Fue amarga, demasiado amarga, aquella mañana de final de
septiembre cuando el FC Cartagena se presentó en el Álvarez Claro Melillense
para perder. Y ocurrió lo que iba a ser normal en casi toda la temporada:
encajar un gol en el primer minuto de juego. Fue increíble, fue rizar el rizo pero
era el tercer partido en el que el Cartagena encajaba un gol en el primer
minuto de juego, concretamente cuando todavía no habían transcurrido 26
segundos de juego. Ya había ocurrido, anteriormente, ante el Guadalajara con
aquella internada de Toledo que Savu se “comió”. Volvió a repetirse contra La
Hoya con aquel golazo de Caros Rodríguez a los 32 segundos. Y volvió a pasar aquella
mañana con el gol de Migue Montes. Y eso, o por ello, que el Efesé estrenaba equipación
con los colores de la bandera de la provincia marítima. El Cartagena de Tevenet
seguía dejándose puntos de la manera más absurda y continuaba regalando goles a
los rivales en los primeros minutos y como él mismo manifestó: "Si no nos
ponemos las pilas seremos un equipo vulgar".
Allí también estuvo, lo hacía frecuentemente, Fran de Paula para
conocer in situ las actuaciones del Cartagena, "ver las caras de los
jugadores antes y después del partido y mostrarse tranquilo ya que he visto las
caras de los jugadores antes y después del encuentro y sólo puedo decir que
saldremos adelante”. Incidiendo “en la fatalidad de encajar un gol casi antes
de empezar el partido. No todos los días se puede remontar un resultado en
contra y esto nos lleva a seguir aprendiendo y no queda otra. Yo estoy
tranquilo porque he visto el encuentro que se ha hecho y estoy deseando que
llegue el domingo para ver ganar el partido con el Almería B”.
Y preguntado sobre si el equipo había caído en el síndrome de gol
tempranero manifestó: “Se junta un poco todo. De seguir así, tanta capacidad de
reacción para remontar se podría ver lastrada o mermada, pero cuando ves al
equipo dar la cara en el terreno de juego tienes que ser optimista y aguardar
que la fortuna nos sonría alguna vez. Esta mañana el portero del Melilla ha
hecho un partidazo, con tres grandes paradas en ocasiones de gol muy claras, y
ha sido quien ha evitado que puntuásemos. A nivel físico y de intensidad he
visto bien al equipo”.
El Icue y…el dilema del café o té
“¡cuán pronto se van los placeres y dulzores!”. (Jorge Manrique)
Hoy, esta mañana, el Icue estaba que saltaba de
contento porque podía ver el partido a través de su PC. Jamás como hoy, como
esta mañana, quiso mimar tanto a su PC y en su casa. El Icue, en sus saltos de
contento, deseó darle las gracias, y así lo hizo, a Ken Olsen, visionario, objeto de escarnio y
fundador de DEC, albor del PC que, gracias a él, tengo encima de mi mesa de
trabajo un portátil a través del cual he podido ver, gracias a la televisión
melillense, la derrota de mí, nuestro, suyo FC Cartagena. Hace mucho que el
Icue soñó con tener en casa un equipo como el del trabajo y luego poder
trabajar con un dispositivo como el de casa y después hasta poder ver lo que
más le gusta en esta vida que no es otra cosa que el fútbol de su Cartagena y…a
distancia kilométrica.
Y en esa alegría estaba cuando el Icue trató de
responderse a la pregunta de por qué el partido de hoy se jugaba a la hora del
aperitivo. Y muy sencillamente llegó a la conclusión de que había que jugarlo
al mediodía, al ser Melilla una ciudad diurna, su actividad decae a la vez que
el Sol y porque los melillenses son muy dados a alargar la sobremesa con la
brisa y la languidez de su paseo marítimo.
Y en la respuesta a la pregunta estaba el Icue, cuando
se dio cuenta del estado de este nuestro FC Cartagena, contemplando, no hemos
necesitado de la información de nadie, que este equipo, desde el minuto
primero, comenzó a vagabundear. Todos hemos visto, los que lo hemos visto, que
este equipo, más que jugar, deambula olvidándose de su andador. Ha sido como el
enigma de la esfinge. No hemos podido saber por qué en su deambular, extraño
verbo, le han faltado no solo las dos patas, sino las tres, las cuatro y hasta las... ¡seis!
El FC Cartagena ha ido a jugar a las puertas del
desierto, donde la ciudad bebe de la cultura musulmana, cristiana, judía e
hindú. Y solo se ha traído para Cartagena marroquinería de deshecho. Se ha
asomado al balcón de África pero no la ha visto. Melilla se les ha escondido. A
este equipo nuestro se le ha contagiado
la calma melillense ya que tuvieron que comenzar muy pronto la mañana y
no supieron digerir el temprano desayuno. Fue allí donde se planteó el primer
dilema de elegir entre café o té verde.
No supieron acertar en la elección y se quedaron dormidos como conversando
vivencialmente con musulmanes, cristianos, judíos e hindúes y esto les atrofió.
Al final cuando despertaron se dieron cuenta de que, estando a las puertas de
una de las tiendas de marroquinería más reputada de la ciudad, solo tenían la
opción de comprar babuchas, bolsos, alfombras y cojines llegados del “to
barato” vecino Marruecos.
A este Cartagena se le ha vuelto a parar el reloj y
nos ha mostrado, fastuosamente, la tendencia a detenerse. Esta quietud de su
reloj no es una anomalía, sino el lógico resultado de un despiste, otro más,
que esta mañana lo ha ampliado desde el minuto en el que, por medio de Miguel
Montes, marcó su primer gol. Tan parado ha estado que marchó al zoco a buscar
un reloj de pared para ponerse en movimiento y encontró un carrillón cuando un
jovenzuelo llamado Mustafá Abdeselam Mohand, “Chota”, proporcionó un martillazo
para que se oyera la actividad vocinglera de los escasos asistentes al partido.
El reloj se detuvo y, al marcar Megías, todos pensamos que llegaba la
remontada. Pero no, el Cartagena estaba sin pulso y en caída. Y el Icue pensó,
a estas horas todavía sostiene, que de ésta salimos, que el bicho tiene cura. UD Melilla 2- FC Cartagena 1
La llegada de mis nietos me sacó del patio de
operaciones que me había montado y tuve que ver troceados los diez últimos
minutos en la tableta de uno de ellos. Hubo un momento en que el locutor dijo
“gol del Cartagena”, gol de Megías, y pegué un respingo en la silla, cambiando
rápidamente hacia la remontada. El caso es que en la web aparecieron, al lado
del partido, unas gradas semivacías y mi mirada comenzó a vagar cada vez con
más pereza hasta quedarme definitivamente fuera del partido.
Y como el viento de Levante nos aguó la fiesta, al
Icue no le quedó otro remedio que acercarse hasta su cocina y cocinar, para
sofocar las penas, un rape a la Rusadir, para homenajear al primitivo nombre
del asentamiento. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce. Dies 9/29: ante diem
tertium Kalendas Octobres. Nº 298.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
0 comentarios:
Publicar un comentario