domingo, 24 de mayo de 2015






El Icue y…cuando se trasladó hasta Las Gaunas para presenciar fútbol con pellizco. 

“Voy a envejecer para todo. Para el amor. Para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro” (Chesterton)

Chesterton ese periodista y narrador británico de principios del siglo XX nos testó un poema que dice: “Voy a envejecer para todo. Para el amor. Para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro”. Y es por eso por lo que el Icue se trasladó y quiso estar aquí, en Logroño, en el Nuevo Las Gaunas, junto a los amigos para, además de estar junto a ellos, recordar tiempos pasados y como dice el británico “nunca envejecer para el asombro”.  Y, efectivamente, muchas son las cosas que ayer noche llevaron al Icue a asombrarse ante un partido de fútbol transcendente tanto para los de la ciudad valenciana de Torrent  cómo, y mucho, para esta ciudad de Logroño que arrastra años sin presenciar fútbol de elite como aquel que, años ha, disfrutó con los Rugieri, Alzamendi, Polster, Sarabia, Oleg Salenco, Quique Setién  y tantas otras estrellas del mundo mundial futbolístico. 

Asombró al Icue el orden de un Logroñés todo él pivotado en torno a ese tridente compuesto por el duende futbolero de Menudo, la filigrana poco efectiva de Joel Valencia y la rabia futbolística de un Titi que el día que explote será muy grande y dará para poner sobre blanco las verdades de un fútbol de verdad y del bueno; también dentro de su asombro debe resaltar el Icue esa defensa tan resolutiva para solucionar los pocos problemas que ayer noche le planteó el equipo torrentino. Fue asombroso, cosa que no extraña en esta 2ª División B, la veteranía, la dureza y hasta la perrería del equipo valenciano. Es este un equipo marrullero, físicamente fuerte y, si es necesario, hasta violento, muerde donde hay que morder sin acordarse de que en el fútbol, cuando este imprime arte, si es necesario hay que repartir caricias de las buenas. Y todo esto le lleva a pensar al Icue que el partido de vuelta de la eliminatoria va a ser un calvario para los jugadores de Pouso al que, por cierto, ayer vi poco transmisor, poco motivador, poco animador y, si me apuran, hasta poco comprometido con lo que se estaba desarrollando en el terreno de juego. Lo vi demasiado estático, quizás pensativo en el poco recambio que su equipo tiene en el banquillo.

Escribió Camilo José Cela en la primera página de Pascual Duarte que “hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya”. Efectivamente es ésta una perfecta metáfora para definir los dos estilos de fútbol que el Icue presenció ayer en las Gaunas: Un fútbol sólo destructivo bajo la piel de los jugadores levantinos grabado con dibujo en su pellejo e introducido y resaltado por materias colorantes bajo la epidermis de su pedernal cuerpo, y ese otro tipo de fútbol de arrebol y alegría, de algodón y colonia, de pirueta, duende y fantasía aunque sólo tenga la practicidad del gol que ese Menudo andaluz lleva en sus piernas que se hacen más largas cuando se estira el calzón hacia abajo para sumar centímetros. ¿Y ante esto qué le queda a La Unión ante el próximo partido de vuelta? Solamente jugar al fútbol como ellos lo hacen, no sentirse acosados y, si es necesario, defenderse no cómo los levantinos han hecho esta noche en Logroño con empujones, con dientes, uñas, pies y codos, sino con fútbol bueno, inteligente, práctico y resolutivo. Y es que el fútbol de los de Pouso no es de cantautor, sino de cantar, como si apareciese nuestro gran Pepe Blanco, aquello de ¿dónde vas con mantón de Manila? Y es que el fútbol de los riojanos es de bordados en seda.

Y en estas reflexiones andaba el Icue hasta que apareció el minuto 46, recién estrenada la 2ª parte, y también el gran Menudo, repartiendo juego, echándose al equipo a sus espaldas, siendo un correcaminos por las distintas vías del campo y hasta habilidoso, inteligente y “zorro” para lanzar el penalti del 1-0 mandando al portero levantino hasta la ribera del Ebro y el balón a la red. Toda una lección de lanzar penaltis que imagino que toda la chiquillería que había en el estadio, y fue mucha, tomaría como modelo. A partir de este gol el partido se hizo más rabioso y el aire valenciano más irrespirable y hasta más apasionado, pero nunca violento. Y es entonces cuando apareció el segundo penalti, esta vez gol para los valencianos con lo que se firmó el empate y, a partir de ahí, emergió algún salteado escrache a ras de césped, surgió algún veterano ladronzuelo y escondedor de triquiñuelas y hasta algún golfo futbolista y hasta el árbitro rodó por el césped hasta ponerse nervioso. Y, al final, todo cortesía, partido abierto para la vuelta y a casa con el resultado de Unión Deportiva Logroñés 1 – Huracán CF 1.

Y termino esta contracrónica de la primera visita del Icue al Nuevo Las Gaunas sin olvidarme de Menudo. Este jugador ya no es un jugador de 2ª División B. Este futbolista, de cuando el Icue lo conoció en Cartagena ha crecido mucho, tanto que ya está preparado para dar el salto a La Liga Adelante y, si me aprietan, hasta para jugar en un equipo de Primera con objetivos de mantenerse en ella o más. Ayer noche me pareció un jugador primoroso de la escuela futbolística andaluza. Me recordó a otro jugador bético, escurrido en carnes y jugador que, años ha, fue del CD logroñés llamado Gabino. Su fútbol es de fiesta mayor, de tres capotes de paseo y de incienso del Baratillo y hasta de La Carretería. Es portador de ese fútbol con el que no se hartan las gitanas de vender ramitas de romero para que se las ponga la gente en el ojal de la solapa con esa alegría de ir a un campo de fútbol con la esperanza de ver algo grande. Y el Icue la tiene de verlo jugar, es joven, en un Primera con tronío. Este Menudo viene pidiendo poetas que canten su fútbol. 

Así lo espera el Icue que se alegra de haber estado en Las Gaunas con la esperanza de  que el viento glorioso de finales mayo traiga hasta Logroño y desde Torrent la alegría de trazar otra eliminatoria para poder cantar junto a Dylan esas sus canciones onduladas que dejen hablar al viento, porque ése es el paraíso. ¡¡¡Ay, ay, ay!!!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 5/24: ante diem ante diem nonum Kalendas Iunias. Nº 375.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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