domingo, 10 de abril de 2016





Monsieur y Grandeur Cygan

“En torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares”. (A. Machado)

Sabe el Icue que, algunos, antes de que llegases, ya te declararon “en ruinas” y otros te denominaron “mula cansada” y, los menos, hasta quisieron crucificarte durante tu última Semana Santa cartagenera. No pasó nada o sí, ya sabes, y es que, por aquellos días, todavía poseías algunas gotas de esencia para resurgir y deleitarnos con tu tranco largo, cabeza en alto, pases precisos, fuerte defensa, algún gol trascendente y lucir por las canchas tu calva divina a lo Yul Brynner. Y es que, amigo mío, fue por aquellas fechas, justo en ese partido FC Cartagena-Real Betis, el de la temporada 2009-2010, cuando te abrazaste con Tato en aquel partido que se perdió 1-2 y que se cumplían los cincuenta años de la muerte de Gary Cooper y, ¡oh casualidad!, unos pocos aficionados y algún medio informativo empezó a abandonarte para dejarte sólo ante el peligro y la mayoría siguió pensando en recordarte como uno de los grandes y como uno de los nuestros. Pero la cosa terminó y entonces el Icue no tuvo otro remedio que recordarte como hoy hace ante la fotografía de nuestro Abel F. Ros con estos versos de Gabriela Mistral: “En costa lejana /y en mar de Pasión, /dijimos adioses /sin decir adiós. /Y no fue verdad la alucinación. /Ni tú la creíste /ni la creo yo, / "y es cierto y no es cierto" /como en la canción”. 

El Icue recordará a Cygan con aquello que sucedió, él estuvo allí, aquel cinco de diciembre de 2009. Tendría muchas cosas que contar, pero son estas líneas las que pueden definir perfectamente lo que fue este futbolista.

Soria cinco de diciembre de 2009, jornada décimo quinta, las predicciones meteorológicas anunciaban temperaturas bajo cero, otra vez el “general invierno” que tantos dolores de cabeza nos ha dado hasta ahora.

El partido acababa de empezar, cuando, el “calvo divino”, en una jugada fortuita, clavaba en el fango de Los Pajaritos su pierna izquierda cayendo de verdad y gravemente lesionado y sin protección alguna del anacoreta visigodo San Saturio, patrono de Soria y residente en la ermita colgada sobre el roquedal, al lado del Duero, que como diría A. Machado, “TRAZA SU CURVA DE BALLESTA”. Y el Icue vio los grandes gestos de dolor y como se acababa, todo, absolutamente todo, para Monsieur Cygan.

Eso fue la historia de aquel partido helador, doloroso y sangriento de aquel FC Cartagena y de ese muchacho-futbolista que algunos declararon “en ruinas” y otros denominaron “mula cansada”, resurgiendo del dolor de sus cenizas y que, recuperado,  volvía a deleitarnos con su tranco largo, cabeza en alto, pases precisos, fuerte remate, algún gol trascendente, y que después de partida su rodilla por el hielo, regresó para recorrer, de nuevo, las canchas luciendo su calva divina con mirada soñadora y pinta de actor, a lo Yul Brynner.

En su corta vida deportiva en Cartagena derrochó talento aderezado con fortaleza y abnegación, blandiendo su rotura parcial del ligamento lateral interno en su rodilla izquierda como bandera de sacrificio, para recuperado, mostrar un exquisito fútbol, proponiendo paredes veloces en el campo, sin maltratar la pelota y convirtiéndolo en el icono francés de la “grandeur” de la afición cartagenera. Y al mismo tiempo y con la misma facilidad y elegancia que recorría el campo de juego con la camiseta número 2, se transformó en un jugador diferente para liderar a esa gran “camada” disciplinada de jóvenes y veteranos. Y siempre joven, aunque alguien le considerase mayor en aquella y aciaga tarde donde llegó a jugar contra el Alba y todos nos encontramos a un Pascal Cygan desafortunado, el Cygan más desafortunado de toda la temporada. Tan desafortunado estuviste que Juan Ignacio tuvo que dejarte en el vestuario para no salir en la segunda parte. Es importante decir que el Icue llegó a pensar que la juventud se había alejado de ti para siempre aquel 30 de abril.
Pero no estabas viejo, no. Y todavía recuerda el Icue aquella anécdota que hoy te cuento: el Viernes Santo de aquel año se hallaba en Cartagena y se acercó a la parroquia de Santa María de Gracia, puesto que de sus entrañas iba a partir la gran procesión al anochecer. Dentro y fuera bullían relucientes soldados romanos. De pronto, oí una delicada voz que surgía a mi izquierda; era una anciana que, cerca de la entrada, me insinuaba: ¡Por favor joven! ¿puede ofrecerme su brazo para subir esta rampa? ¿Joven yo, había oído bien? Accedí y le ofrecí encantado mi brazo. Salí a la calle: el mundo volvía a ser maravilloso. En la espléndida tarde-noche comprendí que uno no es mayor ni importante porque así conste en el documento nacional de identidad. Basta con que uno haga un favor al prójimo, al próximo, y tú, amigo Pascal, siempre los hicistes, aunque sólo fuesen favores futbolísticos. Era lo tuyo, amigo.

En resumidas cuentas, este Divino Calvo seguirá siendo, aunque no lo veamos corretear por el Cartagonova, ese GRANDEUR, que de niño prodigio pasó a ser futbolista envidiado y deseado, aunque sólo sea para impartir a otros jóvenes lo que lleva dentro, que no es poco. Desde ayer y desde ahora, y con los deseos de siempre, fuiste y serás aquel DIVINO CALVO, GRANDEUR, EMPERADOR Y ENVIDIADO futbolista envidiado que, como dijo Hesíodo, primer autor clásico que se ocupó de la envidia: “El alfarero envidia al alfarero, el artesano al artesano, el músico al músico, el poeta al poeta y hasta el pobre envidia al pobre”.

Gracias Pascal, el Icue siempre te recordará como un futbolista que fue tan niño prodigio y envidiado como aquel Blaise Pascal de Clermont-Ferrand, filósofo compatriota y homólogo de tu nombre.

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 4/10: ante diem quartum Idus Apriles. Remember Nº 14.

Texto El Rincón del Icue. Foto http://qapta.es/. Copyright ©

PD. Ha llovido mucho y florituras las mínimas. Se ha llegado mucho por parte del FC Cartagena a la portería del Mrbella CF, pero no se ha marcado. Así es complicado hacer goles, insisto. El Efesé buscaba alargar su racha de imbatibilidad hasta los diez partidos y sin Limones, lesionado en un hombro. Y la décima se quedó en deseos. Querían alcanzar al Real Jaén y no hubo manera.

La pasada jornada el FC Cartagena empataba con el Algeciras cuando faltaban menos de diez minutos para el final del partido y esto fue un tremendo fiasco para un Cartagena que, a pesar de estar en forma, no lograba su objetivo. Y hoy, otro fiasco en un partido extraño que hasta en un fallo de Sergio García logró que los marbellíes lograsen el primero en su cuenta y permitirles soñar con la toma del estribo de su último tren para no perder comba en esa misma pelea. 

Y cuando el reloj marcaba el minuto veintiuno de la segunda parte apareció Menudo, se la puso a Sergio Jiménez para que este marcara e hizo el empate. Y todo lo complicó Moisés con ese su gol en propia meta transcurriendo el minuto veinticuatro para que el Marbella anotase su gol segundo. No hay excusas ante este resultado, porque el Efesé, disfrutando de ocasiones, no tiene gol y ante eso tampoco hay disculpas ante un partido que, hasta escuchándolo, ha sido un partido loco, loco, loco. Y así ya sólo queda una cosa: darle no una vuelta, sino un cambiazo a la situación. Y, ¡uf!, mientras esto sucedía, Pallarés, un ex cartagenero le marcaba al Real Murcia el gol que le valía la victoria a la UCAM. Y, al mismo tiempo, y casi en el mismo minuto, minuto 78, que en la Nueva Condomina, apareció Chus Hevia para marcar su gol que tanto se estaba negando.  Y mientras parecía que la breva estaba muy madura y podía caer en la cesta de cualquiera de los dos equipos se quedó en la higuera y también el objetivo del Cartagena con el que habían acudido al municipal marbellí. 

Marbella CF 2 - FC Cartagena 2

ALINEACIONES

Marbella CF: Villanueva, Gabi Ramos (’56 Ocaña), Herrera, Marcos Ruiz, Navarro, Emilio Cubo, Sielva, Durán, Gerrit, Sergio Narváez y Juanfri (’71 Yebra). 

FC Cartagena: Manzanares; Mario Sánchez (’64 Chus Hevia), Gonzalo, Moisés, Jesús Álvaro; Sergio Jiménez (‘72 Indiano), Rivero; Cristo, Juanlu Hens, Menudo (’77 Laens); Sergio García.

GOLES: Marbella CF 2 (’60 Juanfri y ‘68 Moisés en propia meta) - FC Cartagena 2 (’66 Sergio Jiménez; ’78 Chus Hevia.

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