Un torreón en el interior del Cartagonova
“Alto
soto de torres que al ponerse
tras
las encinas que el celaje esmaltan
dora
a los rayos de su lumbre el padre
Sol
de Castilla”. (Miguel de Unamuno)
Ahí lo tienen, probablemente un desconocido para los
recién llegados al cartagenerismo, pero uno de los nuestros para los que ya
peinamos alguna cana. Él es Miguel Montes Torrecilla, Salamanca 22 de diciembre
de 1969: un salmantino de los de pro, de esos que el gran Farina retrató en “Mi
Salamanca” como lleno de arte y sabiduría, campero que heredó de su salamanca
raigambre, conocimientos y esos códigos comunes propios de una tierra no ajena
a los claustros, aunque los suyos hayan sido los cenobios de los vestuarios, los
atrios administrativos y los campos de juego futbolístico por los que fue y vino
para estabilizarlos o perturbarlos y de lo contrario pregúntenselo a Genaro
Zapata, el doctor Ripoll, Amaral, Juan Ignacio Jiménez, Paco Gómez, Fran Alcoy y tantos y tantos con los que se
cruzó en su estancia en las oficinas del Cartagonova.
Es este un deportista devenido a jefe que un día salió,
como diría Unamuno de “ese alto soto de torres que al ponerse tras las encinas
esmaltan ese celaje que dora a los rayos de su lumbre el padre Sol de
Castilla”. Y, tras un corto periplo por tierras castellanas y levantinas, salió
desde Novelda, tras pasar por la ciudad de Elche, hacia la Ciudad Trimilenaria
para ejercer como director deportivo de su equipo. Y allí se estableció para, juntamente, con Juan Ignacio
confeccionar la plantilla del FC Cartagena de la temporada 2005-06 para dos
años después reencontrarse ambos, temporada 2007-2008, en la Unión Deportiva
Salamanca donde se estrenan en un equipo de 2ª División. Es allí donde ambos
dejan que duerma y la esperanza duerme dejando, como dice el poeta, correr las
horas sobre la tierra. Y fue aquí en la ciudad de Cartagena donde recibió con
los brazos abiertos el nacimiento de su segundo hijo, esa niña llamada Daniela.
Pero si hay que recordarlo, el Icue lo haría en esta su
más importante faceta que dejó su impronta a la orilla de la Rambla de Benipila.
Es fácil que a la efesemanía todavía le esté atormentando
la famosa “venganza de Lampón” que muchos puede que ahora no la recuerden o sí.
Fue ésta toda una historia, una especie de cuento folclórico comparable al de
“Las de la mil y una noche” en el que un tal Santiago Lampón Pereira, Las
Palmas de Gran Canaria, 17 de octubre de 1972 portero que fue de la UD Las
Palmas, Universidad CF y Vecindario, formado y curtido dentro de un grupo por y
para los canarios apasionados del fútbol, entre los que había exfutbolistas de
renombre retirados y hasta un gran número de abogados, que empezaron como jugadores esporádicos en el barrio de
Vegueta y que poco a poco, con pasión y entrega, construyeron las bases de un
equipo luchador y fiel transmisor de los valores canarios.
Y en esas se estaba cuando llegó un mes de junio de 2006 para
arruinar el ascenso del Efesé, tres días después de haber sido ofrecido a
Torrecilla, personaje que hoy nos trae Abel F. Ros a la vecindad de nuestro REMEMBER
de hoy, quien lo descartó. Aquella tarde, mientras la Cartagena futbolística
lloraba de pena y se envolvía en sollozos, el municipio guanche de Santa Lucia
de Tirajana se embelesaba y los humildes futbolistas de un equipo denominado
Vecindario, con Santi Lampón a la cabeza, desatados en euforia llegaron a formar
una piña en los aledaños del área del fondo norte del Cartagonova. El mocetón Lampón
que por aquel entonces, tenía 33 años,
fue el héroe milagroso y culpable de que once mil efesemaniacos saliesen
esa noche del estadio con la cabeza humillada después de que unos cuantos
futbolistas abandonasen el césped humillados, sonrojados, tristes en aquella
triste azaña del “Vecindariazo”. “Vecindariazo” con desconocida y no relatada
intrahistoria. Lampón se vengó cuando estuvo a punto de fichar por el Efesé
para la siguiente temporada. Narran las crónicas que: “Unos días antes del
partido de vuelta, un agente de futbolistas llamó al entonces director
deportivo albinegro, Miguel Montes Torrecilla, quien le propuso que fichara a
Lampón para el año siguiente. Si luego no entraba en sus planes para el
Cartagena de la siguiente campaña, siempre podría buscar una cesión en verano.
Pero sería conveniente dejar un papel firmado antes del domingo, le
recomendaron a Torrecilla tres días antes de que se disputara aquella final”.
El orgullo del “Paloma” declinó el ofrecimiento. Y la soberbia, altivez,
endiosamiento, vanidad, arrogancia y petulancia del señor y del siervo
entendieron que el FC Cartagena no necesitaba ayudas para superar
al Vecindario.
El Efesé, aquel Cartagena de Paco Gómez y Miguel Montes Torrecilla era un
equipo muy superlativo al Vecindario y
ordenaron cortar todas las comunicaciones procedentes de las Isla afortunadas.
Lo que sucedió, de sobra es conocido: Sabino, penalti parado que no fallado. El
grandullón de Lampón y sus infinitas paradas en palomita y el Efese dándose con
un canto en las narices y en espera. Es cierto, como cuentan los contables, que
por aquel entonces a Paco Gómez los bolsillos le reventaban de perras y que éstas,
cual migajas de Epulón, las desparramaba de un lado para otro por esos campos
de Dios en los que, algo importante, estaba a punto de solventarse. ¡Ay,
ay, ay!
“Al pie de tus sillares, Salamanca,
de las cosechas
del pensar tranquilo
que año tras año
maduró en tus aulas,
duerme el
recuerdo.
En silencio fray
Luis quédase solo
meditando de Job
los infortunios,
o paladeando en
oración los dulces
nombres de
Cristo”. (M. Unamuno)
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del
Icue”. Dies 2/21: ante diem nonum Kalendas
Martias. Remember Nº 12.
Texto El Rincón del Icue. Foto
http://qapta.es/. Copyright ©
PD. Hoy me dicen, y yo lo he visto desde la
pantalla casera, ha sido un partido bonico, dicho con habla de aquí, y bonico
hasta las raíces de la tierra. Estando como el FC Cartagena ha estado esta
mañana en tierras vitivinícolas, éste se ha comportado como se comporta en la
cepa esa especie de pequeño tallo especializado en sujetarse a una superficie o
a otra parte de la cepa. Esta mañana, efectivamente, nuestro Cartagena se ha adherido
fuertemente, al juego, a la estrategia, a la disciplina, al tesón y, por
supuesto, a la falta de gol como tantas y tantas tardes en lo que lleva de Liga.
El FC Cartagena ha querido agarrarse a algo más que ese punto conseguido como
se agarra el sarmiento, con su zarcillo al viento, a las raíces de la cepa que,
en nuestro caso, no ha sido épica. El Efesé pudo, con su juego, abandonar la
cara de su tempestad para pasársela al equipo de la ciudad del Altiplano. No ha
sido así. Monteagudo, en la previa, manifestó que se acercaban hasta el campo
de la Hoya para despejar dudas y, efectivamente, sus muchachos han estado a
punto de despejarlas y que con el resultado de la pasada semana en el
Cartagonova hubiese supuesto toda una dosis de moral para los jugadores del FC
Cartagena. Y todo pudo suceder en un
minuto, en ese fatídico minuto 88 cuando todo estuvo en la cabeza de Chus Hevia. Pero
bueno, “el que no se consuela es porque no quiere”: hoy se ha vuelto a empatar
y, a cero, para no variar. Pero el partido fue un partido serio y “bonico”.
FC Jumilla 0-0 FC Cartagena
ALINEACIONES
FC Jumilla: Javi Seral; Albiol, Verdú, Fran
Manzanara, Inestal, Rubén de la Cuesta, Guardiola (70' Verdone), Borja, Etamané
(77' Perona), Terol, Kondogbia (51' Christensen).
FC Cartagena: Limones;
Ceballos, Gonzalo, Moisés, Jesús Álvaro; Sergio Jiménez, Rivero (74' Luque);
Cristo, Chus Hevia, Menudo (67' Fede Laens); Sergio García (45' Juanlu).
GOLES: FC Jumilla 0 - FC Cartagena 0
Con esa falta de carencia de gol no se va a ningún sitio que no sea playa off de descenso
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