sábado, 5 de diciembre de 2015





Aquella tarde del comienzo de febrero no hubo forma de salir del hoyo que La Hoya Lorca socavó en el Cartagonova como queriendo enterrar a esta FC Cartagena de nuestros amores, temores y sufrimientos. Fue una tarde fría, de angustias, aciaga, de muchas bajas y urgencias, de nerviosismo y desconcierto la de este nuestro equipo, también una tarde sin mejoría y ninguna reacción. Fue una tarde con el agua al cuello no sólo en lo deportivo sino también en lo institucional. Fue una tarde en la que en el Cartagonova se presentó un equipo colista, el colista del grupo,  que le bastó con un planteamiento ordenado y sabiendo jugar con los nervios y ansiedad de un desquiciado Cartagena, para llevarse los tres puntos con un solitario gol logrado en la primera parte. Y el resto sobró. Fue una tarde para olvidar. Y fue un partido perfectamente resumido en sus declaraciones por Ceballo: “Nos han faltado cosas que habíamos tenido anteriormente, sobre todo en casa. Ambición y ganas de ir a por el partido, jugándonos lo que nos estamos jugando”. Y perfectamente leído por José Miguel Campos, entrenador que le tenía perfectamente tomada la medida a este Cartagena, cuatro partidos y cuatro victorias y que hasta gozoso llegó a resumirlo con las siguientes conclusiones: “Hemos hecho un gran trabajo, y creo que tendríamos que habernos ido al descanso con mayor ventaja. Estoy muy satisfecho porque estamos en una situación muy complicada y lo hemos sacado adelante con casta y convencimiento”. “Nos conocemos bien, porque nos vemos asiduamente y podemos preparar mejor los partidos”.

Palomeque tuvo que tirar del filial y de la afición para poder ganarle al “Brocolí mecanico” de Campos. El Cartegena se presentó aquella tarde en muy malas condiciones. Era un equipo al que le faltaban efectivos ya que entre sancionados, bajas y lesionados, solamente disponía de doce futbolistas disponibles para el encuentro, y dos de ellos porteros. Tuvo la necesidad de convocar a cuatro jugadores del filial, el CD Algar, Santisteban, Delfín, Segura y Comino para suplir las bajas de Tarantino, Arcas y Luque por sanción y Seba Ribas por lesión, más los “huidos” en el ya terminado mercado de invierno Neira y Pallarés. Y con estos mimbres el FC Cartagena cayó en la fosa de la depresión en una actuación lamentable, donde el panorama se ponía cada vez más feo, saltando la alarma en un equipo sin alma, desubicado, fuera de lugar y sin fútbol y con unos números preocupantes, muy preocupantes. 


El Icue y… cuando el FC Cartagena se ofusca de nuevo

“La necesidad, según se dice, es maestra en utilizar el ingenio”. (Miguel de Cervantes) 

Llegaba el FC Cartagena esta tarde al Cartagonova a enfrentarse contra el equipo de la pedanía lorquina de La hoya con un dilema que, después de la debacle de la verdadera Condomina, ha estado casi toda la semana rondando en la cabeza del Icue: en Cartagena, en esto del fútbol, el dilema ahora mismo es si la efesemanía debe dejarse fascinar por emprendedores como los Javieres, ya que a Manzano le forzaron a irse con eso de Pallarés. 

Los Javieres son en estos momentos la variante cartagenera de la corneja de Horacio, famosa por su simpática afición a adornarse con plumas ajenas. ¡Por favor!, no tomarlo en el sentido que algunos pueden pensar, no, sino en el sentido verdadero de la fábula horaciana, aunque estos dos valencianos no sean ni Iriarte ni tampoco Samaniego.
 

Debes decir, querido Icue, que si los Javieres no son conocidos como fabulistas, tampoco los reconocen como buscadores de fondos de inversión. Los dos están dando el pego cuando el verbo dar debiera ser para nuestro Efesé la esencia de la economía de prestigio. Le da al Icue que el dar en la economía cartagenerista es como el mandar que en lo taurino definía aquel conocido crítico llamado Gonzalo Ángel Luque del Pino y apellidado “Curro Fetén” y que venía a decir, recuerdo en su literalidad: “Para ser figura del toreo hay que mandar, y aquí no manda nadie. Y si manda, no nos ha llegado”. Pues eso, en el FC Cartagena no manda nadie y si alguien manda no ha llegado al cartagenerismo. Aquí hay demasiado figurante pero no saben estos que también para figurar hay que mandar y para mandar hay que figurar. Ambos, los Javieres, lo que están dando en la orilla de La Rambla es el pego, además de la lata. Ya le gustaría al Icue que, para la salvación de nuestro Cartagena, se acercaran por las cercanías del Cartagonova algún chino, ruso o indio para traer dinero, unos dos millones de euros en billetes de quinientos. Con esto el Efesé se salvaría  y hasta podría servir para que nuestro, vuestro, suyo equipo perviviera. El Icue se conformaría con esta dádiva, aunque sea china y es que, recuérdenlo, los chinos ya disparaban pólvora, y no del rey, cuando los españoles no habían inventado todavía la ballesta.  

Esta tarde como de fútbol poco, se le olvidaba al Icue  que desde esas queridas tierras lorquinas se ha acercado hasta el Cartagonova ese hermano pequeño llamado cariñosamente con el nombre agrícola de “Brócoli Mecánico”. Se ha presentado con las mismas necesidades deportivas que su oponente de esta tarde, los dos han intentado cambiar la necesidad por bienestar y miren por dónde solamente uno, y no precisamente nuestro FC Cartagena, lo ha conseguido. Parecía el partido un partido de quereres. Tanto se querían que dio la impresión que habían llegado al acuerdo de repartirse los puntos para seguir los dos en ese estado de precariedad, pero no, llegó el minuto 18 de la primera parte y ante una falta perfectamente ejecutada por Sergio Ortiz, David Cuerva dibujó una media chilena para firmar esa ruptura del empate con el resultado, que ya sería inamovible, más allá de ausencias y escasas presencias de tácticas y pizarras. FC Cartagena 0 – La Hoya Lorca CF 1.


Se presentaba el FC Cartagena después de una semana de vorágine y, ¿pasada? la tormenta, las aguas turbulentas de este enero invernal no parecen volver a su cauce normal. En el Cartagonova las aguas no bajan tranquilas. Las horas vuelven a ser de desasosiego y parece que el tiempo se agota y éste parece no existir para preparar con todas las cautelas la recta final. No recuerda el Icue quién afirmó aquello de “que el éxito es como el tiempo, rotatorio y aleatorio” pero viendo lo de esta tarde lo aleatorio hay que pensar ha sido asunto del destino. Pero no hay otra cosa. Y como Palomeque solamente puede contar con los jugadores justos debe pensar que lo que tiene sólo le es útil para ni siquiera poder plantearse una decisión shakespereana: ¿a quién sentar o mover en el banquillo? Es por ello que esta tarde le ha dado la impresión al Icue que el equipo temía más al ridículo que al fracaso, complejo que parece engendró el pasado domingo en la verdadera Condomina.


Me cuentan que no tiempos muy lejanos y con un Cartagena cuajado de estrellas, Cygan, Mariano, Víctor, Longás, Toché, De Lucas… la estrategia estaba clara antes de un encuentro. En el vestuario la pizarra de Juan Ignacio se resumía en un comentario mientras miraba a los ojos de Victor: “ustedes saben lo que tienen que hacer”. Y bien que lo sabían. Hoy por lo presenciado en esta tarde, más allá de tácticas y pizarra, nadie sabía lo que había que hacer.

Hoy primer día de febrero, en un Cartagonova vacío hasta los límites, cree el Icue que  los que han saltado al terreno de juego solamente sabían una cosa: no perder, ni siquiera empatar. Esa debiera ser la historia de la Liga para el Efesé. Sumar y no restar; meter presión; juntarse en una plantilla sin fisuras; creer y crecer. De estos dos verbos, de momento, sólo debe interesarnos uno: CRECER, hasta asaltar los cielos y es que ahora mismo, al acabar de escribir, he recordado a Miguel de Cervantes cuando decía aquello de: “La necesidad, según se dice, es maestra en utilizar el ingenio”. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 1/1: Kalendae Februariae. Nº 359.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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