domingo, 7 de febrero de 2016





Y…lo miró con misericordia y lo llamó

“Miserando atque eligendo: “lo miró con misericordia y lo llamó” (Papa Francisco)

Esto es lo que ha hecho Dios con el Padre Antonio Turpín Cuadrado, ese sacerdote-franciscano, ricoteño de nacimiento y cartagenero y cartagenerista hasta la médula. Lo ha llamado después de mirarlo con misericordia, después de haber desempeñado la docencia, la acción pastoral y la capellanía del FC Cartagena, ésta durante más de 30 años en los que hasta llegó a ser portada de cartel de campaña, promovida por Enfoque Comunicación, empresa que fue de nuestro fotógrafo de cabecera que no es otro que Abel F. Ros en la que se incitaba y animaba a que los cartageneros llenasen el Cartagonova con montones de carnets de asociados después de aquella fabulosa tarde de Alcoy. Y es que Cartagena y sus habitantes eran y son la “ostia” en esto del fútbol. Y es en torno a este juego donde el Padre Turpin desarrolló toda su actividad eclesial mezclando el olor a incienso y cera de la Basílica de la Caridad cartagenera por la que también se colaba algún balón, alguna advertencia, algún piropo, algún agradecimiento como aquel del 25 de agosto de 2010 que hizo ante la imagen de La Caridad: “gracias campeones. Campeones a los que están y a los que no siguen pero que participaron en el anterior campeonato de liga. Campeones por ilusionarnos con el juego desarrollado, por hacernos soñar con el deseo de estar en primera. Campeones por realizar una temporada histórica e irrepetible”. Siempre lo hacía con ilusión en los albores de cada temporada y en los finales de agosto o principios de septiembre.

Por ser bienaventurado y por ser creyente, también fue la “ostia futbolera”. Tanto lo fue que, después de aquel mural, anunciador de la campaña, recibió amonestaciones y reprimendas eclesiales, teniendo que salir de la ciudad de Cartagena a la que adoraba e irse, trasladado a la ciudad de Albacete, y como quijote que fue, cada vez que podía, se escapaba, fundamentalmente, en épocas difíciles y partidos transcendentales en la gloria o en el sufrimiento, hasta la ribera de la Rambla, para adentrarse  en el vestuario del Cartagonova, su vestuario, para rezar un padrenuestro, simplemente un padrenuestro, que insuflara a los jugadores fuerzas para afrontar el partido con ilusión. Y es que durante toda su vida fue un apasionado, mejor forofo, de nuestro FC Cartagena.

Después de conocerlo, fue en La Caridad, y hablar en una sola ocasión con él, no tengo más remedio que acordarme de su niñez cuando me explicó que había frecuentado la escuela primaria de su pueblo y, después de escucharle, no me queda otra que imaginarlo ahora, con ayuda del salterio, imitando a san Francisco de Asís, mientras aprendía a leer, a escribir, a cantar, asistir al coro y algunas cosas más. Y como buen profesor de lengua que fue, también lo veo, superando entre sotanas, balones, cantos y rezos ese elemental conocimiento del latín, que leía y entendía, al menos en sustancia, y que posteriormente le serviría como apoyo en su docencia. No lo vi ni me lo imaginaré nunca con estilo de vida caballeresco; sólo en la ocasión en la que posó para la fotografía, la original que aquí se muestra y que hoy nos conduce hasta el REMEMBER; también en aquellas sus fervientes epístolas, cual catilinarias, en las que invitaba a sus futbolistas “a ser muy buenos”; dar la bienvenida a los nuevos advirtiéndoles: “tenéis que saber que este club, para mí, es el primero”. Y cuando en una ocasión, diez de marzo de 2010, se acercó hasta las inmediaciones del Cartagonova para “bautizar” al 600 más famoso de Cartagena en presencia del riojano Raúl Ruiz Benito, reportero de Canal Plus, e inmediatamente acompañar a toda una caravana en el inicio de un recorrido por las calles de la ciudad, portando banderas con el escudo del F.C. Cartagena y ensordeciendo a los paseantes que transitaban por las calles con el ruido de las bocinas.

El Icue lo recordará escogiendo las palabras exactas para arengar a sus futbolistas con un gran ingenio y fruto de su intensa experiencia de la vida porque, culturalmente, siempre estuvo entre los letrados y sabios, cualidades que le habilitaron para ser cabeza de puente entre los futbolistas, directivos y equipo técnico. Fue ciceroniano en sus homilías, algunas de ellas imborrables, como la prédica de aquella tarde en la que recibió al equipo en el templo de la Caridad y en la que llegó a decir que Carmona era “casi” Dios al narrar la jugada que protagonizó en El Collao y que acabó suponiendo el ascenso definitivo. Fue una persona con esencia, sacerdote-franciscano con porte, profesor con mayúscula y apóstol con sencillez, esencias y valores que ni su Padre Provincial, ni por aquel entonces Obispo de Cartagena entendieron. Tú sacerdote-franciscano fuiste un auténtico siervo, pero de los siervos de Dios.

Sabes, querido Icue, que la muerte del sacerdote-franciscano-capellán del FC Cartagena ha provocado una honda desolación en el mundo futbolístico efesemaniaco. Fue en la tarde del jueves 4 de este febrero cuando me llamaron para decirme de la muerte del Padre Turpín. ¡Qué extraña casualidad y qué tremenda noticia! Confieso que nunca he sabido reaccionar ante noticias como la presente. Si la muerte es un absurdo, que lo es, el mayor de todos, más absurdo es pretender conjurarla con palabras contándoles a los demás lo que para uno supone ésta. Lo digo ahora, que ya no puede leerme, sabiendo que me leía todas las semanas y en todos los rincones en los que me manifesté, lo sé porque me lo dijo en vida. Y porque, con la noticia de su muerte, que esperaba, también a mí se me ha roto la tarde. Vale.

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 2/7: ante diem septimum Idus Februarias. Remember Nº 11.

Texto El Rincón del Icue. Foto http://qapta.es/. Copyright ©




PD. Hoy tampoco se ha cumplido la sentencia cuando un equipo cambia de entrenador: “a cambio de entrenador, victoria segura”. Pero bueno, “el que no se consuela es porque no quiere”: hoy se ha empatado y, a cero, para no variar. Se presentó el FC Cartagena al mando de Alberto Jiménez Monteagudo con nueva alineación, nueva táctica, novedosa estrategia y con empate, cosa que no nos alegra, tampoco nos felicitamos ni les felicitamos. Este equipo sigue atormentado, oprimido y angustiado con las añoranzas de ganar. No se ha ganado, se ha empatado y mal contra el colista del grupo. El partido no ha sido un partido muy distinto a los anteriores, ha sido un partido de carnaval, que no carnavalero. Y ahí, en el estadio de los Juegos del Mediterráneo nuestros jugadores han vuelto a estancarse sin abandonar la rabia y la tristeza. Tampoco hoy este equipo ha salido del acomodo. Me dicen que, a pesar del cambio de entrenador, siguen sin adornarse con la vestimenta del compromiso y todavía siguen como alelados.

Hoy terminamos diciendo algo no muy distinto al anterior Remember: Hoy tampoco. ¡Ay, ay, ay! Hoy nuestros futbolistas han vuelto, me dicen, a hacer el ridículo y hasta pueden que estén dando ya la temporada por perdida. Y el Icue, como nada ha cambiado lo dice y aquí queda rezando por el Padre Turpín, él también estará triste.

UD Almería B 0-0 FC Cartagena

ALINEACIONES


UD Almería B: Gianfranco, Antonio Marín, Adri, Cruz, Josema, Carlos Selfa, Fran Pastor (64’ Hicham), Pérez (75’ Joaquín), Montero, Gaspar y Kiu (78’ Rubén Sánchez)

FC Cartagena: Limones, Ceballos, Gonzalo Verdú, Ayoze, Jesús Álvaro, Sergio Jiménez, Luque (25’ Rivero); Sergio García (85’ Fede Laens), Menudo, Cristo y Chus Hevia (92’Candelas).

GOLES: UD Almería B 0 - FC Cartagena 0.




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