de transición a partir del triunfo de esta tarde esos tiempos se han convertido en tiempos gozosos tras una ráfaga de instintiva alegría, tras la exaltada y confusa plenitud que sigue a una liberación. Ya, querido Icue, son tiempos preñados de seguridad y buen fútbol, fútbol trepidante. Por lo que suponen de presencia de vida futbolera palpitante, feliz, de proyección, de entrega, de enriquecimiento, de sino compartido con la efesemanía. 


Viendo el resultado, y haciendo un seguimiento de cómo se ha producido, he recordado la expresión interjectiva de ¡Zasca! Y me ha parecido el mejor, el más interesante, uno de los mejores sintagmas exclamativos para definir y hasta para titular el partido de esta tarde en el Cartagonova contra el “Brócoli mecánico” que hoy ha gripado, fundamentalmente en el segundo tiempo: FC Cartagena 2 – La Hoya Lorca CF 0.  Siempre supo el Icue la procedencia y la idea definitiva del origen del interjectivo que, en sus principios fue una palabra, una idea definitiva de su origen, que en sus principios fue una palabra por y para adolescentes, que son, “per se”, creadores de unos grandes neologismos como aquel que el joven y sabio Menudo, terminando la primera parte, soltó con garra y le atizó al portero lorquino Salcedo, moviéndolo como si fuese un animalito, ese ¡Zasca, como un zas en toda la boca! Y después, ya en la segunda parte, el Icue no hizo otra cosa que pensar que el Efese, con Menudo a la cabeza, iba a exclamar ante los lorquinos aquello de ¡Qué corte de partido! Y ¡Qué corte! les habéis dado a los del campo lorquino como si el Cartagonova se hubiese convertido en una aglomeración, grandiosa y hasta con ganas de permanecer en él soñando con lo visto. Han sido 6675 cartageneristas de ambiente barrial rumbero, ¡Corte, “Nano”! después que tomaste ese gran pase al espacio de Juanlu en esa gran jugada para que tú, otra vez tú “Nano” marcases ese hermoso gol que suponía el segundo cartagenero, ¡Corte, “Nano”! si hubieses marcado el tercero o ese hat-trick con el que soñaste alguna vez, querido Menudo, Menudo de mi alma, en esta tu nueva etapa cartagenerista ¡Corte “Nano”!, porque convertiste el resultado en unos zascas andaluces luminosos, que tal y como iba el partido han sonado tan estruendosamente que hasta se han extendido con la misma velocidad de tus carreras hacia el área que no sólo se han oído por todo el Campo de Cartagena, sino por todo el valle del Guadalentín y todas sus playas limítrofes. Te diré, apreciado Menudo, que tu último ¡Zasca! de esta tarde se ha oído en el quinto mundo y hasta ha bramado por todas las llamadas redes sociales.
El partido de esta tarde, apreciados lectores, ha sido un partido de ¡Zasca!, sin réplica y a mayor gloria de la efesemanía, de sus jugadores, técnicos y dirigentes. Ha sido un partido en el que los futbolistas se han hinchado tanto de balón, se han apoderado tan gratamente de él, lo han sobado con tanta grandeza que el ¡Zasca en toda la boca! ha sonado con su profundo y sonoro carácter suavemente y sin exceso de pleonasmos. 


El Icue, al acabar el partido, estaba tan emocionado, que no sabe, no se ha dado cuenta, o no ha deseado ser consciente de si los dos ¡Zascas! que el Efesé le ha zurrado a los del valle del Guadalentín les han hecho daño inmediato o tendrán que pasar unos días para que se den cuenta, fundamentalmente, al comprobar que el FC Cartagena ya les pisa los talones en la tabla clasificatoria o, quizás, hasta los ha sobrepasado ya. 

Termina hoy el Icue celebrando, honrando y alegrándose con los ¡Zascas! del partido de fútbol celebrado hoy en el Cartagonova recordando aquello con lo que encabezó lo de hoy “Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”. Lo he dicho: esto lo escribió Albert Camus, el autor de “Calígula”, el creador de “La peste”', el Premio Nobel de Literatura y un intelectual reivindicador del fútbol, que falleció a los 47 años en un incierto accidente de automóvil. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 12/6: ante diem octavum Idus Decembres. Nº 385.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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