sábado, 23 de abril de 2016





El FC Cartagena era un equipo sin rumbo, un equipo sin entrenador, un equipo sin directiva y un equipo sin nada, descompuesto, desdibujado e inoperante, sin ilusión, mediocre y a remolque de los acontecimientos que él mismo y desde su seno se producían. Eso sí: un equipo con muchas, demasiadas noticias extradeportivas Y en estas circunstancias y con esta vestimenta descolorida de sus esenciales colores se acercó hasta el Artés Carrasco para ofrecerse, cual sacrificio y que La Hoya Lorca sin hacer nada del otro mundo le pasase por encima, se convirtiese en un haraposo equipo y lo arrojase hasta la zona de descenso a la Tercera División.  Este Efesé fue desnudado por las dulces manos y pies de un equipo, el de Campo, que cada vez que rondaba la portería la portería de Limones hostigaba y destrozaba a los pupilos del ausente y vacacional Ribas, huido a Uruguay a por el visado de residencia. ¡Qué cosas, Dios mío, qué cosas! 

Los de siempre, los de la botella medio vacía o medio llena, los de todavía hay tiempo y se puede reaccionar, los de las mamandurrias, llegaron a titular como siempre: “Un derbi para despertar o sufrir”. Solamente les restó añadir morir o dormir. Pero nada, ellos a sus cosas, escribir que, “en este inicio de temporada La Hoya Lorca no se encontraba en mejor nivel, después de haber sido eliminados de la Copa del Rey por un Villanovense que terminó el encuentro con 7 futbolistas”. Y fíjense, todavía con estos gloriosos antecedentes descritos y cantados por los caramillos va y le meten a nuestro FC un 2-0 que les dejó temblando. 

Hay que añadir, y es cierto, que ambos conjuntos andaban ansiosos por ganar; los nuestros la primera y ellos por alcanzar la segunda. Las urgencias no eran buenas, pero la necesidad de conseguir victorias apretaba a los dos y es que punto a punto no se llegaba ni a los objetivos, ni tan siquiera a llevar una andadura tranquila por la categoría. Y ya saben cuándo se piensa en empatar, se pierde. Y así ocurrió. Y después lo de siempre, una vez más a Simón Ruiz le tocó bailar con la más fea, poner la cara y dar sus explicaciones: “Pedimos perdón por la derrota, la única receta es trabajo, trabajo y trabajo para salir de esta situación.” ¡Ay, ay, ay!


El Icue y…qué quieren que les cuente

“Qué fácil es empujar a la gente... Pero que difícil guiarla”. (Rabindranah Tagore)

Que el FC Cartagena no es un equipo conjuntado, ya lo estamos viendo, no tanto en la pretemporada en la que se desenvolvió a trancas y barrancas, sino en los cinco partidos jugados hasta hoy, cuatro de Liga y uno de Copa del Rey. Y con el pobre bagaje de dos goles a favor y metido en puestos de promoción, pero para no descender.

Y en ese sin conjuntar estaba el equipo cuando, a punto de comenzar las fiestas de Cartagineses y Romanos, fiestas por excelencia cartageneras, ha faltado, lo que faltaba, Gladiator para conjuntarlos. El señor Julio Cesar se ha marchado al Uruguay, (al Uruguay, guay, yo me voy, voy, porque temo naufragar) a buscar papeles, a legalizar los suyos o a regularizar una situación que, desde su contratación, ya le pareció al Icue un tanto sorprendente. No desea el Icue pensar que este Gladiator se ha rajado justo ahora, en plenas fiestas. No quisiera pensar que se ha ido al no tener fuerzas para enfrentarse con su “tropa” a sus adversarios. Y no quiere ni desea pasársele por la imaginación que ha huido para nunca más volver.

Y aquí y así está nuestro y suyo Efesé, sin nadie al timón, como desnortado, puede que vivo, acaso coleando, pero compuesto y sin novio-entrenador. Ahora bien, eso sí, con sustitutos, dicen que de lujo, pero que al Icue no le prestan confianza. Es cierto que el que se ha marchado es, en lo poco que se ha expresado, correcto en las formas, recurrente en el fondo, aunque solo sea en esos sus famosos gritos desde la baranda del foso voceando aquello de: “achique, achique, achique y presión”. Este hombre todavía no se ha estrenado, dicen que no lo ha hecho porque no le dejan, porque sus papeles no son de fiar. Así que nuestro Cartagena está sin líder ni conductor y sin su mejor cara en tras la reconstrucción y formación, tras el rastrillo veraniego de los fichajes, de este Cartagena 2014-2015. Ribas padre todavía no ha tenido estreno en el banquillo, por lo tanto no me merece ninguna impresión, ni buena, ni mala. Y no porque no le haya puesto ganas, que sí, sino porque no ha habido nada nuevo que subrayar hasta ahora en sus mensajes. Y esto es grave, muy grave. 

Y con este galimatías en el que se ha convertido o ha caído temporalmente este FC Cartagena, por mor de todos los sucesos externos e internos, esta tarde ha acudido a Lorca a salir derrotado como la temporada pasada, eso sí por un gol menos, o con menos vergüenza torera. Le ha faltado un fútbol más coral, algún guía que articulara el juego. Este equipo, querido Icue no está cosido, ni siquiera hilvanado. Y hasta el Artés Carrasco se han presentado, para llevar al equipo en volandas o al precipicio, los jugadores de siempre, incluida esta vez sí la presencia de Chus Hevia, la alineación de siempre, los que hasta esta tarde siempre elegía Julio Cesar Ribas y esta vez, en comandita, dieron la lista, compusieron la alineación y hasta fueron capaces de hacer los cambios los José Esteban Yepes, Miguel Cuesta, Simón Ruiz, todos ellos coordinados por Domingo “el Bomba Cáceres”.  Y efectivamente, en el Artés Carrasco, explotó la bomba, no de Cáceres, ni de Yepes, Cuesta o Simón Ruiz, sino de José Miguel Campos y los suyos. La Hoya Lorca CF 2 - FC Cartagena 0

El partido de esta tarde, el resultado de esta tarde con el que nuestro Cartagena ha sido decapitado me ha recordado esa imagen sagrada, absolutamente atroz que todos retuvimos en nuestra retina después de verla en las imágenes de aquellos libros de religión de nuestra época infantil llamados de Historia Sagrada. El La Hoya Lorca, cual verdugo, ha exhibido no una daga, sino dos, que pudieron ser más, presta a decapitar a un equipo inocente, nuestro Cartagena, arrodillado a sus pies, vestido y envuelto en el color carmesí de su uniforme. Y La Hoya Lorca, preparado para el degüello ritual como si se tratase de una ceremonia escenificada como un sacrificio litúrgico, ha envuelto el juego y el resultado en una mezcla de venganza, oración y desafío, a mayor gloria y honor de su brócoli mundialmente conocido y de ese entrenador que, contratado a última hora por la destitución de Pacheta, no pudo conducir a su Cartagena a superar la primera eliminatoria de ascenso en la temporada 2012-2013.
Los goles lorquinos de Pau Franch 1-0, minuto 23 y Hugo, minuto 44 del primer tiempo, han sido asestados por esa lámina aplanada y remate agudo con eficacia bélica y rentabilidad apropiada para mantener a los del Brócoli Mecánico en los primeros puestos de la tabla. Recuerda el Icue que en la historia sagrada la daga siempre presidió los lances de Judit y Holofernes, de Herodías y la cabeza del Bautista. Hoy el FC Cartagena ha sido cabeza de Bautista, sin odio ni dramatismo pero exhibida y potenciada, como don de mártir cristiano, por esa su desastrosa defensa y un Limones poco cómodo con ella.   


A la Hoya Lorca de José Miguel Campos se le dio la orden de que apuntasen a portería y, cual misil, supieron lo que tenían que hacer. Y la acción de las dos puñaladas con daga, como dos goles, en este partido de sacrificio, ha tenido y tendrá un impacto más demoledor para el FC Cartagena que cualquier terremoto, y de esto aquí se sabe y se sufre, o bombardeo. Y a pesar de todo, y aun con el bochorno sufrido esta tarde, el Icue todavía tiene muy diversas razones para mantenerse y ser efesemaníaco. El Icue, como tantos aficionados, es del FC Cartagena por los recuerdos y por el color de la camiseta o simplemente por ir en contra de otros. Y Julio Cesar Ribas “el Gladiator” por tierras uruguayas tomándose un mate después de un atracón de asado con cuero.  ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 9/7: ante diem undevicesimum Kalendas Octobres. Nº 340.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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