Contaban las crónicas que, en aquella
mañana de comienzos de marzo, el Almería B se imponía a un Cartagena digno y,
ante tal enunciado, no le queda otro remedio al Icue que manifestar que el FC
Cartagena pierda, gane o empate en casa o fuera del Cartagonova siempre será un
equipo digno. Es cierto que su historia con este nombre es corta, demasiado
corta, pero ahí están sus históricos nominalismos en los que, aunque solo sea porque
en su carnet de identidad figura la palabra Cartagena, ya merece toda
consideración. Es cierto que, en aquella ocasión, aunque fuesen vestidos con
verde camiseta, calzón negro y medias blancas, cayeron ante otro equipo
entrenado por un ex cartagenerista con un excelente futbol y ante los goles de
Hicham y Rubén desarrollando una calidad individual y grupal extraordinaria. Y
al finalizar el partido y la mañana todos convinimos que la salvación pasaba
por el Cartagonova.
Recuerda el Icue que fue este un partido de
dolor y de mucho calvario. Suplicio hubo cuando después de una falta clara no
pitada sobe Carlos Martínez cuando dolorosamente sentenció Rubén, estábamos en
el minuto 81. Doloroso fue comprobar cómo Fernando Navarro Collados, arbitro
valenciano del encuentro, dejaba de pitar una mano clara y voluntaria de un
jugador del Almería B cuando el FC Cartagena buscaba con energía acercarse en
el marcador. Brotó a borbotones la tortura cuando, de nuevo el árbitro, obvió
el atropello del portero sobre Gato después de un fantástico pase de Ribas que
le dejaba en franquicia frente a la portería almeriense. Y surgió la angustia,
a tres minutos del final, después que Tarantino estrellase su remate en la
barrera y, a partir de ahí, todo fue congoja, pena y aflicción. ¡¡¡Ay, ay, ay!!!
El Icue y...cuando todo es una cofradía de
tunantes
“En el riesgo está la esperanza”. (Tácito)
!Qué injusto es el fútbol, injusto y hasta
malvado¡ Todo iba bien en el estadio de Los Juegos del Mediterráneo hasta que
apareció Hichan, otra injusticia de la servidumbre cartagenerista, minuto 63,
para marcar ese gol, Dios sabe si será el final o principio de ese augurio que
anunció un espectador y se lo lanzó al Icue: "vais a bajar al infierno
como bajó Virgilio". Y en esas estaba nuestro Icue, a punto de
contestarle, “si no damos el paso del comienzo de la salvación ahora, ¿cuándo
lo vamos a dar?”, y en esa conversación estábamos cuando llegó el segundo
almeriense, minuto 81, marcado por Rubén Díaz. UD Almería B 2 - FC Cartagena 0. Esto, amables lectores, ya no hay
quien lo mueva. Esto ya sólo es decadencia, decadencia dentro de lo injusto que
es el fútbol. Decadencia sólo. Y tanto.
¡Con lo lindo que fue, Icue,
levantarse en domingo tan temprano y pensar y desear que por la noche podríamos
meternos a la cama envueltos en la realidad de que nuestro Cartagena había
vuelto a ganar! Pero no, esto sólo es decadencia .
Y tanto. El FC Cartagena
quería, deseaba florecer antes de la primavera y no lo están dejando. Sí, los
de siempre. Esos "Javieres" que no permiten que nuestros estimados
futbolistas y su equipo técnico puedan coger rododendros porque los están
conduciendo hacia el lodazal de la desaparición, es por eso por lo que ni
nuestro equipo técnico ni nuestros profesionales y sufridos futbolistas son
culpables. Los culpables son ustedes, y el equipo, meros sufrientes del balón,
tanto o más como el obrero con la radial o mi agricultor con la azada. Ustedes,
directores de Gol Man, llegaron, pusieron un huevo en el cestaño del Cartagonova
y lo están cacareando hasta el aburrimiento. Los futbolistas están poniendo
millones de huevos con su sufrimiento y aguante y ahí están en el más perfecto
de los ostracismos. Ya saben, amigos, es la ley de la gallina y la sardina.
El Icue sabe y conoce que es
ahora cuando aparecerán en la escena cartagenerista todos esos leñadores
miserables de la envidia y del rencor y se dedicarán ahora con frenesí a hacer
astillas del árbol caído. Pero el Icue,
desde ahora se niega a sumarse a la caravana de los alfiles del
desagradecimiento. Solo una cosa: lo que está ocurriendo, ciertamente, es muy
grave.
El Icue no quiere ni pensar que,
a diecinueve días de La Caridad, el blanquinegro de nuestro Cartagena se torne
violeta y juntamente con los lirios se vistan de nazarenos. Esto sería muy
triste, demasiado triste. Y es ahora cuando el Icue recuerda el texto de
Cervantes recordando aquella Casa de la Contratación sevillana en la que:
"el patio, de puro limpio y aljimifrado, parecía que vestía carmín de lo
más fino, en el centro un tiesto que llaman macetas de albahaca". Y es que
aquello como eso era y es el oro rodeado de una cofradía de tunantes.
Para terminar el Icue desea
recordar que, con todo lo que se avecina en nuestro Cartagena todo acaba de
entrar en el portalón de una época de decadencia y, según dice el diccionario
de la Real Academia Española, decadencia declinación, menoscabo, principio de
debilidad o ruina. Y, " Javieres" ya saben quiénes se atreven a mirar
a la cara la palabra decadencia ésta baila agarrada a los términos de
negligencia, pereza, estulticia, ceguera, barbarie y melancolía. Y suele
suceder con la decadencia que aquellos que la alimentan sufren una rotunda
incapacidad para reconocerla. Y que aquellos que la engordan, ni siquiera
sospechan su existencia, ya que de sus palabras quedaron solo la cáscara,
mientras que nuestro querido club revienta de pelarzas, sebo viejo, fatuidad,
gases tóxicos y seda agusanada. Aquí queda el Icue, hoy muy triste, demasiado
triste, porque pensando lo que ha sucedido esta mañana en Almería ha visto
pasear la decadencia mostrenca y mantecosa de este querido Cartagena que lo
están pisoteando las ausencias, hoy tampoco aparecieron, de esos dos sujetos
que solo tienen percha, careciendo de alguna y simple idea brillante. Y es que,
a pesar del sonrojo de toda la efesemanía no son capaces de tenerla. !!!Ay, ay,
ay¡¡¡
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del
Icue”. Dies 3/8: ante diem octavum Idus Martias Nº
364.
Texto El Rincón del Icue. Fotos
http://qapta.es/. Copyright ©
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