sábado, 20 de diciembre de 2014






El Icue y...cuando Limones subió a rematar

“La sabiduría es saber qué toca hacer; la virtud es hacerlo”. (David Starr Jordan)

El Icue comienza hoy su crónica sacando a la luz esos sentimientos que ha ido sintiendo a medida que el partido se iba desarrollando. Fundamentalmente han sido tres: la presencia en el banquillo de Palomeque; los anuncios de los augures, y el propio desarrollo del partido, que por lo que se ha escuchado y que aun siendo breve tendrá su salsa. 

Primer sentimiento: Está claro que siendo pobres, muy pobres, no de solemnidad, pero casi, y siendo cual es la situación económica del club, nefasta, no se podía pensar en otro tipo de persona u otro tipo de perfil. Está bien; economía mala, muy mala, nefasta, dice el Icue, y entrenador adaptado a las circunstancias, y…de transición. Pero el algareño se mostró feliz y orgulloso al manifestar la mañana de su presentación que: “es un orgullo para mi poder entrenar al Cartagena. Soñé con hacerlo desde que me retiré del fútbol”. Tarde me lo fiais, como diría D. Quijote, amigo Manolo, pero a falta de pan buenas son tortas aunque estas vengan después de unos cuantos años de salir del equipo blanquinegro. Y a esta reflexión se unió en ese mismo acto de presentación a la del Gladiator cuando manifestó que Palomeque es una persona honesta, trabajador y quiere al club. Nadie lo duda, amigo Julio Cesar y el Icue lo aplaude, pero: ¿Qué es eso de que Palomeque conoce el modo de crear una nueva estirpe de jugador? ¿Conoce usted, señor Gladiator, el significado de la palabra estirpe? El Icue piensa que no y, además, empleándola como usted la emplea no le hace usted ningún favor al algareño. Estirpe es un “conjunto formado por la descendencia de un sujeto a quien ella representa y cuyo lugar toma”, y también la “raíz y tronco de una familia o linaje”. Como Palomeque sea,  de verdad, capaz de crear una nueva estirpe y, por lo tanto, fiel al tronco que usted representa y descendiente leal de lo que usted representa, dirige y ordena en este club, pues apaga y vámonos. 


Segundo sentimiento: Algunos augures que deambulan por la nube han estado contando que esta tarde se esperaba, que lo esperaban los palmeros cartageneristas, los acólitos de la javierada o de la manzanera, que éste, el partido contra los jiennenses, iba a ser un partido de tronío y así nos lo han venido anunciando por la nebulosa on line a lo largo de la semana que termina.

Tiene que decirles el Icue, sin fruición ni remordimiento, que la palabra tronío es definida por la RAE como algo ostentoso y con rumbo o como algo que posee señorío y clase y, ante estos cercenadores del lenguaje, habrá que señalar que hoy, también desde hace meses, nuestro FC Cartagena no posee nada con lo que ostentar; que es un barco a la deriva al perder el rumbo desde que inició su travesía y que el señorío y la clase lo dejaron colgados de la percha de la sala de reuniones del Cartagonova desde que la ocuparon sus actuales inquilinos. Así que, entre unos y otros, esos matarifes del lenguaje y esos otros que se nos muestran como solistas del descuartizamiento, anda nuestro Cartagena. Y así lo han visto esos escasos -2000- efesemaníacos que acudieron al Cartagonova en este último partido del año 2014. ¡Ay mi Cartagena, quien te ha visto y quién te ve! Y a falta de ese tronío pregonado por los incautos se ha presenciado un partido pobre, con bajeza, ruindad, envilecido, indigente y desamparado y es que este equipo está huérfano, es como ese inclusero buscando casa. ¡Por favor, acójanlo, denle cobijo y arrópenlo ahora que ya es Navidad! FC Cartagena 1 Real Jaén 1.


Tercer sentimiento y el partido: No sabe el Icue si encuadrar este partido dentro de esa ansiedad que continuamente transmiten sus dirigentes, fundamentalmente cuando se les sacan los colores con esas verdades del barquero documentadas y que días atrás publicó La Verdad. El Icue está seguro que, efectivamente, el partido de esta tarde ha sido el partido de la ansiedad, esa ansiedad que ha transmitido nuestro Efesé porque ya no tiene a nadie, absolutamente a nadie, con  manos útiles para que les meza la cuna. Ha sido tanta su desconfianza, que sus jugadores han estado toda la tarde tratando de mirarse en el espejo de no se sabe de quién y hasta su propio reflejo se les ha mostrado sospechoso. Es tanta la debilidad que este equipo muestra que hasta se le ha afeado el semblante y agriado el carácter, al extremo de transmitir, copia de sus dirigentes y staff técnico, una notable iracunda. Su templada imagen de hace meses ha mutado en otra más amarga, como si no fueran capaz de contener sus demonios o arrastraran problemas de estómago. Este equipo, ya no refleja la sensatez de aquella plantilla, mesurada y llena de fortaleza de ánimo que, allá por agosto, mostraba para alcanzar sus objetivos. 

No, no es tronío lo que este equipo muestra. Esta plantilla, y hoy lo ha rubricado, se ha perdido en este otoño frío y seco, aunque, a medida que avanzaba el partido, ganaba algo en intensidad entrando en el cuerpo a cuerpo mientras sus entrenadores se sacudían ese fuerte olor a naftalina siendo capaces de mostrarles esas últimas armas a mostrar en los minutos finales del partido. Y es que el Icue conoce que algunos miembros de su plantilla sólo tienen entre ceja y ceja y cómo único objetivo ir pensando donde situarse la próxima temporada y es que algunos hasta ya tienen ofertas.


Les cuenta el Icue todo esto porque el partido ha tenido muy poco que contar y es que escuchando cómo iba transcurriendo el partido y la tarde me ha venido a la memoria aquella frase célebre del Oso Yogui que el Icue escuchó sentado en una de esas mesitas, viejas, de mármol y de velador en el Casino de la Calle Mayor de Cartagena a un amigo, futbolero y efesemaníaco hace ya unos cuantos días, cuando nuestro Cartagena andaba trajinando con sus empates y antes que nuestro Efesé se asomase al precipicio de  las  derrotas. Vino a decirme mi amigo que: “Es muy difícil hacer predicciones, sobre todo acerca del futuro”. Está claro que el efesemaníaco me estaba citando a Yogi Berra, beisbolista retirado de las grandes ligas que jugó la mayor parte de su carrera con los New York Yankees, que nada tiene que ver con el famoso e infantil Yogi Bear. Y, al final, subió Limones a rematar un córner, peinó el balón, lo tomó Ramón Arcas y marcó el gol del empate en ese in extremis minuto 92. Adiós, el Icue les felicita la Navidad y queda reflexionando sobre el siguiente SMS que me envió un efesemaníaco: “Me da pena por los niños que hoy han venido al Cartagonova a ver este espanto de FC. Cartagena. Pobrecicos, con su empanadilla y su bufanda. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 12/20: ante diem duodecimum Kalendas Ianuarias. Nº 354.  



Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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