domingo, 8 de febrero de 2015




 
El Icue y…cuando ya no es posible parar el rugido de la marabunta

“Espero que salgamos a por el partido con la máxima concentración, no quiero confianzas”. (Fernando Currás Gallego, entrenador de la UD Melilla)

Cree el Icue que con el resultado, incomprensible, que se ha dado esta mañana en el Estadio Municipal de Fútbol “Álvarez Claro” de Melilla el FC Cartagena acaba de entrar en el peligroso torbellino de un rugido, ese rugido que aflorará de las gargantas de la marabunta efesemaníaca que ya se apaga. Esto ya no hay quien lo pare, ha comenzado la cuenta atrás para que nuestro equipo vuelva hacia esa historia de tiempos pasados cuando desaparecía, cambiaba de nombre y vuelta a empezar y así hasta hoy en ese proceso dialéctico hegeliano o grotesca jerga de la tesis, antítesis, y síntesis que es en lo que siempre este querido equipo estuvo.

Hoy día 8 de febrero de 2015, a seis días pasados del día de La Candelaria para los cristianos y de la marmota para los americanos, aquí estamos los efesemaníacos sin saber a qué atenernos, sin parar de llorar y esperando que esas seis semanas que, según la marmota, todavía quedan de invierno, invierno que para el FC Cartagena, club sólo importante en la Segunda B., parece será interminable para él. Hoy también ha comenzado a oírse ese tan recordado tic-tac, tic-tac, anunciador de que el presente con todo el pasado de este club se hunde o acaban de enterrarlo esta mañana en tierras españolas-africanas de la ciudad del Rif. 

Recuerdo, escribo y pregunto cómo el FC Cartagena acabó perdiendo un partido por 3-2 después de acabar el primer tiempo ganando 2-0 a un Melilla que había marrado un penalti, había entregado al Efesé la manija para desplegar un extraordinario fútbol, mostrarse como un equipo extraordinario,  bien que lo agradecemos, y poder escribir que, ya saben, cuando hay fúbol, no aparecen otras cosas. El FC Cartagena realizó una excelente primera parte, mostrándose defensivamente muy robusto y con ataques directos por bandas para llegar hasta el área de Álvaro.  Primeramente, minuto 2, Contragolpe perfecto y fulminante de Luque que pasa a Gato, centra, Chus Hevia controla, remata con mucha clase y la pone en el fondo de la red el 0-1. Tremendo inicio de partido, falta hacía.  Cada jugador hace lo que mejor sabe hacer: Luque poniendo la magia, Gato la velocidad y Chus Hevia el gol.  Increíble, pero cierto. Partido con velocidad, anticipación, sabiéndola poner, aprovechando sus oportunidades, corriendo rematando y haciendo lo que hay que hacer: jugar al fútbol con sencillez pero con efectividad. Y para colmo un gol olímpico, minuto 19, qué digo, un golazo, el  del capitán Luque.  Eso no ha sido un gol, señores. Eso ha sido un GOLAZO, golazo de repetición televisiva y el gol del año. 0 – 2. No hay más misterio...bueno, sí que hubo: que ahí se acabó el FC Cartagena. 


Lo que hubo es que comenzó la segunda parte y el Cartagena se apagó o creyó que todo estaba hecho y no, no lo estaba. Apareció el Cartagena de las peores tardes, el equipo  decaído, sin actitud ni aptitud y capaz de sucumbir ante un rival nada extraordinario pero con fútbol, orden, jugando de forma primorosa en corto y en largo y todo esto por bandera. Es entonces cuando mi amigo Fulgencio, ese paseante de la calle Mayor, que, con los años que soporta, vio llegar esas largas caravanas y marchas, en años de ascensos, desde Bilbao, Torrejón y Alcoy vestidos de blanquinegros, me ha recordado esa cantinela de la intensidad mal entendida y otras gaitas que dieron paso al fútbol, expresado de maravilla por un Melilla que desde que apareció Mustafá Abdeselam Mohand, minuto 62, todo cambió: el Melilla se impuso en todo al FC Cartagena, en cada asalto, en cada batalla o batallita y, sobremanera, en la efectividad y juego. El FC Cartagena se encerró tras las barricadas, su fútbol se apagó y todo fue azulón. Del Efesé, ni media palabra, le faltó tanto actitud como aptitud y creerse que podían llevarse el partido, de lo que estuvo sobrado el cuadro melillense. El FC Cartagena quedó subyugado por los del norte de Afica, que le dio un repaso al que asistieron impasibles Palomeque y sus cambios, que capitularon desde que el Melilla, por medio de Chota, minuto 84, marcó el gol del empate. 


Es entonces cuando observé que este Cartagena, querido Icue, ya no es de mármol, a lo sumo de alabastro con su blandura incapaz de despegues fulgurantes y pasar por encima de sus semejantes. Es un equipo que se retrata muy pronto, hoy también con la llegada del minuto 65 y el gol de Manolo y, a partir de ahí se ha desentendido, no ha sido capaz de blindarse y sí incapaz de que sus jugadores se juntaran para ser capaces de hacerle cosquillas a sus contrarios con alguna incursión hasta la meta contraria como lo hicieron en la primera parte. Este Cartagena, de nuevo, ha sido objeto de mofa y de cachondeo, incapaz de arrasar, impasible y hasta remolón, demasiado remolón para contentar a Palomeque, cuando dijo que: “Tenemos que salvar al Cartagena. Es lo que hay que hacer. Todo el mundo vino aquí a una cosa. Y ahora se encuentra con que hay que hacer otra. El objetivo ha cambiado, pero sigue siendo un reto bonito para cualquier profesional. Hay que reponerse, transformar la energía negativa en positiva y mantener al club en Segunda B”.  El equipo de Fernando Currás ha terminado desquiciando a los cartageneros cuando, acabando el partido, David Sanchez, esta vez sí, marcó de penalti el gol de la victoria. UD Melilla 3 – FC Catagena 2.

Concluida la zurra, con el FC Cartagena en lugares de descenso y fuera de la pomada, éste precisará una profunda revisión. Ha perdido fútbol y otros valores a chorros. Este equipo ya no tiene redentores y sí demasiados apagones. Este FC Cartagena está clavado, no sabemos en donde, y le va a costar volver. Me preocupa que hayan abandonado la aptitud de entrega y entusiasmo y eso que ahora tienen un coach, un motivador, ¡¡¡Uff!!!, para intentar recuperar el temperamento y el carácter innegociable grapado de origen en el escudo. Hoy han demostrado como no saberlo y me preocupa que esta sea la enésima demostración. Y, otra  vez, con la apatía en lugar del fútbol por bandera. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 1/8: ante diem sextum Idus Februarias. Nº 360.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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