sábado, 2 de abril de 2016






Se jugó este partido un 14 de diciembre de 2013, días antes que nuestro FC Cartagena se desplazase hasta Barcelona, hasta el Nou Camp para disputar los dieciseisavos de la Copa de su Majestad el Rey. Fue la última temporada, esta 2013-2014, en la que ambos equipos se encontraron, ya que la temporada 2014-2015 el Algeciras Club de Fútbol no se enfrentó al FC Cartagena al estar disputando la Tercera División por haber descendido en la que hoy comentamos.

Entre otras cosas se me ocurre, con la lejanía que da el tiempo, que este partido fue un partido de preparación para cerrar una eliminatoria de ensueño ante el FC Barcelona en el mítico estadio del Camp Nou y así lo reconoció Luis García Thevenet en la rueda de prensa tras el partido de aquella tarde: “Es un campo donde vamos con la ilusión de hacer buen partido y dar buena imagen, dejando claro que vamos a jugar con la élite del fútbol mundial. Lo primordial es recuperar a la gente para lo que queda de partidos este diciembre”.

Me recuerda el Icue que el Fútbol Club Cartagena encaró su último partido del año en el Cartagonova recibiendo a un histórico del fútbol modesto, que acababa de regresar esta temporada a la división de bronce tras una oscura etapa. Después dar la cara ante las estrellas del Barça y sobrevivir a una situación que se preveía mortífera en el Carranza, rescatando un punto -gracias a Limones- luchando contra todos los impedimentos, vienen una oportunidad ante el equipo chazirí para hacer valer más aún ese empate cosechado en el Ramón de Carranza. 

Diré que lo peor de todo no fue el empate a dos cosechado, que fue muy malo Lo peor de todo fue que habiendo declarado el Club para este partido el “Día del Niño” este no fue tal al haber muy pocos niños en el campo. Algo debió fallar en la oferta de puertas abiertas para los menores de 14 años. Se esperaba la mejor entrada de la temporada y se convirtió en la peor entrada de los últimos meses. Acudieron 3.722 espectadores y esto es muy triste hasta para recordarlo.

Y una última cosa: nuestros jugadores ya estaban preparados para acudir a Barcelona uniformados y vestidos con ese conjunto de sport de chaqueta color gris, chaleco negro, pantalón marrón y con el escudo bordado en su corazón. Otra más de Fran de Paula. ¡Ay, ay, ay!



El Icue y…y además dos huevos duros

“Algunos creen que el fútbol es una cuestión de vida o muerte. Pero es mucho más importante que eso”. (Hill Shankly, entrenador que fue del Liverpool)

No olvidado el LIMONAZO, ¡bien Jesús, sobresaliente cum laude!, del martes pasado en el Ramón de Carranza, ahora mismo, una vez acabado el partido en el Cartagonova, tengo la sensación de escuchar aquella bocina de Harpo y la voz de Chico emergiendo desde el baúl y vociferando aquello de “Y DOS HUEVOS DUROS”. Esta es la sensación que me ha quedado viendo como los jugadores se presentaron sobre el césped del Cartagonova todos arropaditos, como excitados, perfectamente uniditos, conjuntados, deseosos de alcanzar ya las glorias del descanso navideño y como queriendo lanzar sus últimos gritos de hartazgo del cansancio futbolístico de las últimas semanas. 

Y así, como obligados por la competición, sin hacer mucho ruido y aprovechando los errores defensivos apareció el algecireño Andújar para condenar por dos veces al FC Cartagena a otra clásica velada de sufrimiento en El Cartagonova. Nada extraordinario hizo el FC Cartagena para poner contra las cuerdas a éste su rival que ya conocía desde aquellos enfrentamientos históricos de principios del 2000. Nada inaudito. Y así, tranquilitos, se presentaron “los chazirís” en el Cartagonova y, efectivamente, ante el 1-2 con el que terminó el primer tiempo, fue entonces cuando, de nuevo, volvió a sonar en mis oídos la voz de Chico Marx, tras la trompetilla de Harpo, los dos en el baúl, en el camarote: “Y DOS HUEVOS DUROS”. Y con estas sensaciones, y tal y como se iba desarrollando el partido, es cuando verdaderamente recordé aquel encantador diálogo de aquella grandiosa película, “Una noche en la Ópera”, producida por Irving Thalberg en la que intervenían esos hermanos locos, muy locos y geniales hermanos Marx: 


“Oye esclavo.
Diga
¿Qué tenemos para comer?
Todo lo que usted quiera, señor.
Puede tomar jugo de tomate, jugo de naranja, jugo de piña, jugo de uva…
Está bien. Le sacaremos el jugo a la compañía.
Traiga uno de cada. Y dos huevos fritos, dos revueltos, dos pasados por agua
y dos en tortilla. Y también. mek, mek, dos huevos duros...”

Y lo reflejado en el diálogo fue lo que el FC Cartagena y el Algeciras CF cocinaron para que se les atragantase tanto a los cartageneros como a los algecireños, rival que no ofreció absolutamente nada, ese guiso que ambos se llevaron para sus respectivas bahías. Fue francamente deprimente pero los dos equipos se repartieron, como los tiempos del partido, esos dos huevos duros, ricos, sabrosos y jugosos para unos y, blanditos, como pasados por agua, desabridos, insípidos y como con olor a sulfuroso para los de La Trimilenaria. No ha sido una tarde ni partido excelente, impecable y sobresaliente, cosa que hubiéramos deseado como precedente a la marcha hacia el Nou Camp en esos autobuses y tren de la esperanza, para allí, divertirse, disfrutar y gozar participando del espectáculo. Desde que Paco Gómez no aparece por aquí, gracias y siga ausente, este Cartagena se nos ha ido ofreciendo como un equipo nuevo y fuerte, con un Fernando en plan espectacular y algunos jugadores como Limones, Marcos Rodríguez, Fede, De Lerma, Mejías, Antoñito, Carlos David y Mariano tratando de reforzar el objetivo, que no promesa, de llegar a jugar la fase de ascenso para alcanzar esa Liga Adelante que jamás debió perderse. Esta tarde no, no ha sido así, solo aparecieron el goleador Fernando, un poco de Mejías, alguna carrera de Antoñito y el bueno de Limones. El resto han desaparecido y hasta han llegado a estar, tapados, ausentados, oscuros y hasta fallones. Es como si se hubiesen plantado y nos hubiesen lanzado a la afición aquello de ¡despacio y cuidado!, todavía falta hasta que lleguen los días de mayo. 


Esta tarde y contra los algecireños y ante tal negrura, apareció poco fútbol y sí demasiados arreones. La pareja del epicentro blanquinegro desapareció. No tuvimos ese jugador “GPS” necesario para enfriar las acometidas del rival, ni tampoco se vio a ese jugador-enlace capaz de dejar el sello de su juego y técnica. Me cuentan que esta tarde en el Cartagonova parece asomó como una especie de descomposición posicional, fundamentalmente en la defensa.  Es cierto que cuando el tiempo apremiaba apareció, como sigilosa, eso que se llama reacción. No fue suficiente, aunque la tuvieron Fernando para firmar el hat-trick y alcanzar la remontada y Menudo. No pudo ser y nos quedamos con aquello de "Y DOS HUEVOS DUROS". Esta tarde no hubo precisión ni velocidad y sí entusiasmo, éste como siempre. Este equipo, querido Icue, tiene urgencias y no asimila aquello del tiempo pasa. Cada jugador reacciona con arreglo a su personalidad, claro, y eso siempre es de agradecer. 
 

El Icue cuando el equipo, su equipo, está fatal suele hacerse un ovillo, sí, literalmente.  Se aísla emocionalmente y deja que la autocompasión se apodere de él, pero sólo un momento. Tras unos instantes, ese estado de ánimo tan antipático se va esfumando, no sin esfuerzo claro y encuentra hueco donde acomodarse. Esto es lo que el Icue desea para su Cartagena y también ese antídoto para pintar con otro color sus ideas futbolísticas. 

Hoy para terminar mi querido Icue se ha agarrado a Esopo y demostrar que los jugadores de este equipo también deben asirse a la fábula de ese atleta que, partiendo a tierras lejanas, volvió anunciando que había hecho grandes proezas en Rodas dando un salto que nunca antes ninguno de los atletas coronados había sido capaz de realizar. Esto es lo que el FC Cartagena, después del empate de hoy, deseo haga el próximo martes en Barcelona: la proeza de haber jugado en Camp Nou nada más y nada menos que los dieciseisavos de la Copa de su Majestad el Rey. Y es que esto sí que será haber dado un triple salto en la historia de este equipo, aunque luego no haya nada, o sí. Y es que noventa minutos en el Nou Camp se nos pueden hacer muy largos, o no. ¡Ay, ay, ay! 

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 12/14: ante diem undevicesimum Kalendas Ianuarias. Nº 312.

Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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