sábado, 9 de abril de 2016





En los encuentros de fútbol suelen suceder curiosas cosas y una de ellas acaeció en Marbella con el árbitro designado para arbitrar este partido: Actuó Alberto Salazar López de la Oliva, natural de Argamasilla de Alba (Ciudad Real), residente en Alicante y adscrito al Comité de Valencia. Es como si se diese en don Alberto el misterio trinitario: un solo señor y tres localizaciones distintas.

Arrancaba la segunda vuelta de esta Liga y todo estaba por hacer. Era la primera salida, segunda consecutiva del año que llegaba en malas horas para nuestro y su Cartagena: los futbolistas estaban subestimados, de dieciocho puntos posibles sólo se habían sumado tres en las seis últimas jornadas de la primera vuelta. Un torbellino de partidos no ganados, y algo muy común en esta temporada desastrosa; una plaga de bajas en los atacantes blanquinegros provocaba que el ataque cartagenero solamente contase con tres futbolistas de ataque para este desplazamiento: Ribas, Gato y Carlos Martínez. Por lo que leen y recuerdan negra era la carta de presentación para tratar de conquistar el Municipal de Marbella. 

“Vamos a Marbella a por los tres puntos. El empate no me sirve. Luego, dependiendo de cómo transcurra el partido, ya veremos. Pero la semana la hemos preparado pensando en sumar una victoria y alejar todos los miedos y los fantasmas del pasado”, contó Palomeque en la previa del partido. Y basta que nombrara la bicha “del empate no me sirve” para que el empate llegara, supiese a poco y fuese producto de goles de niños de Primaria.

Cuentan los que estuvieron presentes que el Cartagena emitió buenas sensaciones y mejoró su imagen con respecto a partidos anteriores. Sin embargo, el resultado fue el de casi siempre: un empate. Un botín con poca sustancia para esta segunda jornada de Palomeque en el banquillo. Y el deseo de abandonar las penurias clasificatorias pasó de largo y la oportunidad se volvió a marchar por el sumidero, ¡Ay, ay, ay! 


El Icue y…cuando Diego Segura se cobra parte de la deuda

“La fortaleza de un ejército estriba en la disciplina”. (Tucídides).

Fue en la película de Ron Howard: Apollo XIII (1995), en la que se cuenta un episodio épico de la carrera espacial, cuando el gran Tom Hanks pronunció aquella frase que ya forma parte de la historia cinematográfica: “Houston, tenemos un problema”, mientras Ed Harris sentenciaba desde la central de la Nasa: “Nunca hemos perdido a un americano en el espacio y estamos seguros, como que el infierno existe, de que ninguno se perderá ante mis ojos. El Fracaso no es una opción”. Por lo escuchado esta tarde tampoco en este FC Cartagena de Palomeque el fracaso es una opción. Pero Manolo Palomeque no sólo tiene un problema como gritó Tom Hanks que lo tuvieron aquellos tripulantes de la nave Apolo XIII, tiene más de un problema. Pero a diferencia de la película, Palomeque es el responsable de los tripulantes de la nave y de las soluciones que han de llegar desde el interior del vestuario del Cartagonova. Creo, querido Icue, que al algareño no le falta sabiduría futbolística, y de la otra, para solucionarlo, pero hay que ponerse a ello, ya. La cosa tiene cierta enjundia

Nada más terminar el partido, Marbella FC 2 – FC Cartagena 2, va el Icue y me recuerda que el roscón llega al mismo tiempo que el Niño, la cuesta de enero y el enésimo empate en esta Liga que no está siendo de desfile de Pascua Militar. Este partido ha sido un partido más de escarcha que de mazapán. Los dos equipos necesitaban los puntos y al final ha sido un partido de toma y daca, de entremés literario, como si fuese parte de esa pieza dramática jocosa y de un solo acto, que solía representarse entre una y otra jornada de la comedia y mira, querido Icue, que este equipo ha tenido jornadas de comedia un tanto grotesca y a veces hasta tragicómica. Y mientras escuchaba el partido y seguía los comentarios que se escribían on line, le he recordado al Icue que el partido de esta tarde, aun siendo dramático, ha sido jocoso; que no ha tenido nada de cómico; que ha poseído un carácter serio, de buen ambiente y hasta con unos personajes-futbolistas en buen ambiente, ambiciosos, jugando al fútbol, que saben hacerlo, y queriendo el triunfo. Y así empezaron. Serios, queriendo jugar y ganar y, en estas estaban cuando apareció Luque, minuto 23 de la primera parte y de falta directa marcó ese gol sorpresa, el 0-1 para el Cartagena. ¡¡¡Ya tocaba Icue!!! ¿Recuerdas, querido amigo, cuando fue la última vez que este equipo empezó ganando un partido? El FC Cartagena se mostraba asentado pero sin claras ocasiones de gol y todos pensábamos cuánto iba a durar la alegría en la casa del pobre. Y llegó la venganza de D. Diego, minuto 63, para marcar el empate y, como escribía un tuitero, cobrarse parte de la deuda empatando 1-1. Ya en el minuto 68 Carlos Martínez tuvo un ensayo plantándose sólo delante de Reina para marcar, pero le robaron el esférico. Esto fue un preámbulo, porque en el minuto 71 acertó para marcar el 1-2 y gritar todos aquello de ¡¡¡ Qué bueno que volviste Carlitos!!! Pero nuestro gozo en un pozo, tres minutos después, rondaba el minuto 74, cuando llegó el 2-2 que acabaría siendo definitivo. Marbella CF 2 – FC Cartagena 2.


Está claro que estos jugadores no eran el problema, aunque sí parte del problema. Les faltaba disciplina, estar bien colocados sobre el terreno de juego y poseer un proyecto sobre el que pensar y luchar. No sé si el equipo, a partir de este empate, tomará otro rumbo, pero sí sabemos que con anterioridad a hoy el club no iba a ninguna parte y el equipo no jugaba a nada. El FC Cartagena necesita volver a levantar su estructura fundamental sobre la base de un proyecto institucional y deportivo que a todo le dé sentido. 

Quizás, en algún momento del partido haya sido difícil, por lo escuchado, distinguir entre ficción y realidad. Tal vez, desde el sillón del cuarto de estar, todo haya sido como el baile onírico de tortugas, leones y esqueletos triásicos, apareciendo como el sueño de una noche plácida y templada. Sobre el escenario del estadio marbellí, la orquesta de Palomeque hizo sonar un empate más, pero distinto a los anteriores. Este director hizo sonar, para despertar a sus jugadores, el Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy en un empaste cadente y sincrónico y mientras tanto todos quedamos pensando en cómo Juan Carlos Menudo, jugador que fue de este nuestro equipo, metía el gol de la victoria para su equipo, la Unión Deportiva Logroñés, venciendo al Real Murcia en ese afán por permanecer en puesto de jugar la fase de ascenso a 2ª División. ¡Ay, ay, ay! 

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 1/11: ante diem tertium Idus Ianuarias. Nº 356. 
 Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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