El Icue y…cuando la belleza se inclinó por lo grotesco
“El esperpento es el género de nuestro tiempo”. (Valle-Inclán)
¿Llegamos con este empate? es lo que preguntó el Icue
al acabar el partido, no tuve más remedio que decirle que no: no llegamos y
menos si, en los partidos que restan, nos presentamos a la última media hora
jugando con diez. Hasta ahora, querido Icue el FC Cartagena solamente ha ganado
4 partidos y empatado 14 y es esto lo que conduce al equipo a no llegar a esa
salvación por todos deseada.
Y eso que el FC Cartagena esta tarde no se ha merecido empatar y
sí ganar con diferencia, fundamentalmente en esa primera parte en la que el
Cacereño se retiró sin acercarse a la puerta de Limones ni con peligro ni sin
él. Pero esto es el fútbol y el pupas del fútbol, que es lo que en esta tarde ha sido el
Cartagena.
El Icue se ha levantado esta mañana con la mosca
detrás de la oreja al ser Domingo de Carnaval y desde que, desde primera hora,
acudió al Cartagonova, presenció el partido, vio su desarrollo, volvió a casa y
se puso a escribir lo que ustedes están leyendo, no ha hecho otra cosa que
refrescar aquello que decía el maestro Valle-Inclán: “El esperpento es el
género de nuestro tiempo”. El Icue sabe, y creo que ustedes también, que lo
manifestado por Valle-Inclan lo dijo por algo. Convendrán con el Icue que este
FC Cartagena anda metido en tiempos de confusión y que esto no ayuda: que si
ahora se vende, que si lo compra un tal Bolarín, que si los Uruguayos están a
punto de poner pies en polvorosa, que si Sebas Ribas se ha pagado con su dinero
su máscara, que si los Javieres no entienden nada, absolutamente nada sobre el
fútbol de nuestros días y además no tienen la decencia de sentarse en el palco
y sufrir como sufre la efesemanía, que si los de abajo dan ideas de compra, de
sostenimiento publicitario a los de arriba, que si Sofinvest, que si Sabic, que
si Repsol…Pues nada, que con todo revuelto que está el Cantón, ni el fútbol,
tampoco esta tarde, ha estado listo para aliviarnos lo grotesco. Es más, se ha
sumado al esperpento carnavalesco. No puede haber un día tranquilo en la
avenida de San Antón ni en La Rambla ni en el estadio y, por supuesto, tampoco
en el curro. No existe un domingo cualquiera. Y además, bajo los influjos de la
bohemia, el árbitro se ha empeñado en desvirtuar el amarillo para transformarlo
en rojo. Ha expulsado, minuto 62, a Carlos Martínez, y ha sacado amarillas a
todo el que pasaba por allí pero que nunca era cacereño. Diez contra once,
cuando debían de ser 11 contra 11. Y el FC Cartagena que pasa de ganar 1-0 a
empatar 1-1. Es lo grotesco de la belleza que el Cartagena venía mostrando.
Nada tiene explicación y sin embargo todo puede entenderse viendo esos balones
que no querían entrar a tiros de Chus Hevia- jugadorazo que se le hace de día
donde a casi todos se le hace de noche-, internadas y centros de Gato, los
remates de cabeza de Luque, los trallazos de Luque viendo lo derretida, como
flan espachurrado, se mostraba la
defensa norbiense, y esas subidas por su banda, hoy inmensas de Ceballos. Es
por todo esto por lo que se entiende aquello de que la belleza deja paso a lo
grotesco.
Pero lo grotesco no es feliz y nunca alcanza la épica
aunque lo piense el dramaturgo. Y es que el Cacereño alcanzó a rematar un balón
casi cuando ya se llegaba al descuento. Y fue entonces cuando la belleza
esperpéntica quedó sin sentido. Yo, Icue, sé que lo de esta tarde de carnaval pudo
ser una proeza de quien anda buscando su hueco en la gloria usando el filo de
la navaja como mejor herramienta. Sólo el tiempo dirá hasta dónde alcanza este
empate, este punto, este sacrificio, para salir de esos puestos de descenso en
los que está metido nuestro, vuestro, suyo FC Cartagena.
Y Palomeque se quedó serio como en un funeral, no
tenía nada que celebrar y eso que en la previa había manifestado “Estar
deseando llegase el partido por la ilusión con la que está trabajando la
plantilla. Me preocupa el rival, pero no
otras cosas. No podemos estar pensando en que las cosas van a salir mal”. Hoy
no quiso que debutara nadie. No hay relevos, ni siquiera ese jugador novato que
debuta y apenas participa pero que suele servir para que el aficionado se
entregue y hasta lo aclame como si fuese su nuevo ídolo. Nada, son tiempos de
crisis y ya no surgen puntales. Los hinchas, los escasos aficionados
agradecieron que el esperpento acabase pronto, en realidad, está siendo un
invierno crudo, frío y desagradable y sin comedia. Maldita sombra de invierno y
suerte de equipo. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 2/15: ante diem
quintum decimum Kalendas Martias. Nº 361.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
0 comentarios:
Publicar un comentario