El FC Cartagena era un equipo sin rumbo, un equipo sin
entrenador, un equipo sin directiva y un equipo sin nada, descompuesto,
desdibujado e inoperante, sin ilusión, mediocre y a remolque de los acontecimientos
que él mismo y desde su seno se producían. Eso sí: un equipo con muchas,
demasiadas noticias extradeportivas Y en estas circunstancias y con esta
vestimenta descolorida de sus esenciales colores se acercó hasta el Artés
Carrasco para ofrecerse, cual sacrificio y que La Hoya Lorca sin hacer nada del
otro mundo le pasase por encima, se convirtiese en un haraposo equipo y lo
arrojase hasta la zona de descenso a la Tercera División. Este Efesé fue desnudado por las dulces manos
y pies de un equipo, el de Campo, que cada vez que rondaba la portería la
portería de Limones hostigaba y destrozaba a los pupilos del ausente y vacacional
Ribas, huido a Uruguay a por el visado de residencia. ¡Qué cosas, Dios mío, qué
cosas!
Los de siempre, los de la botella medio vacía o medio llena, los
de todavía hay tiempo y se puede reaccionar, los de las mamandurrias, llegaron
a titular como siempre: “Un derbi para despertar o sufrir”. Solamente les restó
añadir morir o dormir. Pero nada, ellos a sus cosas, escribir que, “en este
inicio de temporada La Hoya Lorca no se encontraba en mejor nivel, después de haber
sido eliminados de la Copa del Rey por un Villanovense que terminó el encuentro
con 7 futbolistas”. Y fíjense, todavía con estos gloriosos antecedentes
descritos y cantados por los caramillos va y le meten a nuestro FC un 2-0 que
les dejó temblando.
Hay que añadir, y es cierto, que ambos conjuntos andaban
ansiosos por ganar; los nuestros la primera y ellos por alcanzar la segunda. Las
urgencias no eran buenas, pero la necesidad de conseguir victorias apretaba a
los dos y es que punto a punto no se llegaba ni a los objetivos, ni tan
siquiera a llevar una andadura tranquila por la categoría. Y ya saben cuándo se
piensa en empatar, se pierde. Y así ocurrió. Y después lo de siempre, una vez
más a Simón Ruiz le tocó bailar con la más fea, poner la cara y dar sus explicaciones:
“Pedimos perdón por la derrota, la única receta es trabajo, trabajo y trabajo
para salir de esta situación.” ¡Ay, ay, ay!
El Icue y…qué quieren que les cuente
“Qué fácil es empujar a la gente... Pero que difícil guiarla”.
(Rabindranah Tagore)
Que el FC Cartagena no es un equipo conjuntado, ya lo
estamos viendo, no tanto en la pretemporada en la que se desenvolvió a trancas
y barrancas, sino en los cinco partidos jugados hasta hoy, cuatro de Liga y uno
de Copa del Rey. Y con el pobre bagaje de dos goles a favor y metido en puestos
de promoción, pero para no descender.
Y en ese sin conjuntar estaba el equipo cuando, a
punto de comenzar las fiestas de Cartagineses y Romanos, fiestas por excelencia
cartageneras, ha faltado, lo que faltaba, Gladiator para conjuntarlos. El señor
Julio Cesar se ha marchado al Uruguay, (al Uruguay, guay, yo me voy, voy,
porque temo naufragar) a buscar papeles, a legalizar los suyos o a regularizar
una situación que, desde su contratación, ya le pareció al Icue un tanto
sorprendente. No desea el Icue pensar que este Gladiator se ha rajado justo
ahora, en plenas fiestas. No quisiera pensar que se ha ido al no tener fuerzas
para enfrentarse con su “tropa” a sus adversarios. Y no quiere ni desea
pasársele por la imaginación que ha huido para nunca más volver.
Y aquí y así está nuestro y suyo Efesé, sin nadie al
timón, como desnortado, puede que vivo, acaso coleando, pero compuesto y sin
novio-entrenador. Ahora bien, eso sí, con sustitutos, dicen que de lujo, pero
que al Icue no le prestan confianza. Es cierto que el que se ha marchado es, en
lo poco que se ha expresado, correcto en las formas, recurrente en el fondo,
aunque solo sea en esos sus famosos gritos desde la baranda del foso voceando
aquello de: “achique, achique, achique y presión”. Este hombre todavía no se ha
estrenado, dicen que no lo ha hecho porque no le dejan, porque sus papeles no
son de fiar. Así que nuestro Cartagena está sin líder ni conductor y sin su
mejor cara en tras la reconstrucción y formación, tras el rastrillo veraniego
de los fichajes, de este Cartagena 2014-2015. Ribas padre todavía no ha tenido
estreno en el banquillo, por lo tanto no me merece ninguna impresión, ni buena,
ni mala. Y no porque no le haya puesto ganas, que sí, sino porque no ha habido
nada nuevo que subrayar hasta ahora en sus mensajes. Y esto es grave, muy
grave.
Y con este galimatías en el que se ha convertido o ha
caído temporalmente este FC Cartagena, por mor de todos los sucesos externos e
internos, esta tarde ha acudido a Lorca a salir derrotado como la temporada
pasada, eso sí por un gol menos, o con menos vergüenza torera. Le ha faltado un
fútbol más coral, algún guía que articulara el juego. Este equipo, querido Icue
no está cosido, ni siquiera hilvanado. Y hasta el Artés Carrasco se han presentado,
para llevar al equipo en volandas o al precipicio, los jugadores de siempre,
incluida esta vez sí la presencia de Chus Hevia, la alineación de siempre, los que
hasta esta tarde siempre elegía Julio Cesar Ribas y esta vez, en comandita,
dieron la lista, compusieron la alineación y hasta fueron capaces de hacer los
cambios los José Esteban Yepes, Miguel Cuesta, Simón Ruiz, todos ellos coordinados
por Domingo “el Bomba Cáceres”. Y
efectivamente, en el Artés Carrasco, explotó la bomba, no de Cáceres, ni de Yepes,
Cuesta o Simón Ruiz, sino de José Miguel Campos y los suyos. La Hoya Lorca CF 2 - FC Cartagena 0
El partido de esta tarde, el resultado de esta tarde
con el que nuestro Cartagena ha sido decapitado me ha recordado esa imagen
sagrada, absolutamente atroz que todos retuvimos en nuestra retina después de
verla en las imágenes de aquellos libros de religión de nuestra época infantil
llamados de Historia Sagrada. El La Hoya Lorca, cual verdugo, ha exhibido no
una daga, sino dos, que pudieron ser más, presta a decapitar a un equipo
inocente, nuestro Cartagena, arrodillado a sus pies, vestido y envuelto en el
color carmesí de su uniforme. Y La Hoya Lorca, preparado para el degüello
ritual como si se tratase de una ceremonia escenificada como un sacrificio
litúrgico, ha envuelto el juego y el resultado en una mezcla de venganza,
oración y desafío, a mayor gloria y honor de su brócoli mundialmente conocido y
de ese entrenador que, contratado a última hora por la destitución de Pacheta,
no pudo conducir a su Cartagena a superar la primera eliminatoria de ascenso en
la temporada 2012-2013.
Los goles lorquinos de Pau Franch 1-0, minuto 23 y
Hugo, minuto 44 del primer tiempo, han sido asestados por esa lámina aplanada y
remate agudo con eficacia bélica y rentabilidad apropiada para mantener a los
del Brócoli Mecánico en los primeros puestos de la tabla. Recuerda el Icue que
en la historia sagrada la daga siempre presidió los lances de Judit y
Holofernes, de Herodías y la cabeza del Bautista. Hoy el FC Cartagena ha sido
cabeza de Bautista, sin odio ni dramatismo pero exhibida y potenciada, como don
de mártir cristiano, por esa su desastrosa defensa y un Limones poco cómodo con
ella.
A la Hoya Lorca de José Miguel Campos se le dio la
orden de que apuntasen a portería y, cual misil, supieron lo que tenían que
hacer. Y la acción de las dos puñaladas con daga, como dos goles, en este partido
de sacrificio, ha tenido y tendrá un impacto más demoledor para el FC Cartagena
que cualquier terremoto, y de esto aquí se sabe y se sufre, o bombardeo. Y a
pesar de todo, y aun con el bochorno sufrido esta tarde, el Icue todavía tiene
muy diversas razones para mantenerse y ser efesemaníaco. El Icue, como tantos
aficionados, es del FC Cartagena por los recuerdos y por el color de la
camiseta o simplemente por ir en contra de otros. Y Julio Cesar Ribas “el
Gladiator” por tierras uruguayas tomándose un mate después de un atracón de
asado con cuero. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 9/7: ante diem undevicesimum
Kalendas Octobres. Nº 340.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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