El Icue y…cuando al FC Cartagena le picó una víbora cornuda
“Al que ha sido mordido por una serpiente le da miedo un trozo
de cuerda.” (Proverbio)
Pudo ser un tarde maravillosa, exultante, grandiosa y
tarde de salvación la de hoy en el Cartagonova. Pudo ser una tarde de fiesta, sí
lo fue de expectación y hasta de ambiente, como hacía tiempo no existía en el
estadio de la orilla de La Rambla. Tarde de estreno y de esperanza. Se
presentaba Paco Belmonte y lo esperaba la plantilla y su entrenador, no para
darle la espalda, sino para mirarle a la cara y brindarle este su primer
triunfo después de que él cumpliera con lo prometido. Pero no fue así, ha sido
una tarde de fracasos y desesperanza: FC
Cartagena 0 – Real Betis Balompié B 2 y el inicio de dos semanas durísimas,
de desesperación, nerviosismo, intranquilidad, desasosiego, cuando todavía
quedan, nada más y nada menos que dos últimos suspiros. Eso será otra tarde,
otro domingo, otro suspiro.
Podía haber sido una tarde gloriosa, de esas que
siempre se recuerdan y se dejan grabadas en algún tronco de esos que están
cercanos y dando escasa sombra en el aparcamiento donde dejé estacionado mi
vehículo para adentrarme a gozar, junto a esos 6000 aficionados, ¡ay qué
tiempos!, del triunfo de este equipo que ya lo merecía. Pero no fue así.
Pensaba haber dejado allí, querido Icue, en ese minúsculo árbol, mi alegría,
como parte de esa pareja de enamorados, que lo soy, y deja grabado un corazón
traspasado por una flecha. Icue y FC Cartagena son los nombres, que de haber
ganado nuestro Cartagena, hubiese dejado inscritos en la corteza plateada a
punta de navaja. Pero tampoco ha podido ser en esta tarde, que pudo ser
gloriosa, de un día de mayo en el que se conmemoraba a la madre. No ha habido
manera de dejar en ese joven árbol la firma de este enamorado aficionado para
que cuando el tronco creciera y ensanchase no se pudiesen corroer los trazos de
una grandiosa victoria grabada a punta de navaja de niño. Y es que debajo del
corazón gozoso pensé, querido Icue, que podía haber habido una fecha y un
triunfo sonado, pero tampoco pudo ser y sólo quedó la fecha y ese maldito
resultado: 3 de mayo de 2015 y 0 - 2. Te recuerdo, amigo Icue, que al pie de
este árbol discurre una rambla, apacible, sin aguas menos cuando se encabrona, que
como la vida, puede que se lleve al mar o a la tumba la memoria de estos
amantes y esto es lo que sucedió esta tarde, que se encabronó la tarde. Pero lo
jugado, jugado está y ahí ha quedado. Recuerda, entusiasta Icue, que Plinio el
Viejo dejó escrito que los romanos escribían sobre estas cortezas antes de que
se descubriera el papiro. Recuerda que, tal vez, los enamorados aficionados de
esta tarde esperarán a que aterrice una tarde gloriosa de fútbol, que
aterrizará, para poder grabar sobre el tronco del árbol un corazón, una fecha y
un resultado, un simple, sencillo y gracioso resultado que ya no lo pueda
arrastrar esa enfurecida Rambla y así poder honrar en esa corteza arbórea a los
antiguos griegos y romanos.
Me vas a perdonar querido Icue, bien lo sabes, que
esta tarde acudimos al Cartagonova con malos y enrevesados pensamientos. Imbuidos,
quizás, por esos devaneos arqueológicos que ayer tuvimos al analizar el ataúd
de Ankhefenkhonsu, sacerdote de Amón. Ese que fue hallado en 1891 y que el Gobierno
egipcio lo regaló a España en 1895. Bien
recuerdas que aparecen en él muchas serpientes y, como bien conoces, la serpiente
es ambivalente en el mundo del Antiguo Egipto. Hay ocasiones en las que la
serpiente aparece con símbolo de renacimiento y divinidad protectora,
mostrándose en otras como forma maligna, espiritualmente destructora. Conoces
Icue que de estas hay muchas, abundan en las tumbas, les gustan porque están
fresquitas. Y hoy, no sé por qué, el Betis pequeño se nos mostraba como una de
estas, como si fuese Apofis, aliada de Seth y una de las fuerzas del caos. Desgraciadamente
así ha sido así y nos han sucedido todas las desgracias. Y hasta ha habido que
recurrir a los servicios de un tradicional especialista en serpientes, el encantador,
para que las apartara de los sitios más frescos del Cartagonova. No, hoy no
pudo ser, tiempo al tiempo.
Este Betis B de hoy ha sido un trance para el FC
Cartagena que deseaba tragarse el primer suspiro de los tres que le restaban.
Pero no ha podido ser. Fue con demasiado cuidado y a pesar de eso se encontró
con un bicho, cuando lo mejor hubiese sido es ir metiéndose en el partido haciendo
ruido, golpeando con un palo y tirando piedras y de esta manera ahuyentar a la
cornuda. Y ¡Válgame Osiris! Nos mordió la cobra que más se parecía a una víbora
cornuda, lo hizo por dos veces y poco pudo hacerse. Lo mejor hubiera sido
sentarse, beber un trago y pensar que la muerte iba a llegar de todas formas.
Y así fue. Hubo unos cuantos picotazos al larguero de
los nuestros: de Migue, Luque y Chus Hevia pero no entraron. Eran ellos, los béticos,
los que poseían el antídoto. El FC Cartagena también los poseía pero fueron muy
complejos de preparar, de conservar y de aplicar. Estaban en su banquillo pero
no se aplicaron o lo hicieron tarde. Y todo eso sin hablar de las maldiciones,
que también las ha habido esta tarde a la orilla de La Rambla. Una enorme maldición
es lo que parece haber caído de un tiempo a esta parte sobre este histórico,
que no antiguo, Efesé.
Para qué seguir. Acabo recordando que a partir de hoy
el FC Cartagena tendrá que venerar como favorito a ese grandioso dios egipcio
de nombre Upwaut, “el que abre caminos”. Y es que en esta tarde futbolera aunque
haya abandonado a este nuestro y vuestro FC Cartagena, a partir de ahora mismo
tendrá que inspirar a nuestros jugadores y su entrenador para romper moldes y,
empecinado, conducirlo hasta las dos victorias posibles que aún restan. Y,
además, este Cartagena tendrá que estar vigilante. Todavía silban por ahí víboras
cornudas que pueden picarles para arrojarles a los infiernos. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 4/26: ante diem quintum
Nonas Maias. Nº 372.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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