¿Podrían repetir hoy los jugadores de este FC Cartagena de 2015
lo que la temporada pasada soltó aquel pibe-mocetón argentino llamado Fede,
cuando se explicó diciendo: “La victoria del equipo está fuera de la cancha:
todos somos amigos”? El Icue cree y tiene razones para manifestar que no. Los
componentes de la plantilla de este año no son todos amigos, ni fuera ni dentro
del terreno de juego: son unos conocidos que las circunstancias unieron al
pasar por esta plaza y nada más. No son ni viejos conocidos.
Interesando lo anterior, lo que interesa recordar es que aquel
equipo de Tevenet, en aquella tarde de octubre se presentó y salió del estadio
como ese equipo señor de suma y sigue donde la racha albinegra ganadora
continuó por quinta jornada consecutiva gracias a los goles de Mejías y
Fernando. Una quinta victoria para según Luis Tevenet: “una victoria para
relamernos ante el mejor equipo que ha pasado por aquí hasta el momento y nos
ha exigido al máximo, tenía dos días más de descanso. Hemos dado una buena
línea y hemos tenido buena intensidad, nos han hecho sufrir mucho a balón
parado. Estos 3 puntos nos saben mucho mejor que otros que hemos ganado en
otros sitios”.
Efectivamente, recordar esto es para relamernos, disfrutar de la
sustancia del juego cartagenero y hasta lengüetear el recuerdo. Mientras ayer
este equipo era un equipo de rechupete, agradablemente exquisito y hasta
suculento, el de esta temporada es un equipo justamente de lo contrario: es un
equipo insípido y hasta desagradable en su juego. ¡Qué cosas, mientras la
temporada pasada nos relamíamos de gusto, el FC Cartagena era una fiesta, hoy
lloramos de pena! ¿Cambiarán las tornas en la primera tarde de la segunda
quincena de enero? Dios lo quiera y te escuche, querido Icue.
El Icue y…cuando el Cartagena ya contagia miedo
“El miedo cultiva miedo”. (Byron Janis)
Querido Icue, que lo sepas: el fútbol no existió en la
Belle Époque. De haber existido el equipo que comanda Luis Tevenet sería su
superviviente.
Decía en la crónica del pasado domingo que entre
Fernando y De Lerma, asistidos por Antoñito, le pintaron la cara a Carlos Ríos
con tres parches de coloretes y le rompieron, troceándolo, el disfraz recién
hecho. Hoy, en esta undécima jornada a
mitad de semana y alejados los viejos fantasmas, se ha reabierto el baúl de las
goleadas y han apaleado a goles a este Granada B que fue un imposible ganar en
el estadio de Benipila. De nuevo el Efesé enderezó el colmillo, floreció su competitividad y, abandonando querencias
antiguas, apareció el romanticismo, se asentó la rabia, se juntaron y unieron
todos y como dijo Fede: “La victoria del equipo está fuera de la cancha: todos
somos amigos”.
Este EQUIPO o GRUPO DE AMIGOS tiene un mantra nuevo,
el de ganar por encima de todo y, si se puede, jugar bonito y golear. Y ahí
está este conjunto, cada vez más pragmático, con supremacía de estilo junto a
su efesemanía, de nuevo exultante, junto a sus banderolas, bufandas y bocinas
para superarse y ponerse encima cada partido. Este conjunto aprieta y no precisamente
por inercia. Sus movimientos están absolutamente mecanizados. Todo en él ya no
es un medio: es un tic. Toma el balón, lo lucha sin complejos y echa la mirada
arriba para buscar a Fernando, a Fede, a Mejías que son los chicos de moda,
junto a los Limones, Astraín, Marcos Rodríguez, Antoñito, Menudo, sin
olvidarnos del canterano Dani Ruiz.
Esta noche, cambiaron el horario, he visto a un FC
Cartagena intenso, de nuevo con mucha entrega. Ha dejado atrás las versiones
pobres, muy pobres y ya deslumbra practicando un fútbol que es en todos los
sentidos a cualquier otro que se practica en el grupo IV y hasta en los
restantes.
He sentido al Granada B como que venía a ganar, pero
¡amigos granaínos! a este nuestro Cartagena no se le gana como aquel que se sienta
después de comer a tomarse un cafelito con paparajotes, como hicieron los de la
ciudad nazarí, en un partido, su partido, fofo y sin intensidad Y es que los
futbolistas del Cartagena de Levante se han vuelto de clase alta y ya les
sienta bien el caviar y la trufa blanca, mientras el fútbol de los pupilos de
Joseba Aguado ha sido tan espeso, tan ná de ná que han pregonado y enseñado a
los espectadores del Cartagonova su esquelética desnudez producto de su
inanición futbolística.
¿Y el FC Cartagena? Pues eso. Ha mirado de frente a
este desconocido Granada B, ha organizado su juego diabólico, le ha obligado a
no jugar solicitando esa cuota como una especie de diezmo que hay que pagar al
ser feudal. Asomó el lomo, insuficiente pero necesario para ir agarrándose a
ese algo de cara al futuro. Fue una media hora que comenzó al tran-tran y llegó
a su cenit con un juego que tuvo su momento de explosión en tres ocasiones
clausuradas con el balón al larguero de Menudo. Y acabose todo y nos fuimos.
Vale.
Después del partido he querido darme un paseo y
acercarme a un bar que no suelo frecuentar, un bar alejado de mi casa. Un bar
corriente y moliente, uno de esos con barra de mármol de mesa redonda antigua
de jugar al dominó, expositores acristalados donde los mejillones cambian
constantemente de color, lotería de Navidad a la vista, bufandas blanquinegras
colgadas y claveteadas en la paredes con chinchetas y, en lugar preeminente, una
enorme fotografía del equipo en Alcoy de mayo del 2009 y un televisor encendido
con el sonido apagado. Un bar que no es de diseño ni está de moda. Pero el
personal estaba exultante porque su Cartagena de nuevo había ganado y goleado,
es que van seis seguidos y no es para menos el alborozo. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 10/30: ante diem
tertium Kalendas Novembres. Nº 304.
Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/ y La Medusa Paca.
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