viernes, 25 de marzo de 2016





El delegado de campo, segundo entrenador o lo que fuera por aquellos días Simón Ruíz Díaz se asomó a la ventana de la sala de prensa al final del partido para decir: “Estamos construyendo la casa y no por el tejado”. Y acertó porque, aun habiendo realizado esta declaración al comienzo de la temporada que nos ocupa, si se interpretan al revés, efectivamente fue lo que sucedió durante toda la temporada. Tanto fue así que el edificio del FC Cartagena pudo derribarse y quedar entre escombros allá a finales del mes de junio. Y hasta llegó a escribirse en los medios informativos cartageneros que el muchacho llego hasta mostrarse contento y satisfacción. ¡Qué cosas!

¿Cómo se puede llegar a cantar y contar tanto contento, tanta satisfacción, tanto jubilo y orgullo y decir lo que se dijo, si nuestro equipo fue un flojo, flojísimo Efesé, si el Cartagena estaba sin carburo y solamente se sustentó aquella tarde sobre el parar, parar y parar de Limones y alguna jugada trenzada dentro de la maniobra estratégica?

Era la segunda Jornada de La Liga 2014 – 2015. Fue un partido dirigido por el colegiado madrileño Hugo José López Puerta. Arbitro de larga trayectoria en Segunda División B desde la campaña temporada 2006-07. Y el fútbol dio paso a que, en la orilla de La Rambla, se hablase de otras muchas cosas, menos de lo que ocurría en el terreno de juego. Ya lo saben, y si no se lo recuerda el Icue, por aquellos días todo se centraba en Hacienda, acreedores, fichas, visados que no llegaban, entrenadores que no entrenaban al carecer de permiso y hasta se marchaban hasta su lejano país para buscarlos o para disfrutar de unas largas vacaciones. Estaba claro que el FC Cartagena era toda una intriga, una intriga sin palacio, pero sí para desarrollarse dentro del camarote de los hermanos Marx y que pasará a la historia, historia que urdió un tal Julio César Ribas y que nunca, ni él ni sus ayudantes lograron arrancar, desatascar pero que llegó a ofrecer la versión más sospechosa que en el fútbol haya habido. ¡Ay, ay ay! 


El Icue y…cuando no se juega a nada, todo es decepción

 “Al pié del Generalife,
en las márgenes del Darro,
hay una fuente famosa,
la fuente del Avellano”.

Si el pasado sábado el Icue, después del partido frente al Marbella, escribió que el FC Cartagena se había comportado como un equipo de “chiringuito”, hoy, frente al filial del Granada, diré que este Cartagena de nuestros amores es un equipo con espesura, con fatiga y muy, muy, muy confuso.

Ha sido un partido espeso, sin continuidad ante un equipo disciplinado, rápido y con un buen soporte del filial nazarí. Ha habido espesura en el Nuevo Los Cármenes, como si el FC Cartagena jugara entre la niebla, y eso o por eso, la tarde ha sido sofocante, decepcionante y preocupante. 

Cuando eso sucede, el FC Cartagena suele tener dificultades para afrontar el ataque posicional. No me explico, querido Icue, ¿cómo es posible que teniendo el centro del campo que tiene el equipo del Gladiador, este conjunto no haga propuestas de jugar al fútbol? ¿Por qué este equipo juega como puede y no como sabe? ¿Por qué durante todo el partido lo ha pasado mal sin jugar un pimiento, o por eso? Le sucedió en el primer partido de la temporada contra el Marbella y le ha vuelto a suceder en el Nuevo Los Cármenes con la misma alineación, con los mismos números, con el mismo banquillo y con el mismo resultado. Este equipo es una mezcla de una ansiedad y precipitación excesivas, y de falta de asociación para superar las líneas del contrario. Solo de querer sacar rentabilidad, estratégicamente, en las faltas, no se puede jugar y ganar cuando a lo largo de 90 minutos se suele llegar más tarde a todo que el contrario. A los de Cesar Rivas hoy y también el pasado sábado les ha costado encontrar el último pase y no han sido capaces de romper al contrario para habilitar a sus delanteros ante el gol.  No han sido capaces de encontrar claros para apretar y, además, no han intuido remates para pegar. Bien es verdad que cuando pudieron ir perdiendo por un abultado resultado, ahí está el asedio de los Cuero, Bravo, Clifford o Martín, esto no sucedió por el bien hacer de Limones, otro partidazo del gran Limones, y porque apareció la estrategia a balón parado: una gran jugada individual por la izquierda de Migue acaba en córner, lo saca Luque, pasado al segundo palo, y el de Ecija estableció la igualada a ese otro tanto que Cuero, en el minuto sesenta, marcaba para el Granada. Está claro que la estrategia, dos faltas, dos goles, dos puntos en lo que llevamos de Liga, nos da la certeza que puede ser una de las grandes armas, a falta de otras, para pasearse por esos campos de Dios y empatar o ganar partidos. Eso, muy a menudo, también les sucede a los equipos grandes. Recurrir a la estrategia es propio de todos los rangos futbolísticos y es precisamente muy necesaria ante rivales que hacen de la defensa una antología, cosa que no ha sucedido en la tarde de hoy. Granada CF B 1 – FC Cartagena 1.
 

Y para terminar deseo semejar que el FC Cartagena, nuestro equipo, se ha paseado esta tarde en Granada por el paseo de los tristes, ese que conduce hasta “La Fuente del Avellano y al Cementerio de Granada. Y lo ha hecho no por donde hay que hacerlo, sino cruzando por el "Puente de las Chirimias" y por el "del Aljibillo" donde dicen existió un aljibe al otro lado del río. Ha acudido allí como a refrescarse para saciar su cansancio y quedarse extasiado al presenciar la hermosa puesta de sol desde el mirador de San Nicolás, con La Alhambra enrojeciendo enfrente.

Este su paseo por los Cármenes no ha hecho otra cosa, al ser tan grandes sus mimosas, que robarles a nuestros jugadores toda la luz futbolística de esta tarde. Sus flores eran más amarillas aun, que el sol que nos quitaban y que en nada se parecían al verde pistacho lucido por el equipo de Cartagena. Y nos dio pena cómo a nuestros jugadores se los llevó el vendaval de tormenta, cómo sintieron la ausencia de la fuerza y cómo decayó su brío y fueron como una sombra para quedar, allí en la mitad de Los Cármenes, llorando lágrimas de polen.  

Y entonces, la escasa efesemanía. El autobús no salió, cruzó el puente, giró a la izquierda y se dio un paseo por el Camino del Avellano hasta llegar a su Fuente para todos, conjuntamente, calmar nuestra sed y su cansancio. Y allí se nos mostraron las vistas maravillosas y más hermosas del Sacromonte y del Albaicín. Y fue allí donde recordamos a ese grupo literario bautizado como el de la "Cofradía del Avellano". Y, asfixiados por la "Cuesta de los Muertos" o "Cuesta del Rey Chico o "Cuesta de los Chinos" nos dimos la vuelta. Y fue allí donde pensamos lo que a este equipo se le viene encima, nada más y nada menos que el equipo de la UCAM. Eso será la próxima semana ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 8/30: ante diem tertium Kalendas Septembres. Nº 338.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/ e Icue. Copyright ©

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