Aquella tarde del comienzo de febrero no hubo forma de salir del
hoyo que La Hoya Lorca socavó en el Cartagonova como queriendo enterrar a esta
FC Cartagena de nuestros amores, temores y sufrimientos. Fue una tarde fría, de
angustias, aciaga, de muchas bajas y urgencias, de nerviosismo y desconcierto
la de este nuestro equipo, también una tarde sin mejoría y ninguna reacción.
Fue una tarde con el agua al cuello no sólo en lo deportivo sino también en lo
institucional. Fue una tarde en la que en el Cartagonova se presentó un equipo
colista, el colista del grupo, que le
bastó con un planteamiento ordenado y sabiendo jugar con los nervios y ansiedad
de un desquiciado Cartagena, para llevarse los tres puntos con un solitario gol
logrado en la primera parte. Y el resto sobró. Fue una tarde para olvidar. Y
fue un partido perfectamente resumido en sus declaraciones por Ceballo: “Nos
han faltado cosas que habíamos tenido anteriormente, sobre todo en casa.
Ambición y ganas de ir a por el partido, jugándonos lo que nos estamos jugando”.
Y perfectamente leído por José Miguel Campos, entrenador que le tenía
perfectamente tomada la medida a este Cartagena, cuatro partidos y cuatro
victorias y que hasta gozoso llegó a resumirlo con las siguientes conclusiones:
“Hemos hecho un gran trabajo, y creo que tendríamos que habernos ido al
descanso con mayor ventaja. Estoy muy satisfecho porque estamos en una
situación muy complicada y lo hemos sacado adelante con casta y convencimiento”.
“Nos conocemos bien, porque nos vemos asiduamente y podemos preparar mejor los
partidos”.
Palomeque tuvo que tirar del filial y de la afición para poder ganarle
al “Brocolí mecanico” de Campos. El Cartegena se presentó aquella tarde en muy
malas condiciones. Era un equipo al que le faltaban efectivos ya que entre
sancionados, bajas y lesionados, solamente disponía de doce futbolistas
disponibles para el encuentro, y dos de ellos porteros. Tuvo la necesidad de
convocar a cuatro jugadores del filial, el CD Algar, Santisteban, Delfín,
Segura y Comino para suplir las bajas de Tarantino, Arcas y Luque por sanción y
Seba Ribas por lesión, más los “huidos” en el ya terminado mercado de invierno Neira
y Pallarés. Y con estos mimbres el FC Cartagena cayó en la fosa de la depresión
en una actuación lamentable, donde el panorama se ponía cada vez más feo,
saltando la alarma en un equipo sin alma, desubicado, fuera de lugar y sin
fútbol y con unos números preocupantes, muy preocupantes.
El Icue y… cuando el FC Cartagena se ofusca de nuevo
“La necesidad, según se dice, es maestra en utilizar el
ingenio”. (Miguel de Cervantes)
Llegaba el FC Cartagena esta tarde al Cartagonova a
enfrentarse contra el equipo de la pedanía lorquina de La hoya con un dilema
que, después de la debacle de la verdadera Condomina, ha estado casi toda la
semana rondando en la cabeza del Icue: en Cartagena, en esto del fútbol, el
dilema ahora mismo es si la efesemanía debe dejarse fascinar por emprendedores
como los Javieres, ya que a Manzano le forzaron a irse con eso de Pallarés.
Los Javieres son en estos momentos la variante
cartagenera de la corneja de Horacio, famosa por su simpática afición a
adornarse con plumas ajenas. ¡Por favor!, no tomarlo en el sentido que algunos
pueden pensar, no, sino en el sentido verdadero de la fábula horaciana, aunque
estos dos valencianos no sean ni Iriarte ni tampoco Samaniego.
Debes decir, querido Icue, que si los Javieres no son
conocidos como fabulistas, tampoco los reconocen como buscadores de fondos de
inversión. Los dos están dando el pego cuando el verbo dar debiera ser para
nuestro Efesé la esencia de la economía de prestigio. Le da al Icue que el dar
en la economía cartagenerista es como el mandar que en lo taurino definía aquel
conocido crítico llamado Gonzalo Ángel Luque del Pino y apellidado “Curro
Fetén” y que venía a decir, recuerdo en su literalidad: “Para ser figura del
toreo hay que mandar, y aquí no manda nadie. Y si manda, no nos ha llegado”.
Pues eso, en el FC Cartagena no manda nadie y si alguien manda no ha llegado al
cartagenerismo. Aquí hay demasiado figurante pero no saben estos que también
para figurar hay que mandar y para mandar hay que figurar. Ambos, los Javieres,
lo que están dando en la orilla de La Rambla es el pego, además de la lata. Ya
le gustaría al Icue que, para la salvación de nuestro Cartagena, se acercaran
por las cercanías del Cartagonova algún chino, ruso o indio para traer dinero,
unos dos millones de euros en billetes de quinientos. Con esto el Efesé se
salvaría y hasta podría servir para que
nuestro, vuestro, suyo equipo perviviera. El Icue se conformaría con esta
dádiva, aunque sea china y es que, recuérdenlo, los chinos ya disparaban
pólvora, y no del rey, cuando los españoles no habían inventado todavía la
ballesta.
Esta tarde como de fútbol poco, se le olvidaba al
Icue que desde esas queridas tierras
lorquinas se ha acercado hasta el Cartagonova ese hermano pequeño llamado
cariñosamente con el nombre agrícola de “Brócoli Mecánico”. Se ha presentado
con las mismas necesidades deportivas que su oponente de esta tarde, los dos
han intentado cambiar la necesidad por bienestar y miren por dónde solamente
uno, y no precisamente nuestro FC Cartagena, lo ha conseguido. Parecía el
partido un partido de quereres. Tanto se querían que dio la impresión que
habían llegado al acuerdo de repartirse los puntos para seguir los dos en ese
estado de precariedad, pero no, llegó el minuto 18 de la primera parte y ante
una falta perfectamente ejecutada por Sergio Ortiz, David Cuerva dibujó una
media chilena para firmar esa ruptura del empate con el resultado, que ya sería
inamovible, más allá de ausencias y escasas presencias de tácticas y pizarras. FC Cartagena 0 – La Hoya Lorca CF 1.
Se presentaba el FC Cartagena después de una semana de
vorágine y, ¿pasada? la tormenta, las aguas turbulentas de este enero invernal
no parecen volver a su cauce normal. En el Cartagonova las aguas no bajan
tranquilas. Las horas vuelven a ser de desasosiego y parece que el tiempo se
agota y éste parece no existir para preparar con todas las cautelas la recta
final. No recuerda el Icue quién afirmó aquello de “que el éxito es como el
tiempo, rotatorio y aleatorio” pero viendo lo de esta tarde lo aleatorio hay
que pensar ha sido asunto del destino. Pero no hay otra cosa. Y como Palomeque
solamente puede contar con los jugadores justos debe pensar que lo que tiene
sólo le es útil para ni siquiera poder plantearse una decisión shakespereana:
¿a quién sentar o mover en el banquillo? Es por ello que esta tarde le ha dado
la impresión al Icue que el equipo temía más al ridículo que al fracaso,
complejo que parece engendró el pasado domingo en la verdadera Condomina.
Me cuentan que no tiempos muy lejanos y con un
Cartagena cuajado de estrellas, Cygan, Mariano, Víctor, Longás, Toché, De Lucas…
la estrategia estaba clara antes de un encuentro. En el vestuario la pizarra de
Juan Ignacio se resumía en un comentario mientras miraba a los ojos de Victor:
“ustedes saben lo que tienen que hacer”. Y bien que lo sabían. Hoy por lo
presenciado en esta tarde, más allá de tácticas y pizarra, nadie sabía lo que
había que hacer.
Hoy primer día de febrero, en un Cartagonova vacío
hasta los límites, cree el Icue que los
que han saltado al terreno de juego solamente sabían una cosa: no perder, ni
siquiera empatar. Esa debiera ser la historia de la Liga para el Efesé. Sumar y
no restar; meter presión; juntarse en una plantilla sin fisuras; creer y
crecer. De estos dos verbos, de momento, sólo debe interesarnos uno: CRECER,
hasta asaltar los cielos y es que ahora mismo, al acabar de escribir, he
recordado a Miguel de Cervantes cuando decía aquello de: “La necesidad, según
se dice, es maestra en utilizar el ingenio”. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 1/1: Kalendae
Februariae. Nº 359.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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