Fue una mañana de ensueño, también de
estreno, aquella de hace un año de ese mes de noviembre de 2012 con agua y frío
en el municipal Cartagonova para la hinchada cartagenera. De estreno de esa
camiseta tan deseada, querida y solicitada. El FC Cartagena se vistió de Gala
enfundándose por primera vez La Marítima. Y de ensueño al conseguir doblegar al
conjunto norteafricano en los últimos minutos de juego para seguir siendo más
líderes ante la cercana visita al estadio de La Victoria Jienense.
Recuerdo que aquella
no fue una mañana bonita, al no haber fútbol bonito, aunque sí tardíamente
efectivo y hasta los blanquinegros parecieron desaparecer en combate. Y hasta el
conjunto melillense comenzó a dominar parcialmente el encuentro y hasta dispuso de hasta tres ocasiones de gol,
que Juanma desbarató teniéndose que emplear a fondo.
Se llegó a los minutos
finales con incertidumbre de ver que sucedería. Y apareció Thierry Florián para marcar el 1-0. Y
en esa estaban cuando apareció el “volteretas” de Perona, robo un balón, penetró
hasta el fondo del área, realizó un medido centro a Tonino y éste, lanzándose en
plancha remató el inesperado 2-0.
Fue, como he dicho
arriba, una mañana de ensueño, también
de estreno que espantaron esas malas meigas que deshicieron el bache de
cuatro jornadas sin ganar tras esta
segunda victoria consecutiva.
UN RINCÓN PARA DOCE. Pedro Roberto
El Icue y…su crónica de hoy
“Hay quien cruza el
bosque y sólo ve leña para el fuego”. (León Tolstoi)
Domingo, 11 de noviembre de 2012
Cuatro son las apostillas anotadas en mi
cuaderno después de escuchar lo que iban comentando en las dos retransmisiones
a las que he prestado atención esta mañana: una radiofónica en Metrópolis FM y
la otra en línea en el digital Sportcartagena y, ambas, a través del ordenador.
Y es que he sido uno de los muchos a los que se les ha caído la línea
televisiva melillense con la que desde primeras horas de este domingo había
soñado ver el partido.
La primera palabra que tengo apuntada es: ocho jugadores. Sí ocho jugadores que, según un amigo tuitero y enviado por medio de un privado, son los que, según ha narrado un cuentacuentos, andan enemistados con el entrenador Pato porque éste les tiene tirria, alergia, repugnancia, rechazo, animadversión, hostilidad, odio, manía u ojeriza.
He pensado que el tal contador o no dice
la verdad, (el Icue entiende que esos ocho jugadores son muy pocos, poquísimos,
en medio de una plantilla de 24, los que cuenta, de cuento, son rebeldes), o le
falta algún calificativo, por supuesto por desconocimiento, para calificar a
ese grupo de jugadores de irreverentes e irrespetuosos según el cuentero.
De todas las formas ahí le presto algún otro calificativo por si desea hacer
uso de ellos cuando aumente el número de los sediciosos de Pato: enconamiento,
rencor, resentimiento, antipatía y hasta malquerencia.
Está claro que esta primicia y majestuosa información la dio el cuentero cuando el FC Cartagena iba perdiendo y faltaban 10 minutos para que el partido contra la UD Melilla finiquitase. Cuatro minutos después, cuando Florián marcó el primer gol, las lanzas se volvieron cañas y donde había tirria, ésta cambió a: afecto, agrado, amor, apego, aprecio, atracción, cariño, estima, respeto y hasta ternura. ¡Qué cosas, amigo! Pero como lo que se lanza a las ondas se lo lleva el viento, mañana vuelta a empezar. Ya saben, si sale con barbas San Antón y sino la Purísima Concepción.
La segunda anotación apuntada fue la de
una cifra: 4.528. Son estos los espectadores asistentes al Cartagonova en una
mañana lluviosa y fría propia de noviembre. Poca cosa, poco número, pocos
espectadores para un deporte que apasiona a chicos y grandes. Poca cantidad de
asistencia a una diversión que cumple con todas la expectativas de un pueblo
deseoso de apoyar a todo un conjunto de futbolistas, técnicos y ayudantes con
un mismo ímpetu, sed de triunfo y amor por los colores de su bandera, hoy traje
de gala, más que nunca, de nuestro equipo.
Siempre recordaré, aunque haya asistido a pocos, que los jugadores perfectamente
y estéticamente embutidos en esa camiseta roja con cruz blanca más calzón y
medias negras, así lo quiso la afición, se están convirtiendo en esos héroes
que se necesitan en estos azarosos tiempos.
Mi tercer apunte lo dediqué a considerar
al fútbol como juego. Me gusta el juego, me gusta el fútbol para qué lo he de
negar, si no es más que la verdad. Es un espectáculo de masas a las que
embelesa un pelotón en los pies de correosos mocetones, con una carga de pasión
a veces exagerada. Fiesta, para quien no la conoce y pasee por las cercanías
del estadio donde se celebra un encuentro, no sabrán a qué atribuir el
desaforada griterío de una afición que festeja que los goles se introduzcan en
el zaguán de su cabaña. No hay mayor emoción en la vida que la producida por un
gol del equipo querido.
Esta mañana fueron dos los que a 4.528 produjeron tal arrebato. Sentirse
parte de un equipo ganador es lo mejor que nos puede pasar a hinchas y forofos.
Y yo esta mañana, aunque a alguno le…duela, me he sentido un forofo
insuflado de amor por el equipo del terruño al que quiero.
Y la cuarta palabra, como era de
contento, es la de festejo. Pues eso. Como mi equipo, que es el FC
Cartagena, le ha soltado dos sopapos no sólo a la UD Melilla, sino a algún
lugareño refugiado en zapatos contrarios y sin dar todavía las gracias por los
beneficios recibidos, y como el día anda frío y lluvioso anunciando nieve, me
retiro a comerme unas migas, acompañadas con unos callos a la riojana, unas
almejas al ajillo, con los michirones ya no puedo, y un asado de mújol de mi
querido Mar Menor. Y, ¡por favor!, no digan que hoy nuestro Cartagena ha jugado
a la patada, o sí. ¡Qué más da, ay, ay, ay!
PD. El vino de celebración, hoy lo he cambiado y será del Campo de Cartagena. Vale.
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 11/5: ante diem tertium Idus Nonae Novembres. Nº 264.
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