El Icue y...cuando Limones subió a rematar
“La sabiduría es saber qué toca hacer; la virtud es hacerlo”. (David Starr Jordan)
El Icue comienza hoy su crónica sacando a la luz esos sentimientos
que ha ido sintiendo a medida que el partido se iba desarrollando.
Fundamentalmente han sido tres: la presencia en el banquillo de Palomeque; los
anuncios de los augures, y el propio desarrollo del partido, que por lo que se
ha escuchado y que aun siendo breve tendrá su salsa.
Primer
sentimiento: Está claro que siendo pobres, muy
pobres, no de solemnidad, pero casi, y siendo cual es la situación económica
del club, nefasta, no se podía pensar en otro tipo de persona u otro tipo de
perfil. Está bien; economía mala, muy mala, nefasta, dice el Icue, y entrenador
adaptado a las circunstancias, y…de transición. Pero el algareño se mostró
feliz y orgulloso al manifestar la mañana de su presentación que: “es un
orgullo para mi poder entrenar al Cartagena. Soñé con hacerlo desde que me
retiré del fútbol”. Tarde me lo fiais, como diría D. Quijote, amigo Manolo,
pero a falta de pan buenas son tortas aunque estas vengan después de unos
cuantos años de salir del equipo blanquinegro. Y a esta reflexión se unió
en
ese mismo acto de presentación a la del Gladiator cuando manifestó que Palomeque
es
una persona honesta, trabajador y quiere al club. Nadie lo duda, amigo Julio
Cesar y el Icue lo aplaude, pero: ¿Qué es eso de que Palomeque conoce el modo
de crear una nueva estirpe de jugador? ¿Conoce usted, señor Gladiator, el
significado de la palabra estirpe? El Icue piensa que no y, además, empleándola
como usted la emplea no le hace usted ningún favor al algareño. Estirpe es un “conjunto
formado por la descendencia de un sujeto a quien ella representa y cuyo lugar
toma”, y también la “raíz y tronco de una familia o linaje”. Como Palomeque sea,
de verdad, capaz de crear una nueva
estirpe y, por lo tanto, fiel al tronco que usted representa y descendiente leal
de lo que usted representa, dirige y ordena en este club, pues apaga y vámonos.
Segundo
sentimiento: Algunos augures que deambulan por la nube
han estado contando que esta tarde se esperaba, que lo esperaban los palmeros
cartageneristas, los acólitos de la javierada o de la manzanera, que éste, el
partido contra los jiennenses, iba a ser un partido de tronío y así nos lo han
venido anunciando por la nebulosa on line a lo largo de la semana que termina.
Tiene que decirles el Icue, sin fruición ni
remordimiento, que la palabra tronío es definida por la RAE como algo ostentoso
y con rumbo o como algo que posee señorío y clase y, ante estos cercenadores
del lenguaje, habrá que señalar que hoy, también desde hace meses, nuestro FC
Cartagena no posee nada con lo que ostentar; que es un barco a la deriva al
perder el rumbo desde que inició su travesía y que el señorío y la clase lo dejaron
colgados de la percha de la sala de reuniones del Cartagonova desde que la
ocuparon sus actuales inquilinos. Así que, entre unos y otros, esos matarifes del
lenguaje y esos otros que se nos muestran como solistas del descuartizamiento,
anda nuestro Cartagena. Y así lo han visto esos escasos -2000- efesemaníacos
que acudieron al Cartagonova en este último partido del año 2014. ¡Ay mi
Cartagena, quien te ha visto y quién te ve! Y a falta de ese tronío pregonado
por los incautos se ha presenciado un partido pobre, con bajeza, ruindad,
envilecido, indigente y desamparado y es que este equipo está huérfano, es como
ese inclusero buscando casa. ¡Por favor, acójanlo, denle cobijo y arrópenlo
ahora que ya es Navidad! FC Cartagena 1
Real Jaén 1.
Tercer
sentimiento y el partido: No sabe el Icue si encuadrar este
partido dentro de esa ansiedad que continuamente transmiten sus dirigentes,
fundamentalmente cuando se les sacan los colores con esas verdades del barquero
documentadas y que días atrás publicó La Verdad. El Icue está seguro que,
efectivamente, el partido de esta tarde ha sido el partido de la ansiedad, esa
ansiedad que ha transmitido nuestro Efesé porque ya no tiene a nadie,
absolutamente a nadie, con manos útiles
para que les meza la cuna. Ha sido tanta su desconfianza, que sus jugadores han
estado toda la tarde tratando de mirarse en el espejo de no se sabe de quién y
hasta su propio reflejo se les ha mostrado sospechoso. Es tanta la debilidad
que este equipo muestra que hasta se le ha afeado el semblante y agriado el
carácter, al extremo de transmitir, copia de sus dirigentes y staff técnico, una
notable iracunda. Su templada imagen de hace meses ha mutado en otra más
amarga, como si no fueran capaz de contener sus demonios o arrastraran
problemas de estómago. Este equipo, ya no refleja la sensatez de aquella
plantilla, mesurada y llena de fortaleza de ánimo que, allá por agosto, mostraba
para alcanzar sus objetivos.
No, no es tronío lo que este equipo muestra. Esta
plantilla, y hoy lo ha rubricado, se ha perdido en este otoño frío y seco,
aunque, a medida que avanzaba el partido, ganaba algo en intensidad entrando en
el cuerpo a cuerpo mientras sus entrenadores se sacudían ese fuerte olor a
naftalina siendo capaces de mostrarles esas últimas armas a mostrar en los
minutos finales del partido. Y es que el Icue conoce que algunos miembros de su
plantilla sólo tienen entre ceja y ceja y cómo único objetivo ir pensando donde
situarse la próxima temporada y es que algunos hasta ya tienen ofertas.
Les cuenta el Icue todo esto porque el partido ha
tenido muy poco que contar y es que escuchando cómo iba transcurriendo el
partido y la tarde me ha venido a la memoria aquella frase célebre del Oso
Yogui que el Icue escuchó sentado en una de esas mesitas, viejas, de mármol y
de velador en el Casino de la Calle Mayor de Cartagena a un amigo, futbolero y
efesemaníaco hace ya unos cuantos días, cuando nuestro Cartagena andaba
trajinando con sus empates y antes que nuestro Efesé se asomase al precipicio
de las derrotas. Vino a decirme mi amigo que: “Es muy
difícil hacer predicciones, sobre todo acerca del futuro”. Está claro que el
efesemaníaco me estaba citando a Yogi Berra, beisbolista retirado de las
grandes ligas que jugó la mayor parte de su carrera con los New York Yankees,
que nada tiene que ver con el famoso e infantil Yogi Bear. Y, al final, subió Limones
a rematar un córner, peinó el balón, lo tomó Ramón Arcas y marcó el gol del
empate en ese in extremis minuto 92. Adiós, el Icue les felicita la Navidad y queda
reflexionando sobre el siguiente SMS que me envió un efesemaníaco: “Me da pena
por los niños que hoy han venido al Cartagonova a ver este espanto de FC. Cartagena.
Pobrecicos, con su empanadilla y su bufanda. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 12/20: ante diem duodecimum
Kalendas Ianuarias. Nº 354.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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