El Icue y… cuando
el FC Cartagena se ofusca de nuevo
“La necesidad, según se dice, es
maestra en utilizar el ingenio”. (Miguel de Cervantes)
Llegaba el FC
Cartagena esta tarde al Cartagonova a enfrentarse contra el equipo de la
pedanía lorquina de La hoya con un dilema que, después de la debacle de la
verdadera Condomina, ha estado casi toda la semana rondando en la cabeza del
Icue: en Cartagena, en esto del fútbol, el dilema ahora mismo es si la
efesemanía debe dejarse fascinar por emprendedores como los Javieres, ya que a Manzano
le forzaron a irse con eso de Pallarés.
Los Javieres son
en estos momentos la variante cartagenera de la corneja de Horacio, famosa por
su simpática afición a adornarse con plumas ajenas. ¡Por favor no tomarlo en el
sentido que algunos pueden pensar! no, sino en el sentido verdadero de la
fábula horaciana, aunque estos dos valencianos no sean ni Iriarte ni tampoco Samaniego.
Debes decir,
querido Icue, que si los Javieres no son conocidos como fabulistas, tampoco los
reconocen como buscadores de fondos de inversión. Los dos están dando el pego
cuando el verbo dar debiera ser para nuestro Efesé la esencia de la economía de
prestigio. Le da al Icue que el dar en la economía cartagenerista es como el
mandar que en lo taurino definía aquel conocido crítico llamado Gonzalo Ángel
Luque del Pino y apellidado “Curro Fetén” y que venía a decir, recuerdo en su
literalidad: “Para ser figura del toreo hay que mandar, y aquí no manda nadie.
Y si manda, no nos ha llegado”. Pues eso, en el FC Cartagena no manda nadie y
si alguien manda no ha llegado al cartagenerismo. Aquí hay demasiado figurante
pero no saben estos que también para figurar hay que mandar y para mandar hay
que figurar. Ambos, los Javieres, lo que están dando en la orilla de La Rambla
es el pego, además de la lata. Ya le gustaría al Icue que, para la salvación de
nuestro Cartagena, se acercaran por las cercanías del Cartagonova algún chino,
ruso o indio para traer dinero. En billetes de quinientos. Unos dos millones de
euros. Con esto el Efesé se salvaría y
hasta podría servir para que nuestro, vuestro, suyo equipo perviviera. El Icue
se conformaría con esta dádiva, aunque sea china y es que, recuérdenlo, los
chinos ya disparaban pólvora, y no del rey, cuando los españoles no habían
inventado todavía la ballesta.
Esta tarde como
de fútbol poco, se le olvidaba al Icue que desde esas queridas tierras lorquinas se
ha acercado hasta el Cartagonova ese hermano pequeño llamado cariñosamente con
el nombre agrícola de “Brócoli Mecánico”. Se ha presentado con las mismas
necesidades deportivas que su oponente de esta tarde, los dos han intentado
cambiar la necesidad por bienestar y miren por dónde solamente uno, y no
precisamente nuestro FC Cartagena, lo ha conseguido. Parecía el partido un
partido de quereres. Tanto se querían que dio la impresión que habían llegado
al acuerdo de repartirse los puntos para seguir los dos en ese estado de
precariedad, pero no, llegó el minuto 18 de la primera parte y ante una falta
perfectamente ejecutada por Sergio Ortiz, David Cuerva dibujó una media chilena
para firmar esa ruptura del empate con el resultado, que ya sería inamovible, más
allá de ausencias y escasas presencias de tácticas y pizarras de FC Cartagena 0 – La Hoya Lorca CF 1.
Se presentaba el
FC Cartagena después de una semana de vorágine y, ¿pasada? la tormenta, las
aguas turbulentas de este enero invernal no parecen volver a su cauce normal.
En el Cartagonova las aguas no bajan tranquilas. Las horas vuelven a ser de
desasosiego y parece que el tiempo se agota y éste parece no existir para
preparar con todas las cautelas la recta final. No recuerda el Icue quién
afirmó aquello de “que el éxito es como el tiempo, rotatorio y aleatorio” pero
viendo lo de esta tarde lo aleatorio hay que pensar ha sido asunto del destino.
Pero no hay otra cosa. Y como Palomeque solamente puede contar con los jugadores
justos debe de pensar que lo que tiene sólo le es útil para ni siquiera poder plantearse
una decisión shakespereana: ¿a quién sentar o mover en el banquillo? Es por
ello que esta tarde le ha dado la impresión al Icue que el equipo temía más al
ridículo que al fracaso, complejo que parece engendró el pasado domingo en la
verdadera Condomina.
Me cuentan que
no tiempos muy lejanos y con un Cartagena cuajado de estrellas, Cygan, Mariano,
Victor, Longás, Toché, De Lucas, la estrategia estaba clara antes de un
encuentro. En el vestuario la pizarra de Juan Ignacio se resumía en un
comentario mientras miraba a los ojos de Victor: “ustedes saben lo que tienen
que hacer”. Y bien que lo sabían. Hoy por lo presenciado en esta tarde, más
allá de tácticas y pizarra, nadie sabía lo que había que hacer.
Hoy primer día
de febrero, en un Cartagonova vacío hasta los límites
cree el Icue que los que han saltado al terreno de juego solamente
sabían una cosa: no perder, ni siquiera empatar. Esa debiera ser la historia de
la Liga para el Efesé. Sumar y no restar; meter presión; juntarse en una
plantilla sin fisuras; creer y crecer. De estos dos verbos, de momento, sólo
debe interesarnos uno: CRECER, hasta asaltar los cielos y es que ahora mismo,
al acabar de escribir, he recordado a Miguel de Cervantes cuando decía aquello
de: “La
necesidad, según se dice, es maestra en utilizar el ingenio”. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón
del Icue”. Dies 1/1: Kalendae Februariae. Nº 359.
Texto El Rincón del Icue. Fotos
http://qapta.es/. Copyright ©
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