José Rojo Martín “Pacheta”, recién amerizado a Cartagena, había
dirigido un partido contra el filial del Real Betis Balompié, empatando en ese
su primer partido, lo mismo que sucedió hace casi hace ahora dos años en su
segundo partido dirigiendo al FC Cartagena en un partido malo de solemnidad contra
el UCAM Murcia CF equipo que, por aquellos días,estaba situado en el último
lugar de la tabla clasificatoria.
Y al finalizar este segundo partido el bueno de “Pacheta” se
soltó el pelo señalando el: “miedo a ganar que tiene el grupo y su angustia con
el resultado y con el juego. El equipo tiene miedo a ganar. Siente de dentro
que tiene que ganar por necesidad y cuando el resultado se pone de cara en
lugar de soltarse, nos empezamos a angustiar y el equipo se diluye. Tenemos que
empezar a correr bien. A ganar duelos, a ganar segundas acciones. No tengáis
ninguna duda de que el máximo responsable soy yo”.
Esto manifestó al terminar aquella décimo octava jornada de la
Liga en el grupo IV de la Segunda División B. No le faltaba razón. El FC
Cartagena era un equipo desastroso, que iba de fracaso en fracaso y que estaba
a punto de despedir el año lanzando señales muy preocupantes al llevar unas
cuantas jornadas sin ganar.
El debut de Pacheta en el Cartagonova, aun siendo una tarde casi
primaveral, no pudo ser más helador. Los aficionados asistentes al Cartagonova,
4.378, despidieron a sus futbolistas con una gran bronca, idéntica a la que hacía
quince días había precipitado el cese de “Pato”. El Icue comenzó a darse cuenta
de que muchos futbolistas eran incapaces de rendir a un nivel decente.
Y como este partido era un mini-derby apareció la pancarta de
los grandes enfrentamientos entre el FC Cartagena y el Real Murcia.
“Ayer se fue; Mañana
no ha llegado;
Hoy se está yendo sin
parar un punto.” (Quevedo)
Aquí donde me tienen, soy un seguidor y
cartagenerista frustrado. Me explico: cartagenerista frustrado de una plantilla
que inició la Liga muy fuerte y de un equipo que aún tiene mucho camino por
recorrer para ser equipo. Un cartagenerista frustrado, por ejemplo, es aquel
que cuando sigue el partido desde su casa intuye que, como hoy se enfrenta al
último de la fila, puede ganar. Y luego va y se sienta delante del portátil
para escribir algo y se queda en blanco ya que el partido no dio más de sí.
Los partidos gustan o no gustan, los que nos gustan,
nos gustan mucho y los que no, como el de esta tarde, pues nos disgustan, nos
frustran y hasta nos desesperan. Y para muestra, lo de esta tarde previa al
descanso de Navidad. Ha sido un partido para despreciar, olvidar y dejarnos
ansiosa y negativamente boquiabiertos durante dos largas horas. Lo destacable
de esta tarde fueron los treinta primeros minutos de nuestro equipo que
parecieron de goleada. De Nivel, no, Nivelón, le llamaría yo. A diferencia de
lo que sucedió con el resto de partido en el que ningún jugador supo
desarrollar instintos competitivos pasando el equipo de saber y querer ganar a
quedarse sin recursos y empatar.
Mucho ha llovido desde aquel día siete de octubre en
el que se empató con el CD San Roque de Lepe. Tanto llovió que, habiéndose
jugado doce partidos, únicamente se consiguieron once puntos, y eso son números
y lo demás puntos que cayeron por los desagües o se los llevó La Rambla. De los
tres primeros puntos contra el Albacete Balompié a los seis partidos imbatidos
hay tanto recorrido como el de los cinco partidos perdidos hasta ahora. Para
empezar, hoy se ha jugado con sordina: silenciosamente y sin estrépito. No sé
si el juego con sordina de este equipo, a partir del minuto treinta, es el
juego más musical de este Grupo IV, pero, desde luego, no es el que vende Pacheta
y sus jugadores en sus continuas declaraciones. Sabemos, apreciado Icue, que en
esta plantilla hay talento, esfuerzo, necesidad de ganar y una angustia
atenazadora y paralizante. Y hasta rubor, que me da la impresión se ha mostrado
en sus rostros al no saber dosificar esos enormes alardes de suficiencia hacia
posturas más humildes. Sabe y conoce el Icue que este es el objetivo del
Saleño.
A pesar de lo anunciado por las urracas y los
relojes astronómicos mayas: “Ayer no se acabó el mundo”. Lo siento porque fue
muy divertido. Lo de ayer fue una tontería maya. Me refiero no al partido, que
la ha superado, sino a la fecha (21/12/12)
El fin del mundo no ha sucedido ni en el día de ayer, ni a una hora, ni
en un instante y, como no ha sucedido el FC Cartagena no ha desaparecido y sí
ha empatado (1-1). De haber sucedido lo
anunciado el FC Cartagena no hubiese empatado como acaba de hacerlo en esta
nefasta tarde y eso que nos hubiésemos ahorrado. De haber sucedido no
hubiésemos podido asistir al espectáculo tan triste al que se ha asistido en
esta tarde de la Lotería. Y es que algunas brujas deben conjurarse en el
Cartagonova, ¡válgame Dios!, con la esperanza de ahuyentar del Efesé hacia un lejano lugar del universo esos
maleficios que tanto le atormentan.
Ahora, todo son «agüeros» y cosas que no se fundan
en razón alguna o sí. Al Efesé, querido Icue, parece perseguirlo toda una
trulla de astrólogos cargados de astrolabios y globos, naipes y habas, contando
milongas y engañando al personal. Si esto sigue así volveremos a la Edad Media.
Se empieza creyendo absurdos y se termina cometiendo barbaridades. Y es que
esta tarde de premios y loterías y de suerte y de salud y de “a otro año será”
se ha vuelto a redescubrir el sin fútbol. Sólo jugar, pasar y chutar.
Es Navidad y he visto a un niño ilusionado, de
apenas 10 años, sacar la cabeza por la ventana junto a su madre, me han
saludado cuando lo he visto salir vestido para la ocasión. Pantalón negro
corto, calcetas negras casi hasta la rodilla, zapatillas deportivas y una
camiseta blanquinegra. Y sí, claro, una pelota de fútbol. El niño ha girado la
calle y, en ese giro, la explicación del todo. Fútbol infantil, sin malicia y
sin pureza, fútbol de largar, pasar y chutar. Sin más. Fútbol que esta tarde
podría haber desarrollado el Efesé. No fue así.
Termino sentándome en un banco delante del fogón a
contemplar por qué el fútbol es así y recordando otros tiempos y otros
partidos. Definitivamente, lo tengo claro. Acaba de pasar por La Rambla el
último clasificado, con 10 puntos, 11 goles a favor y 23 en contra. Todo un equipo,
sí, el peor equipo de toda la Segunda B -81 equipos- y encima con la mini
vitola de la rivalidad regional. Se ha empatado, gracias, y tenemos a ese
serrano llamado “Pacheta” que no entiende de Astrología y sí y mucho de un
fútbol aderezado con buenos augurios. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 12/22: ante diem
undecimum Kalendas Ianuarias. Nº 270.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/, Icue y viñeta
de Jotaefe. Copyright ©
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