No había otra, alguien tenía que salir al rescate de este
nuestro FC Cartagena y así fue, lo hizo Chus Hevia. El rescate llegó en un arreón
final albinegro adornado con cintas de un fuerte empuje más que claridad. Fue cuando el choque
languidecía, minuto 87. Gato se internó por banda, centró a Ribas el cual y en la
segunda asistencia de la tarde se la puso a Hevia para que anotara un bellísimo
gol con un disparo al segundo palo. El Cartagena encontró, por fin, el rescate.
Lo que si hubo aquella tarde de Difuntos fue un rosario de
despropósitos: el mánager Julio Ribas oculto en un vomitorio del palco,
acompañado de Javi Manzano; un Simón Ruiz, inhabilitado primer entrenador,
dando ¿ordenes? desde una cabina de
prensa que le habilitaron al efecto: el uruguayo Domingo “El Bomba Cáceres”,
segundo de Ribas, haciendo las veces de entrenador sin título desde la zona
técnica del banquillo local y José Esteban Yepes, preparador de porteros, dando
y poniendo la cara en la sala de prensa, manifestado cosas en las que,
seguramente no creía: “Chus Hevia lleva trabajando bien siempre, y todo el
equipo. Ojalá pudieran jugar todos.
Tenemos una plantilla muy competitiva. Prosi para mí también ha estado muy bien
hoy y se nota que se va encontrando mejor. Somos un equipo muy nuevo y no es
fácil conjuntarlos. Pero, bueno, las dinámicas positivas te llevan a que todo
vaya mejor y con este triunfo se va a seguir mejorando. Pero ya hemos ganado en
casa, nos hemos quitado esa carga y seguro que las dinámicas positivas nos van
a llevar a que todo vaya mejor. Sé que con este triunfo se va a seguir
mejorando”. Como pueden leer, Yepes no tiene precio como adivino. Todos
conocemos lo que sucedió después.
Y lo más anecdótico o esperpéntico del partido sucedió al final:
nadie, como primer entrenador del equipo, firmó en el acta arbitral. Nadie dio
fe, solo lo hicieron el capitán, Javier Tarantino, y el delegado de campo,
Francisco Egea.
Se me olvidaba: Con este triunfo, el primero de la temporada
como local y el segundo en todo el campeonato, era la undécima jornada, se
lanzaron las campanas al vuelo para anunciarnos que “el Cartagena ascendía a la
undécima plaza, con 14 puntos. Y se quedaba a cuatro puntos de la promoción de
ascenso y a dos de la de descenso”. ¡Ay, ay, ay! ¡”Cosas veredes amigo Sancho
que harán fablar las piedras”!
El Icue y…los zarazos de noviembre
“Cuando comencemos a ganar partidos le daremos al empate de hoy
el valor que tiene”. (Simón Ruiz Díaz)
Pues va a ser que sí, hoy sí…al sexto se gana en casa.
Y habrá que darle la razón a D. Simón Ruiz Díaz al manifestar aquello de:
“Cuando comencemos a ganar partidos le daremos al empate de hoy el valor que
tiene”. El Icue, no le duelen prendas y le reconoce a Simón el valor que tuvo
al pronunciarlas. Y hoy ha sido el día, al comienzo del mes de noviembre, en el
día de difuntos, ¡ay qué alegría!, y en la undécima jornada, sexta en el
Cartagonova de La Liga 2014-2015.
El viernes, cuando la rueda de prensa de “los
Javieres”, el Icue no estaba en Cartagena y bien que lo siente. No pudo
presenciar el penoso “chou” que montaron, dos aficionados metidos a esto del
fútbol profesional cartagenero. Aquello, lo he escuchado varias veces,
convendrán con el Icue, no fue una rueda de prensa al uso, sino un mediocre
monólogo de comedia truculenta, que no divertida, de dos ¿directivos? que
llevan nueve meses por las dependencias del Cartagonova deseando cotizarse al
alza, queriendo generarse popularidad y deseando aparecer como profesionales en
esto del fútbol de élite. Y no, “Javieres”, a ustedes les falta mucho para
poseer, en esencia, un caché de altura en esto del fútbol y más cuando, sin
importarles lo más mínimo se pusieron a tirar por los suelos el trabajo de
algún periodista riguroso y de carrera poniéndose la venda antes de la herida.
Y es que, no me duelen prendas. El Icue les recuerda que ustedes, el otro día,
debieron hablar para gente honrada y no para piratas del Caribe, ni para
plumillas, que se creen Capote redivivos, y sí debieron hacerlo para algún
periodista con mayúsculas que en la sala estaba. Pero dejemos esto, tiempo
habrá de volver y demostrar, hay pistas, las contradicciones que se llevan
entre manos estos dos ¿directivos con solvencia de Sporto Gol Man? Ahora
vayamos al partido que comenzó con la retirada, por la seguridad del estadio,
de una pancarta que solamente venía a decir, todos la leímos: “Sporto, basta ya
de mentiras”.
Esta tarde, primer domingo de noviembre, me he
acercado hasta el estadio, me he sentado en mi butaca del lateral Rambla y me
he puesto a comentar con mi amigo, ese que siempre acompaña al Icue cuando anda
por estos pagos, lo sucedido en nuestro ir hacia el estadio: Se encontraba el
Icue haciendo hora en la terraza de un bar muy efesemaníaco y muy atlético de
la alameda de San Antón cuando en una conversación de la mesa de al lado
escuchamos: “la esperanza de que las cosas puedan cambiar en este club se
vuelven poco a poco una quimera”. El efesemaníaco soltó la frase a voz en grito
y la vertió tal cual como esgrimiéndola en un establecimiento público para que
todos la escucháramos. Y así la cosa, reanudamos la marcha hacia el estadio
intentando rescatar para evocar, aun siendo un iluso, aquellos versos del poeta: “A menudo he
pensado en otra historia / distinta y menos simple, en otra España”.
Pero esta tarde si ha podido ser y ha sido con dos
zarazos; uno el primero con gol de Prosi, minuto 20 de la primera parte y en la
mejor jugada del Efesé, que yo recuerde, trenzada en el Cartagonova entre
Germán, Carlos Martínez y el testarazo de Proxi; el segundo, minuto 84, golazo
de Chus Hevia, se lo merecía. Gato se internó por banda, la pasó a Ribas, se la
puso a Chus Hevia y éste, en un golazo, colocó en el marcador el que suponía el
segundo gol, 2 – 1, y la primera victoria del Cartagena en casa. Si el partido
de la pasada semana contra el Palo fue un partido de gañafones, el de hoy ha
sido un partido de zarazos. Zarazo es una expresión, siempre me ha gustado, con
la que denominan en mi comunidad de origen, o por lo menos en algunas zonas de
ella, a esas violentas rachas de viento y lluvia que acompañan habitualmente la
transición del otoño al invierno: zarazos de noviembre. Aunque el RAE la
incluye y la define y la aplica al fruto que aún no está maduro. Pues bien,
tómese como se tome, este equipo, nuestro FC Cartagena, esta tarde de día de
Difuntos ha sido un equipo zarazo, sin haber entrado todavía en sazón,
funcionando a rachas, con tesón como deseando querer salir de esta transición
que comenzó cuando el Paloma voló hasta que los del Gol Man llegaron.
Aun no siendo un gran partido, al Icue le ha parecido
mediocre y con carencias, hemos visto a un equipo cambiado y como si después
del “chou” de “los Javieres”, hubieran espabilado al cambiar los electrolitos
de la bebida milagrosa por litros de estimulación. Esta tarde este equipo no me
ha parecido un equipo somnoliento y sí espabilado, a pesar de que en algunos
tramos los haya visto mal físicamente lentos y sin tener fuerzas para ponerse
delante de Mateo. Y hasta ha habido un momento, cuando Canario, jugador
linense, trinó para marcar su golito, cuando mis dulces sueños, si los tuve, se
tornaron en cruentas y demenciales pesadillas. Y además miré hacia las Casas de
Apuestas y comprobé que pagaban 0€ por el empate de nuestro Cartagena. Y en
estas llegó el descanso, me tomé una cantidad ingente de poleo-menta y
desperté, también el equipo que no deseaba un empate más, ni mucho menos una
derrota.
Fue entonces cuando no quise pensar que podía mascarse
el enojo, al no existir el juego atrevido de los blanquinegros. Ni tampoco fue
presagio que el hoy entrenador: el Bomba Cáceres, acertase con los cambios
introducidos en la alineación dando entrada desde el principio a Arcas, Chus
Hevia y Proxi en lugar de los fijos Pallarés y Luque. Ni tampoco fue presagio
que hoy Sebas Ribas no fuese capaz de controlar al travieso esférico en ese
césped verde y maravilloso que hoy lucía el Cartagonova. Y, al final, querido
Icue, todo se recompuso aunque fuese con ese pedazo y fantástico golazo de Chus
Hevia.
Hasta otra amigo Icue. Ya en casa, pienso y escribo
esto en el día de difuntos, un día apacible, sin violentas rachas de viento y
lluvia que puedan batir las calles de mi ciudad y los cimientos de mi
entrañable equipo de fútbol como si fueran a terminar con él, pero con dos
zarazos de resurrección en noviembre. Quisiera el Icue que las convulsiones, de
todo tipo, por las que está pasando el Efesé fuesen cortas y, a lo sumo,
intermitentes y en seguida dejasen paso a momentos de tranquilidad presididos
por el arco iris o por un sol lavado y limpio que anuncie la primavera que
todavía queda para que llegue. Parece va a ser que sí, como el resultado de
esta tarde. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 11/2: ante diem
quartum Nonas Novembres. Nº 347.
Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©
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