Era el primer partido del recién estrenado 2014. Recuerda el
Icue que éste fue un partido de pegada que sirvió para marcar las diferencias.
Y también un partido, tercera victoria consecutiva, cómodo y en el que el FC
Cartagena no necesitó de mostrar su mejor cara para golear como esa tarde
goleó. Tevenet tuvo la tarde plácida que reclamaba. Quería un triunfo cómodo y
convincente y sus muchachos le dieron aquello que había solicitado: “necesitamos
ese partido en casa donde seamos superiores al rival en todos los aspectos, en
casa estamos haciendo una temporada digna, nos cueste más o menos estamos
sacando los partidos adelante". Llegaba el Lucena al Cartagonova en sexta
posición y encontrándose a diez puntos del FC Cartagena. Eso no amedrentó a los de Tevenet
que se hicieron con esos tres puntos como tres soles y que los blanquinegros cargaron en su zurrón
con esos tres goles marcados por Mejías, Antoñito y Mariano. Tres puntos
básicos para no estar agobiados los próximos quince días que esperaban. Había que
ganar y se ganó y además se dio muy buena imagen y hasta pudo servir para meter
miedo a sus rivales, La Hoya Lorca y Albacete,
en esa cuesta de enero que les esperaba y que se presentaba más dura que las 21
curva de Alpe d´Huez.
Y cómo anécdota allí estuvo el ex cartagenerista Clavero con sus
bien llevados 37 años y, todavía con fuerzas para jugar con cierta asiduidad. Y
cuando lo vimos abrazarse con el capitán Mariano nos vinieron al recuerdo aquellas
dos temporadas con Juan Ignacio y en Segunda División y sus 60 partidos entre
los que fue titular en 50 de ellos.
El Icue y…cuando un partido se reactiva con un penalti
“La decisión alimenta el coraje; la duda, el miedo”. (Publio Siro)
Querido Icue, después de la goleada- 3-0 -que esta
tarde le ha infringido el FC Cartagena al Lucena FC me he acordado de una
fábula, leyenda, hecho histórico o crónica anónima, nunca sabré lo que es, y que narra cómo
Abderramán III, “sometió España ciudad por ciudad y aniquiló a sus defensores”.
Tevenet, como el califa Abderramán, junto a sus guerreros jugadores han entrado
a saco en esta Liga y han comenzado a cortar cabezas deportivas, siendo hoy la
segunda del año y de la segunda vuelta. Pero nada hay tan resistente como los
mitos, y este sevillano, pasito a pasito, sin gustarle fardar como les gustaba
a los árabes, está dotando a sus jugadores andares altaneros para vencer y no
andares de sultana.
Efectivamente, hoy en el Cartagonova se ha vencido
porque, aun no desarrollándose un juego futbolístico de encaje si ha habido un mini-sometimiento, una
pequeña demolición y, sin merecerlo hasta un pequeño desastre hacia ese equipo
llegado al Cartagonova desde tierras de la campiña cordobesa. Hoy en el partido
hubo algo de planificación, una pizca de estrategia y hasta un zigzagueante
juego embrión de maravillar, también aburrimiento. Pero nos hemos quedado con
las ganas, porque habrá que decir que los lucentinos no merecieron tan amargo
castigo.
Con todas las reservas, con toda su libertad, valentía
y esforzándose, el Icue, cual profeta, vigía o centinela está en condiciones de
anunciar siguiendo las instrucciones de Baruc que ya no hay equipo que, ni a
tiros, venza a este Cartagena. No hay brecha entre las distintas líneas de su
formación, hay banquillo para comprobar que en estos dos duelos y retos entre
los que va transcurriendo la segunda vuelta siempre ha podido cantar bingo. Los
ilustres blanquinegros frente a la fuerza del colectivo lucentino han jugado
esta tarde un partido por episodios, intenso y equilibrado, aunque poco emotivo
y hasta insulso. Ha sido un choque de estilos, desapasionado, fundamentalmente
hasta que le hicieron penalti a Antoñito, el segundo para el Cartagena en lo
que llevamos de temporada, y Mejías marcó el primero. Es entonces cuando el
Icue anotó esa señal para darse cuenta de que en el fútbol hay más de una
carta. Y al paso y al tran-tran se jugaba, el tiempo de la primera parte estaba
agotado cuando Antoñito, otra vez Antoñito, a centro de Menudo marcaba el
segundo para que todos nos fuéramos a refrescar con magníficas sensaciones.
Digo lo de refrescarnos porque en el Cartagonova, me cuentan, la tarde era
soleada.
El partido, ya en la segunda parte, comenzó a mostrarse
como un capítulo intenso pero tranquilo, con una defensa firme, tan firme era
que en el minuto 63 le permitió a Mariano asomarse al área contraria para batir
por tercera vez a José Ramón. A partir de ahí se activó la tranquilidad. La
falta de intensidad se suplía con orden para evitar y contrarrestar los
peligros del rival. Los de Tevenet conectaban y era entonces cuando afloraba el
peligro y entonces todo el Cartagonova se dio cuenta de que el Lucena mereció,
como mínimo, algún gol.
Aguantó el FC Cartagena, resistió el Lucena, que
compitieron por cada palmo hasta el pitido concluyente. De algún modo, una
victoria para el cuadro de Tevenet, que en su “partido a partido” suma y sigue
para consolidarse entre los primeros y, después de los resultados de la jornada,
acortar distancias y pensar en alcanzar, no deben volverse locos, el próximo
domingo, allí en la hermana Lorca, esa plaza de enjundia y ante un adversario
que hasta ahora ha estado colmado y en plenitud para dejar desairados a todos
los rivales con los que se ha ido enfrentando.
Me retiro, querido Icue, y salgo del Cartagonova
observando, estamos a mitad de enero, cómo esta gran ciudad, que a las siete de
la tarde ya estaba a oscuras, anuncia un perfume de victoria muy dulce; y cómo
al inicio de febrero, llore o ría la Candelaria, comenzará a despertarse la
savia de los árboles y apuntarán las gemas en las ramas desnudas; y cómo
llegaremos a marzo donde las flores que
perdieron los almendros serán recuperadas por los cerezos. Y nuestro, vuestro,
suyo Cartagena, pese a lo que por ahí se comenta, se vende o se compra, no se
lo crean, deberá seguir adelante con su oficio inexorable y sin hacer caso a
las tormentas del corazón. Puede que este sea otro artículo más, incluso vulgar
o malo y hasta marcado por el compás del partido. No pasa nada, pues el sol,
siendo como es una bomba de hidrógeno, también se repite y nada sucede.
Después de lo de esta tarde y, ¡Bravo!, escuchando como el Cartagonova
despedía a Clavero entre aplausos solo me resta, desde la humildad, manifestar
en voz baja, porque en el fútbol nunca se sabe, si será posible que estemos
presenciando un renacer de un nuevo FC Cartagena. No sólo en cuanto a
competitividad interna, que va in crescendo, sino respecto a la posibilidad de
que su fútbol, sus jugadores, que lo plasman y su entrenador que lo dirige,
vuelva a ser una fuerza temible en la próxima Liga Adelante. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 1/5: Pridie Idus
Ianuarias. Nº 316.
Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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