sábado, 7 de febrero de 2015





Fue amarga, demasiado amarga, aquella mañana de final de septiembre cuando el FC Cartagena se presentó en el Álvarez Claro Melillense para perder. Y ocurrió lo que iba a ser normal en casi toda la temporada: encajar un gol en el primer minuto de juego. Fue increíble, fue rizar el rizo pero era el tercer partido en el que el Cartagena encajaba un gol en el primer minuto de juego, concretamente cuando todavía no habían transcurrido 26 segundos de juego. Ya había ocurrido, anteriormente, ante el Guadalajara con aquella internada de Toledo que Savu se “comió”. Volvió a repetirse contra La Hoya con aquel golazo de Caros Rodríguez a los 32 segundos. Y volvió a pasar aquella mañana con el gol de Migue Montes. Y eso, o por ello, que el Efesé estrenaba equipación con los colores de la bandera de la provincia marítima. El Cartagena de Tevenet seguía dejándose puntos de la manera más absurda y continuaba regalando goles a los rivales en los primeros minutos y como él mismo manifestó: "Si no nos ponemos las pilas seremos un equipo vulgar".

Allí también estuvo, lo hacía frecuentemente, Fran de Paula para conocer in situ las actuaciones del Cartagena, "ver las caras de los jugadores antes y después del partido y mostrarse tranquilo ya que he visto las caras de los jugadores antes y después del encuentro y sólo puedo decir que saldremos adelante”. Incidiendo “en la fatalidad de encajar un gol casi antes de empezar el partido. No todos los días se puede remontar un resultado en contra y esto nos lleva a seguir aprendiendo y no queda otra. Yo estoy tranquilo porque he visto el encuentro que se ha hecho y estoy deseando que llegue el domingo para ver ganar el partido con el Almería B”. 

Y preguntado sobre si el equipo había caído en el síndrome de gol tempranero manifestó: “Se junta un poco todo. De seguir así, tanta capacidad de reacción para remontar se podría ver lastrada o mermada, pero cuando ves al equipo dar la cara en el terreno de juego tienes que ser optimista y aguardar que la fortuna nos sonría alguna vez. Esta mañana el portero del Melilla ha hecho un partidazo, con tres grandes paradas en ocasiones de gol muy claras, y ha sido quien ha evitado que puntuásemos. A nivel físico y de intensidad he visto bien al equipo”. 


El Icue y…el dilema del café o té

“¡cuán pronto se van los placeres y dulzores!”. (Jorge Manrique)

Hoy, esta mañana, el Icue estaba que saltaba de contento porque podía ver el partido a través de su PC. Jamás como hoy, como esta mañana, quiso mimar tanto a su PC y en su casa. El Icue, en sus saltos de contento, deseó darle las gracias, y así lo hizo,  a Ken Olsen, visionario, objeto de escarnio y fundador de DEC, albor del PC que, gracias a él, tengo encima de mi mesa de trabajo un portátil a través del cual he podido ver, gracias a la televisión melillense, la derrota de mí, nuestro, suyo FC Cartagena. Hace mucho que el Icue soñó con tener en casa un equipo como el del trabajo y luego poder trabajar con un dispositivo como el de casa y después hasta poder ver lo que más le gusta en esta vida que no es otra cosa que el fútbol de su Cartagena y…a distancia kilométrica.

Y en esa alegría estaba cuando el Icue trató de responderse a la pregunta de por qué el partido de hoy se jugaba a la hora del aperitivo. Y muy sencillamente llegó a la conclusión de que había que jugarlo al mediodía, al ser Melilla una ciudad diurna, su actividad decae a la vez que el Sol y porque los melillenses son muy dados a alargar la sobremesa con la brisa y la languidez de su paseo marítimo.
Y en la respuesta a la pregunta estaba el Icue, cuando se dio cuenta del estado de este nuestro FC Cartagena, contemplando, no hemos necesitado de la información de nadie, que este equipo, desde el minuto primero, comenzó a vagabundear. Todos hemos visto, los que lo hemos visto, que este equipo, más que jugar, deambula olvidándose de su andador. Ha sido como el enigma de la esfinge. No hemos podido saber por qué en su deambular, extraño verbo, le han faltado no solo las dos patas, sino las tres, las cuatro  y hasta las... ¡seis! 

El FC Cartagena ha ido a jugar a las puertas del desierto, donde la ciudad bebe de la cultura musulmana, cristiana, judía e hindú. Y solo se ha traído para Cartagena marroquinería de deshecho. Se ha asomado al balcón de África pero no la ha visto. Melilla se les ha escondido. A este equipo nuestro se le ha contagiado  la calma melillense ya que tuvieron que comenzar muy pronto la mañana y no supieron digerir el temprano desayuno. Fue allí donde se planteó el primer dilema de elegir entre  café o té verde. No supieron acertar en la elección y se quedaron dormidos como conversando vivencialmente con musulmanes, cristianos, judíos e hindúes y esto les atrofió. Al final cuando despertaron se dieron cuenta de que, estando a las puertas de una de las tiendas de marroquinería más reputada de la ciudad, solo tenían la opción de comprar babuchas, bolsos, alfombras y cojines llegados del “to barato” vecino Marruecos.  

A este Cartagena se le ha vuelto a parar el reloj y nos ha mostrado, fastuosamente, la tendencia a detenerse. Esta quietud de su reloj no es una anomalía, sino el lógico resultado de un despiste, otro más, que esta mañana lo ha ampliado desde el minuto en el que, por medio de Miguel Montes, marcó su primer gol. Tan parado ha estado que marchó al zoco a buscar un reloj de pared para ponerse en movimiento y encontró un carrillón cuando un jovenzuelo llamado Mustafá Abdeselam Mohand, “Chota”, proporcionó un martillazo para que se oyera la actividad vocinglera de los escasos asistentes al partido. El reloj se detuvo y, al marcar Megías, todos pensamos que llegaba la remontada. Pero no, el Cartagena estaba sin pulso y en caída. Y el Icue pensó, a estas horas todavía sostiene, que de ésta salimos, que el bicho tiene cura. UD Melilla 2- FC Cartagena 1


La llegada de mis nietos me sacó del patio de operaciones que me había montado y tuve que ver troceados los diez últimos minutos en la tableta de uno de ellos. Hubo un momento en que el locutor dijo “gol del Cartagena”, gol de Megías, y pegué un respingo en la silla, cambiando rápidamente hacia la remontada. El caso es que en la web aparecieron, al lado del partido, unas gradas semivacías y mi mirada comenzó a vagar cada vez con más pereza hasta quedarme definitivamente fuera del partido.

Y como el viento de Levante nos aguó la fiesta, al Icue no le quedó otro remedio que acercarse hasta su cocina y cocinar, para sofocar las penas, un rape a la Rusadir, para homenajear al primitivo nombre del asentamiento. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce. Dies 9/29: ante diem tertium Kalendas Octobres. Nº 298.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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