sábado, 6 de febrero de 2016





Contaban las crónicas que, en aquella mañana de comienzos de marzo, el Almería B se imponía a un Cartagena digno y, ante tal enunciado, no le queda otro remedio al Icue que manifestar que el FC Cartagena pierda, gane o empate en casa o fuera del Cartagonova siempre será un equipo digno. Es cierto que su historia con este nombre es corta, demasiado corta, pero ahí están sus históricos nominalismos en los que, aunque solo sea porque en su carnet de identidad figura la palabra Cartagena, ya merece toda consideración. Es cierto que, en aquella ocasión, aunque fuesen vestidos con verde camiseta, calzón negro y medias blancas, cayeron ante otro equipo entrenado por un ex cartagenerista con un excelente futbol y ante los goles de Hicham y Rubén desarrollando una calidad individual y grupal extraordinaria. Y al finalizar el partido y la mañana todos convinimos que la salvación pasaba por el Cartagonova.

Recuerda el Icue que fue este un partido de dolor y de mucho calvario. Suplicio hubo cuando después de una falta clara no pitada sobe Carlos Martínez cuando dolorosamente sentenció Rubén, estábamos en el minuto 81. Doloroso fue comprobar cómo Fernando Navarro Collados, arbitro valenciano del encuentro, dejaba de pitar una mano clara y voluntaria de un jugador del Almería B cuando el FC Cartagena buscaba con energía acercarse en el marcador. Brotó a borbotones la tortura cuando, de nuevo el árbitro, obvió el atropello del portero sobre Gato después de un fantástico pase de Ribas que le dejaba en franquicia frente a la portería almeriense. Y surgió la angustia, a tres minutos del final, después que Tarantino estrellase su remate en la barrera y, a partir de ahí, todo fue congoja, pena y aflicción.  ¡¡¡Ay, ay, ay!!!


El Icue y...cuando todo es una cofradía de tunantes

“En el riesgo está la esperanza”. (Tácito)

 !Qué injusto es el fútbol, injusto y hasta malvado¡ Todo iba bien en el estadio de Los Juegos del Mediterráneo hasta que apareció Hichan, otra injusticia de la servidumbre cartagenerista, minuto 63, para marcar ese gol, Dios sabe si será el final o principio de ese augurio que anunció un espectador y se lo lanzó al Icue: "vais a bajar al infierno como bajó Virgilio". Y en esas estaba nuestro Icue, a punto de contestarle, “si no damos el paso del comienzo de la salvación ahora, ¿cuándo lo vamos a dar?”, y en esa conversación estábamos cuando llegó el segundo almeriense, minuto 81, marcado por Rubén Díaz. UD Almería B 2 - FC Cartagena 0. Esto, amables lectores, ya no hay quien lo mueva. Esto ya sólo es decadencia, decadencia dentro de lo injusto que es el fútbol. Decadencia sólo. Y tanto.
¡Con lo lindo que fue, Icue, levantarse en domingo tan temprano y pensar y desear que por la noche podríamos meternos a la cama envueltos en la realidad de que nuestro Cartagena había vuelto a ganar! Pero no, esto sólo es decadencia .

Y tanto. El FC Cartagena quería, deseaba florecer antes de la primavera y no lo están dejando. Sí, los de siempre. Esos "Javieres" que no permiten que nuestros estimados futbolistas y su equipo técnico puedan coger rododendros porque los están conduciendo hacia el lodazal de la desaparición, es por eso por lo que ni nuestro equipo técnico ni nuestros profesionales y sufridos futbolistas son culpables. Los culpables son ustedes, y el equipo, meros sufrientes del balón, tanto o más como el obrero con la radial o mi agricultor con la azada. Ustedes, directores de Gol Man, llegaron, pusieron un huevo en el cestaño del Cartagonova y lo están cacareando hasta el aburrimiento. Los futbolistas están poniendo millones de huevos con su sufrimiento y aguante y ahí están en el más perfecto de los ostracismos. Ya saben, amigos, es la ley de la gallina y la sardina.


El Icue sabe y conoce que es ahora cuando aparecerán en la escena cartagenerista todos esos leñadores miserables de la envidia y del rencor y se dedicarán ahora con frenesí a hacer astillas del árbol caído.  Pero el Icue, desde ahora se niega a sumarse a la caravana de los alfiles del desagradecimiento. Solo una cosa: lo que está ocurriendo, ciertamente, es muy grave.

El Icue no quiere ni pensar que, a diecinueve días de La Caridad, el blanquinegro de nuestro Cartagena se torne violeta y juntamente con los lirios se vistan de nazarenos. Esto sería muy triste, demasiado triste. Y es ahora cuando el Icue recuerda el texto de Cervantes recordando aquella Casa de la Contratación sevillana en la que: "el patio, de puro limpio y aljimifrado, parecía que vestía carmín de lo más fino, en el centro un tiesto que llaman macetas de albahaca". Y es que aquello como eso era y es el oro rodeado de una cofradía de tunantes.


Para terminar el Icue desea recordar que, con todo lo que se avecina en nuestro Cartagena todo acaba de entrar en el portalón de una época de decadencia y, según dice el diccionario de la Real Academia Española, decadencia declinación, menoscabo, principio de debilidad o ruina. Y, " Javieres" ya saben quiénes se atreven a mirar a la cara la palabra decadencia ésta baila agarrada a los términos de negligencia, pereza, estulticia, ceguera, barbarie y melancolía. Y suele suceder con la decadencia que aquellos que la alimentan sufren una rotunda incapacidad para reconocerla. Y que aquellos que la engordan, ni siquiera sospechan su existencia, ya que de sus palabras quedaron solo la cáscara, mientras que nuestro querido club revienta de pelarzas, sebo viejo, fatuidad, gases tóxicos y seda agusanada. Aquí queda el Icue, hoy muy triste, demasiado triste, porque pensando lo que ha sucedido esta mañana en Almería ha visto pasear la decadencia mostrenca y mantecosa de este querido Cartagena que lo están pisoteando las ausencias, hoy tampoco aparecieron, de esos dos sujetos que solo tienen percha, careciendo de alguna y simple idea brillante. Y es que, a pesar del sonrojo de toda la efesemanía no son capaces de tenerla. !!!Ay, ay, ay¡¡¡ 

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 3/8: ante diem octavum Idus Martias Nº 364.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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