Se jugó este partido un 14 de diciembre de
2013, días antes que nuestro FC Cartagena se desplazase hasta Barcelona, hasta
el Nou Camp para disputar los dieciseisavos de la Copa de su Majestad el Rey.
Fue la última temporada, esta 2013-2014, en la que ambos equipos se
encontraron, ya que la temporada 2014-2015 el Algeciras Club de Fútbol no se
enfrentó al FC Cartagena al estar disputando la Tercera División por haber
descendido en la que hoy comentamos.
Entre otras cosas se me ocurre, con la
lejanía que da el tiempo, que este partido fue un partido de preparación para
cerrar una eliminatoria de ensueño ante el FC Barcelona en el mítico estadio
del Camp Nou y así lo reconoció Luis García Thevenet en la rueda de prensa tras
el partido de aquella tarde: “Es un campo donde vamos con la ilusión de hacer
buen partido y dar buena imagen, dejando claro que vamos a jugar con la élite
del fútbol mundial. Lo primordial es recuperar a la gente para lo que queda de
partidos este diciembre”.
Me recuerda el Icue que el Fútbol Club
Cartagena encaró su último partido del año en el Cartagonova recibiendo a un
histórico del fútbol modesto, que acababa de regresar esta temporada a la
división de bronce tras una oscura etapa. Después dar la cara ante las
estrellas del Barça y sobrevivir a una situación que se preveía mortífera en el
Carranza, rescatando un punto -gracias a Limones- luchando contra todos los
impedimentos, vienen una oportunidad ante el equipo chazirí para hacer valer
más aún ese empate cosechado en el Ramón de Carranza.
Diré que lo peor de todo no fue el empate a
dos cosechado, que fue muy malo Lo peor de todo fue que habiendo declarado el
Club para este partido el “Día del Niño” este no fue tal al haber muy pocos
niños en el campo. Algo debió fallar en la oferta de puertas abiertas para los
menores de 14 años. Se esperaba la mejor entrada de la temporada y se convirtió
en la peor entrada de los últimos meses. Acudieron 3.722 espectadores y esto es
muy triste hasta para recordarlo.
Y una última cosa: nuestros jugadores ya
estaban preparados para acudir a Barcelona uniformados y vestidos con ese
conjunto de sport de chaqueta color gris, chaleco negro, pantalón marrón y con
el escudo bordado en su corazón. Otra más de Fran de Paula. ¡Ay, ay, ay!
El Icue y…y además dos huevos duros
“Algunos creen que el fútbol es una
cuestión de vida o muerte. Pero es mucho más importante que eso”. (Hill
Shankly, entrenador que fue del Liverpool)
No olvidado el LIMONAZO, ¡bien
Jesús, sobresaliente cum laude!, del martes pasado en el Ramón de Carranza,
ahora mismo, una vez acabado el partido en el Cartagonova, tengo la sensación
de escuchar aquella bocina de Harpo y la voz de Chico emergiendo desde el baúl
y vociferando aquello de “Y DOS HUEVOS DUROS”. Esta es la sensación que me ha
quedado viendo como los jugadores se presentaron sobre el césped del
Cartagonova todos arropaditos, como excitados, perfectamente uniditos,
conjuntados, deseosos de alcanzar ya las glorias del descanso navideño y como
queriendo lanzar sus últimos gritos de hartazgo del cansancio futbolístico de
las últimas semanas.
Y así, como obligados por la
competición, sin hacer mucho ruido y aprovechando los errores defensivos
apareció el algecireño Andújar para condenar por dos veces al FC Cartagena a
otra clásica velada de sufrimiento en El Cartagonova. Nada extraordinario hizo
el FC Cartagena para poner contra las cuerdas a éste su rival que ya conocía
desde aquellos enfrentamientos históricos de principios del 2000. Nada
inaudito. Y así, tranquilitos, se presentaron “los chazirís” en el Cartagonova
y, efectivamente, ante el 1-2 con el
que terminó el primer tiempo, fue entonces cuando, de nuevo, volvió a sonar en
mis oídos la voz de Chico Marx, tras la trompetilla de Harpo, los dos en el
baúl, en el camarote: “Y DOS HUEVOS DUROS”. Y con estas sensaciones, y tal y
como se iba desarrollando el partido, es cuando verdaderamente recordé aquel
encantador diálogo de aquella grandiosa película, “Una noche en la Ópera”, producida por Irving Thalberg en la que
intervenían esos hermanos locos, muy locos y geniales hermanos Marx:
“Oye esclavo.
Diga
¿Qué tenemos para comer?
Todo lo que usted quiera, señor.
Puede tomar jugo de tomate, jugo
de naranja, jugo de piña, jugo de uva…
Está bien. Le sacaremos el jugo a
la compañía.
Traiga uno de cada. Y dos huevos
fritos, dos revueltos, dos pasados por agua
y dos en tortilla. Y también.
mek, mek, dos huevos duros...”
Y lo reflejado en el diálogo fue
lo que el FC Cartagena y el Algeciras CF cocinaron para que se les atragantase
tanto a los cartageneros como a los algecireños, rival que no ofreció
absolutamente nada, ese guiso que ambos se llevaron para sus respectivas
bahías. Fue francamente deprimente pero los dos equipos se repartieron, como
los tiempos del partido, esos dos huevos duros, ricos, sabrosos y jugosos para
unos y, blanditos, como pasados por agua, desabridos, insípidos y como con olor
a sulfuroso para los de La Trimilenaria. No ha sido una tarde ni partido
excelente, impecable y sobresaliente, cosa que hubiéramos deseado como
precedente a la marcha hacia el Nou Camp en esos autobuses y tren de la
esperanza, para allí, divertirse, disfrutar y gozar participando del
espectáculo. Desde que Paco Gómez no aparece por aquí, gracias y siga ausente,
este Cartagena se nos ha ido ofreciendo como un equipo nuevo y fuerte, con un
Fernando en plan espectacular y algunos jugadores como Limones, Marcos
Rodríguez, Fede, De Lerma, Mejías, Antoñito, Carlos David y Mariano tratando de
reforzar el objetivo, que no promesa, de llegar a jugar la fase de ascenso para
alcanzar esa Liga Adelante que jamás debió perderse. Esta tarde no, no ha sido
así, solo aparecieron el goleador Fernando, un poco de Mejías, alguna carrera
de Antoñito y el bueno de Limones. El resto han desaparecido y hasta han
llegado a estar, tapados, ausentados, oscuros y hasta fallones. Es como si se
hubiesen plantado y nos hubiesen lanzado a la afición aquello de ¡despacio y
cuidado!, todavía falta hasta que lleguen los días de mayo.
Esta tarde y contra los
algecireños y ante tal negrura, apareció poco fútbol y sí demasiados arreones.
La pareja del epicentro blanquinegro desapareció. No tuvimos ese jugador “GPS”
necesario para enfriar las acometidas del rival, ni tampoco se vio a ese
jugador-enlace capaz de dejar el sello de su juego y técnica. Me cuentan que
esta tarde en el Cartagonova parece asomó como una especie de descomposición
posicional, fundamentalmente en la defensa.
Es cierto que cuando el tiempo apremiaba apareció, como sigilosa, eso
que se llama reacción. No fue suficiente, aunque la tuvieron Fernando para
firmar el hat-trick y alcanzar la remontada y Menudo. No pudo ser y nos
quedamos con aquello de "Y DOS HUEVOS DUROS". Esta tarde no hubo precisión
ni velocidad y sí entusiasmo, éste como siempre. Este equipo, querido Icue,
tiene urgencias y no asimila aquello del tiempo pasa. Cada jugador reacciona
con arreglo a su personalidad, claro, y eso siempre es de agradecer.
El Icue cuando el equipo, su
equipo, está fatal suele hacerse un ovillo, sí, literalmente. Se aísla emocionalmente y deja que la
autocompasión se apodere de él, pero sólo un momento. Tras unos instantes, ese
estado de ánimo tan antipático se va esfumando, no sin esfuerzo claro y
encuentra hueco donde acomodarse. Esto es lo que el Icue desea para su
Cartagena y también ese antídoto para pintar con otro color sus ideas
futbolísticas.
Hoy para terminar mi querido Icue
se ha agarrado a Esopo y demostrar que los jugadores de este equipo también
deben asirse a la fábula de ese atleta que, partiendo a tierras lejanas, volvió
anunciando que había hecho grandes proezas en Rodas dando un salto que nunca
antes ninguno de los atletas coronados había sido capaz de realizar. Esto es lo
que el FC Cartagena, después del empate de hoy, deseo haga el próximo martes en
Barcelona: la proeza de haber jugado en Camp Nou nada más y nada menos que los
dieciseisavos de la Copa de su Majestad el Rey. Y es que esto sí que será haber
dado un triple salto en la historia de este equipo, aunque luego no haya nada,
o sí. Y es que noventa minutos en el Nou Camp se nos pueden hacer muy largos, o
no. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para
Doce”. Dies 12/14: ante diem undevicesimum
Kalendas Ianuarias. Nº 312.
Texto La Medusa Paca. Fotos
http://qapta.es/. Copyright ©
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