sábado, 27 de febrero de 2016





Se jugó el partido en la 3ª Jornada de la Liga 2014-2015. Fue el primer derbi de la temporada y hubo reparto de puntos entre cartageneros y universitarios. Fue cierto que los de Ribas, “el Bomba” o Simón Ruiz mejoraron la imagen de otros partidos, pero todos vimos, fundamentalmente los 3486 espectadores, falta de juego futbolístico con el que soñábamos y escasas, por no decir nulas llegadas a gol. Si sucedieron dos cosas interesantes: el debut del delantero Ribas y la lesión de Tarantino. 

El partido fue un guiso con los ingredientes necesarios para condimentar un guiso suculento y apetitosamente gastronómico y resultó todo lo contrario. Fue un partido de engrudo, atascado, incapaz de resolver las carencias ofensivas, sin fuste ni sal. En definitiva un partido soso y aburrido con el debut discreto de Seba Ribas como blanquinegro y sustituyendo a Pablo Pallarés con un sólo y discreto remate y muy al final del partido.


El Icue y…cuando el FC Cartagena comienza a reconocerse ante 3.486 espectadores

 “Las consecuencias de la cólera son siempre más graves que las causas”. (Marco Aurelio)  

Tres partidos, tres empates, tres puntos, alguna mejoría, un equipo en evolución este del Gladiator y el debut de su hijo Sebas que ha dejado algún balón peinado y un detallazo en ese gran pase, min 83, a Gato que ha rematado flojo mientras la afición reclamaba penalti. Esta es la conclusión a la que ha llegado el Icue en su regreso desde el Cartagonova a su residencia del Mar Menor. Y hasta ahora empate a goles (2) a favor y en contra. Pobre bagaje o bagaje suficiente para los predicadores de la botella medio llena o para los santones de la medio vacía.

Comenzó el partido con demasiada precipitación, mucho patadón, gran entusiasmo, enorme pelea, galopando demasiado y muy poco, muy poco o casi nada de fútbol. Pero, en seguida el Icue se fue dando cuenta de que este Cartagena era distinto al de partidos anteriores. Tocaba, triangulaba, aparecía el sentido de equipo, había garra y velocidad. Era un partido abierto y hasta gozaba porque estaba viendo un bonito partido. Tanto fue así que tuvo que frotarse los ojos para comprobar que no estaba soñando y que estaba viendo el mejor fútbol de su Cartagena en esos minutos de la segunda parte. Efectivamente, era un Cartagena distinto. El público disfrutaba en espera de que el gol llegase. No llegó y terminó el partido con el 0-0 que había empezado.

Y no es que el FC Cartagena no fuese feliz hasta el partido de esta noche, que lo ha sido, pero a medias, y es que todavía no ha conocido el éxtasis, no ha tocado el cielo, ni ha alcanzado su nivel, ese nivel sosegado de dicha que le deje una sensación difícil de explicar, algo así como un sí, pero... que termine de llenar de satisfacción futbolística a la efesemanía. Al equipo de Ribas, a su hinchada, le está pasando algo raro, tanto en los tres partidos jugados en el Cartagonova, incluyo la eliminatoria de la Copa del Rey, como el empatado en el Nuevo los Cármenes. Primero tiene esperanza al recordar su pasado en el comienzo de La Liga, y después se preocupa por lo no conseguido y hoy quizá -por qué no- hasta piensa en un futuro mejor, pero que de momento no lo es. 



Hoy las cosas han comenzado a ser diferentes. Limones ha mantenido su portería a cero. Porque eso sí que no ha mudado y ya está perdonado. Cada córner, cada falta, hasta ha sido un suplicio para los universitarios de la Católica que hoy han estado más tiernos que el miércoles pasado. Tiene mucho mérito el equipo de la vieja y entrañable Condomina. Es un grupo construido, solidario y trabajador, pero con escaso talento, lógico. Tampoco es peor que el de la Ciudad Portuaria. De momento, simplemente es diferente, aunque cobrase renta copera el pasado miércoles. Por otro lado, el Cartagena, todavía, se muestra algo indefinido. Todavía no se encuentra. Le falta remate. Hoy ya ha estado Sebas Ribas que tengo la sensación, querido Icue, que si se lo tiran puede rematar hasta un piano, y Tarantino, pena de lesión, casi impecable, y Gato y Migue, algo alocados, sí, pero con buena pinta. Hoy, y en las próximas semanas, habrá que solucionar lo del Gladiator en el banquillo. ¿Influirá? Quién sabe...El Icue desea escucharle gritar, ordenar y corregir.

El Icue, para terminar, está deseando que los partidos que vengan de aquí en adelante no sean un dolor de muelas. Insufribles, donde se quiere, pero no se puede, estén mejor colocados, ocupando mejor los espacios, moviendo mejor la pelota que genere ocasiones de gol. Sin señalar, llegará el momento, algún jugador está como el equipo, por definir. No se sabe si va o si viene, si corre o remata, o las dos cosas, que todo puede ser. Y ¡Cuidado, no desesperar! Que, según Marco Aurelio, “Las consecuencias de la cólera son siempre más graves que las causas”. Y es que el Icue no desea que este año no haya siega, ni vendimia, ni otra cosecha que no sea la resignación. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 9/7: ante diem septimum Idus Septembres. Nº 339.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/ e Icue. Copyright ©

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