domingo, 21 de febrero de 2016






Un torreón en el interior del Cartagonova

“Alto soto de torres que al ponerse
tras las encinas que el celaje esmaltan
dora a los rayos de su lumbre el padre
Sol de Castilla”. (Miguel de Unamuno)

Ahí lo tienen, probablemente un desconocido para los recién llegados al cartagenerismo, pero uno de los nuestros para los que ya peinamos alguna cana. Él es Miguel Montes Torrecilla, Salamanca 22 de diciembre de 1969: un salmantino de los de pro, de esos que el gran Farina retrató en “Mi Salamanca” como lleno de arte y sabiduría, campero que heredó de su salamanca raigambre, conocimientos y esos códigos comunes propios de una tierra no ajena a los claustros, aunque los suyos hayan sido los cenobios de los vestuarios, los atrios administrativos y los campos de juego futbolístico por los que fue y vino para estabilizarlos o perturbarlos y de lo contrario pregúntenselo a Genaro Zapata, el doctor Ripoll, Amaral, Juan Ignacio Jiménez, Paco Gómez,  Fran Alcoy y tantos y tantos con los que se cruzó en su estancia en las oficinas del Cartagonova.

Es este un deportista devenido a jefe que un día salió, como diría Unamuno de “ese alto soto de torres que al ponerse tras las encinas esmaltan ese celaje que dora a los rayos de su lumbre el padre Sol de Castilla”. Y, tras un corto periplo por tierras castellanas y levantinas, salió desde Novelda, tras pasar por la ciudad de Elche, hacia la Ciudad Trimilenaria para ejercer como director deportivo de su equipo. Y allí se estableció para, juntamente, con Juan Ignacio confeccionar la plantilla del FC Cartagena de la temporada 2005-06 para dos años después reencontrarse ambos, temporada 2007-2008, en la Unión Deportiva Salamanca donde se estrenan en un equipo de 2ª División. Es allí donde ambos dejan que duerma y la esperanza duerme dejando, como dice el poeta, correr las horas sobre la tierra. Y fue aquí en la ciudad de Cartagena donde recibió con los brazos abiertos el nacimiento de su segundo hijo, esa niña llamada Daniela. 

Pero si hay que recordarlo, el Icue lo haría en esta su más importante faceta que dejó su impronta a la orilla de la Rambla de Benipila.
 
Es fácil que a la efesemanía todavía le esté atormentando la famosa “venganza de Lampón” que muchos puede que ahora no la recuerden o sí. Fue ésta toda una historia, una especie de cuento folclórico comparable al de “Las de la mil y una noche” en el que un tal Santiago Lampón Pereira, Las Palmas de Gran Canaria, 17 de octubre de 1972 portero que fue de la UD Las Palmas, Universidad CF y Vecindario, formado y curtido dentro de un grupo por y para los canarios apasionados del fútbol, entre los que había exfutbolistas de renombre retirados y hasta un gran número de abogados, que empezaron  como jugadores esporádicos en el barrio de Vegueta y que poco a poco, con pasión y entrega, construyeron las bases de un equipo luchador y fiel transmisor de los valores canarios.

Y en esas se estaba cuando llegó un mes de junio de 2006 para arruinar el ascenso del Efesé, tres días después de haber sido ofrecido a Torrecilla, personaje que hoy nos trae Abel F. Ros a la vecindad de nuestro REMEMBER de hoy, quien lo descartó. Aquella tarde, mientras la Cartagena futbolística lloraba de pena y se envolvía en sollozos, el municipio guanche de Santa Lucia de Tirajana se embelesaba y los humildes futbolistas de un equipo denominado Vecindario, con Santi Lampón a la cabeza, desatados en euforia llegaron a formar una piña en los aledaños del área del fondo norte del Cartagonova. El mocetón Lampón que por aquel entonces, tenía 33 años,  fue el héroe milagroso y culpable de que once mil efesemaniacos saliesen esa noche del estadio con la cabeza humillada después de que unos cuantos futbolistas abandonasen el césped humillados, sonrojados, tristes en aquella triste azaña del “Vecindariazo”. “Vecindariazo” con desconocida y no relatada intrahistoria. Lampón se vengó cuando estuvo a punto de fichar por el Efesé para la siguiente temporada. Narran las crónicas que: “Unos días antes del partido de vuelta, un agente de futbolistas llamó al entonces director deportivo albinegro, Miguel Montes Torrecilla, quien le propuso que fichara a Lampón para el año siguiente. Si luego no entraba en sus planes para el Cartagena de la siguiente campaña, siempre podría buscar una cesión en verano. Pero sería conveniente dejar un papel firmado antes del domingo, le recomendaron a Torrecilla tres días antes de que se disputara aquella final”. El orgullo del “Paloma” declinó el ofrecimiento. Y la soberbia, altivez, endiosamiento, vanidad, arrogancia y petulancia del señor y del siervo entendieron que el FC Cartagena no necesitaba ayudas para superar al Vecindario. El Efesé, aquel Cartagena de Paco Gómez y Miguel Montes Torrecilla era un equipo muy superlativo  al Vecindario y ordenaron cortar todas las comunicaciones procedentes de las Isla afortunadas. Lo que sucedió, de sobra es conocido: Sabino, penalti parado que no fallado. El grandullón de Lampón y sus infinitas paradas en palomita y el Efese dándose con un canto en las narices y en espera. Es cierto, como cuentan los contables, que por aquel entonces a Paco Gómez los bolsillos le reventaban de perras y que éstas, cual migajas de Epulón, las desparramaba de un lado para otro por esos campos de Dios en los que, algo importante, estaba a punto de solventarse. ¡Ay, ay, ay!

 “Al pie de tus sillares, Salamanca,
de las cosechas del pensar tranquilo
que año tras año maduró en tus aulas,
duerme el recuerdo.
En silencio fray Luis quédase solo
meditando de Job los infortunios,
o paladeando en oración los dulces
nombres de Cristo”. (M. Unamuno)

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 2/21: ante diem nonum Kalendas Martias. Remember Nº 12.

Texto El Rincón del Icue. Foto http://qapta.es/. Copyright ©


PD. Hoy me dicen, y yo lo he visto desde la pantalla casera, ha sido un partido bonico, dicho con habla de aquí, y bonico hasta las raíces de la tierra. Estando como el FC Cartagena ha estado esta mañana en tierras vitivinícolas, éste se ha comportado como se comporta en la cepa esa especie de pequeño tallo especializado en sujetarse a una superficie o a otra parte de la cepa. Esta mañana, efectivamente, nuestro Cartagena se ha adherido fuertemente, al juego, a la estrategia, a la disciplina, al tesón y, por supuesto, a la falta de gol como tantas y tantas tardes en lo que lleva de Liga. El FC Cartagena ha querido agarrarse a algo más que ese punto conseguido como se agarra el sarmiento, con su zarcillo al viento, a las raíces de la cepa que, en nuestro caso, no ha sido épica. El Efesé pudo, con su juego, abandonar la cara de su tempestad para pasársela al equipo de la ciudad del Altiplano. No ha sido así. Monteagudo, en la previa, manifestó que se acercaban hasta el campo de la Hoya para despejar dudas y, efectivamente, sus muchachos han estado a punto de despejarlas y que con el resultado de la pasada semana en el Cartagonova hubiese supuesto toda una dosis de moral para los jugadores del FC Cartagena.  Y todo pudo suceder en un minuto, en ese fatídico minuto 88 cuando todo estuvo en la cabeza de Chus Hevia. Pero bueno, “el que no se consuela es porque no quiere”: hoy se ha vuelto a empatar y, a cero, para no variar. Pero el partido fue un partido serio y “bonico”.

FC Jumilla 0-0 FC Cartagena

ALINEACIONES

FC Jumilla: Javi Seral; Albiol, Verdú, Fran Manzanara, Inestal, Rubén de la Cuesta, Guardiola (70' Verdone), Borja, Etamané (77' Perona), Terol, Kondogbia (51' Christensen). 

FC Cartagena: Limones; Ceballos, Gonzalo, Moisés, Jesús Álvaro; Sergio Jiménez, Rivero (74' Luque); Cristo, Chus Hevia, Menudo (67' Fede Laens); Sergio García (45' Juanlu).

GOLES: FC Jumilla 0 - FC Cartagena 0

1 comentarios:

  1. Con esa falta de carencia de gol no se va a ningún sitio que no sea playa off de descenso

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