El Icue y…cuando La Balona ya no pierde en el Cartagonova
“Las victorias van a llegar muy pronto porque estamos haciendo
muchas cosas bien. Vamos por el buen camino”. (Víctor Fernández, entrenador del FC Cartagena)
Los cielos se rasgaron desde la madrugada del domingo y
por sus costuras comenzó a borbotear agua como nunca se había visto. Ese
quebranto ya estaba anunciado y prorrumpió, como queriendo aguar no sé qué
fiesta, durante toda la pasada noche de sábado. Y estando el Icue sentado junto
a La Rambla ya tuvo visiones de que nuestro Efesé no iba a ganar. Y así ha sido:
FC Cartagena 1 – RB Linense 1.
El Icue, por lo visto esta tarde-noche, todavía no vislumbra
lo que va a ser este FC Cartagena de Víctor. De hecho, aun perdiendo, ya lo
habíamos intuido el pasado domingo en el
Carranza, fundamentalmente, cuando el cabezazo de Montero supuso el empate a
dos. Nada que no supiéramos ya hoy nos ha parecido novedoso, más que nada
porque forma parte de la manera de ver el fútbol del nuevo entrenador del Efesé
y a éste si lo conocemos y sabemos que prieta, aun sin defensa ordenada y
conjuntada, las filas atrás, algunos metros por detrás del balón; que sus
jugadores salen fulgurantes con el balón jugado desde atrás, fundamentalmente
con la aparición de Rivero sustituyendo a Luque ; y porque hay una tríada de
delanteros, Cristo, Sergio García y Menudo que son tres jugones que marcarán
goles, muchos goles. Y porque este equipo, con su entrenador al frente, no
juega a conservador.
Hoy este FC Cartagena de Víctor y Belmonte,
esencialmente en la primera parte, sobre todo durante los primeros treinta
minutos, parecía haber desterrado del armario aquel fútbol con olor de armario naftalina
en el que se guardaban las chaquetas cuadradas y anchas del equipo arbitral,
los calzones con el largo excesivo de los futbolistas y los borceguíes de
largos cordones que más parecían botines, tipo castellanos, que botas de fútbol.
El Efesé daba la sensación no sólo de haber revisado y actualizado su
indumentaria, desterrando del armario algunas piezas que hasta hoy resultaban
obsoletas, sino que había evolucionado en ese juego anunciado contra el Linares
y desarrollado contra el Cádiz. Hoy la efesemanía, en número de 4177
espectadores, todavía no se ha enfadado y hasta se ha encontrado contenta, aunque
no feliz. El FC Cartagena debe proyectar otra imagen ajustada a los goles.
Desde este verano se detectaba esta carencia: en Cádiz casi estuvo a punto de
acertar y esta tarde ha mostrado una estética futbolística más acorde con lo
que todos deseamos fundamentalmente en la primera parte.
Y esto, como hemos presenciado en esta grisácea y
tristona tarde, no le va a ir mal al equipo. Para jugar al ataque, con el
estilo que gusta a la efesemanía y a los asiduos del Cartagonova, hay que tener
una perfecta configuración de plantilla, un nueve listo, jugadores con juego
que no sólo convenzan, sino que rematen, un plan y estilo determinado que les
conduzca a conseguir ese conjunto equilibrado que todos deseamos. Hoy hemos
visto que el equipo posee alguna de estas cualidades y también que carece de
otras. Todo esto es fruto en sus pros y contra de que el FC Cartagena, además
de presidente, tiene un director deportivo-presidente que ejerce y ejecuta.
Además, este equipo formado entre Belmonte y Víctor, ha conducido esta tarde a recordar al Icue la
posible conversación o conversaciones, supongo serían muchas, habidas entre
presidente-director técnico y entrenador al comienzo de temporada y antes de
quedar configurada la plantilla. Este dúo y a causa de este empate en la tarde-noche
de hoy me ha recordado al Conde Lucanor hablando con Patronio, su consejero, cuando
le manifestó que estaba muy preocupado por algo que quería hacer, y aun haciéndolo,
muchas personas encontrarían motivo para criticárselo; pero, si dejaba de
hacerlo, creía él mismo que también se lo podrían censurar con razón. Contó a
Patronio de qué se trataba y le rogó que le aconsejase en este asunto. Y así lo
hizo. Todo salió perfectamente. Supieron como urdir la plantilla de su negocio
y hasta previeron como terminarlo: y ahí están Patronio y Lucanor, Belmonte y
Víctor haciendo lo mejor y más conveniente para que llegase ese triunfazo, partidazo
y equipazo que se intuía desde los primeros minutos del partido de hoy. Pero no
llegó.
Y el Cartagonova comenzó a temblar. La misión de ganar
los tres primeros puntos no estaba cumplida. El Efesé entraba en sus habituales
tembleques y le costaba recuperar el sitio. Pero llegó el minuto 54. Dos
defensas cartageneros intentan entrar a un mismo jugador. Se cuela el jugador Zamorano
y marca su gol sin que Limones nada pueda hacer. Este gol fue como un silbido.
Casi inapreciable. Quizás ni hubo sonido. Pasó y punto. Sólo, quizás, la vista sensible
y de lince de algún aficionado atentísimo se dio cuenta que Jesús Álvaro se
encontraba fuera del campo lesionado. Y todos observamos que el FC Cartagena sin
balón, sufre. Pero cuando lo tiene es una felicidad verlos jugar. Es la misma
historia de siempre. Y ¡¡¡Zas!!! Minuto 80. Este si sonó, fue un golazo. Fue en una falta
sacada por Menudo, hubo un gran barullo en el área Balona y el cartagenero Gonzalo
Verdú con una espectacular chilena hizo el empate. El Cartagonova rugió,
quedaban minutos. El rugido fue constante, oportuno y repetitivo y pudo explotar
en ese minuto 89 cuando Fede Laens la tuvo para lanzarla contra el larguero. Y
a partir de ahí urgencias, la portería de la Balompédica cada vez se hacía enorme,
gigante, y los jugadores cartageneros de nuevo temblaron, perdieron precisión y
todo terminó. Todos nos marchamos y pensamos que, de nuevo, este empate iba a
alterar el sueño de Belmonte y de Víctor, de sus jugadores y de toda la efesemanía.
¡Qué tristeza y qué pena de esos perdidos primeros
gloriosos minutos! Hoy el Cartagonova solamente rugió en esos minutos iniciales
y en los postreros con el golazo de Verdú. Y ¡ay!, también con la tronada que fue creciendo
a medida que el Icue se acercaba hasta La Ribera marmenorense.
Después de esto al Efesé, a Víctor y su plantilla todavía
no les salen las cuentas y, además, comienzan a amontonárseles asuntos como
papel emborronados. A Víctor y Belmonte aún les queda tiempo para sonreír junto
a su plantilla. Es todo lo que necesitan sus fieles seguidores. Y todos estaremos
felices. ¡¡¡Ojala sea en Sevilla!!! Además el Real Murcia es el último de la
fila- ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 9/6: ante diem octavum
Idus Septembres. Nº 379.
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