Fue un diez de mayo del 2015 cuando dejaron
de atormentar los meses desgraciados y cuando ya amanecían los días, los
limoneros ya estaban vestidos y las madreselvas eran ya todo un enredo. El FC
Cartagena, erre que erre en su tesón, acudió al estadio de La Nueva Victoria
jienense para vencer, superando de manera agónica al Real Jaén y preparar la
alfombra de la permanencia en el caso de vencer a la jornada siguiente al
equipo de La Roda.
Y allí se presentó el FC Cartagena de
Palomeque, muy mermado y al borde del precipicio. Y fue allí donde resucitó,
cuando casi nadie lo esperaba, con un triunfo que nunca antes había cosechado
en el complicadísimo estadio de La Nueva Victoria. Superar al Jaén, intentar
salir de la zona de descenso directo, aferrarse al puesto de promoción por la
permanencia y, sobre todo, asegurarse la dependencia de sí mismo en la última
jornada ante La Roda, fueron condición inexcusable. Y los jugadores cumplieron y,
también, la afición, esa afición que no puede vivir, y no hay manera, sin el
Efesé.
Fue un partido sin calidad, un partido poco
vistoso y es que como manifestó Palomeque al final del partido: “nosotros no
estamos ahora para hacer un juego bonito, sino para resolver los encuentros sin
pensar en ser brillantes porque nos lo jugamos todo. Llevamos un año con
adversidades y afortunadamente hemos llegado al final con posibilidad de vida
hoy”. “Hemos sufrido mucho esta tarde. Los dos equipos contamos con bastantes
ocasiones de gol. El Jaén ha fallado ante nuestra portería, pero Ceballos,
Migue y Gato también han contado con oportunidades muy claras para marcar. Por
fortuna hemos conseguido dos goles en jugadas que no nos salen normalmente; una
de estrategia, en el segundo palo, al estar desmarcado Carlos Martínez. Nos ha
salido esta tarde. Y en el gol de Migue, acertó en la segunda jugada”.
Y para que nada le faltase a la tensión del
partido, hubo pendencias, gresca y trifulca entre seguidores del Jaén y del
Cartagena que acabó con la intervención de la Policía. Fue una bulla tumultuosa
entre seguidores del Jaén y del Cartagena, fue al medio día, después de las
cervecicas de rigor. Y hasta un seguidor del FC Cartagena fue herido al ser
golpeado con una botella en la cabeza. Cosas de la agarrada.
Y al final el Efesé tomó aire y le permitió
seguir soñando. Fueron tres puntos de oro. Se resistió y hasta se pensó en no
marrar en la última jornada. ¡Ay, ay, ay!
El Icue y…cuando la buena noticia ya está aquí
“Y
luego, incontinente,
caló
el chapeo, requirió la espada
miró
al soslayo, fuese y no hubo nada”. (Miguel de Cervantes)
Con este estrambote remató Miguel
de Cervantes ese soneto que dedicó al túmulo del rey Felipe ll en Sevilla. Y
con este estrambote el Icue desea comenzar lo sucedido esta tarde en el estadio
de La Victoria de Jaén. El FC Cartagena caló el chapeo, requirió la espada,
miraron de soslayo Migue y Carlos Martínez. No se fueron y hubo mucho, lo
suficiente para aupar a su equipo. Allí sí que hubo. Sucedió que hubo una gran
victoria, que el FC Cartagena ganó, que ya depende de sí mismo y que esto ya es
otro jardín: un jardín florido de primavera cartagenera, de alegría y de
esperanza. Y es que en el estadio de La Victoria jienense hubo un grito desgarrador
que dio lugar a que el suspiro, uno de los dos que les quedaban, no se quedó
ahogado entre el clamor y las lágrimas de esa afición que, en número
suficiente, se había acercado hasta ese estadio. Y es que allí no hubo crujir
de dientes, ni sentimientos encontrados porque Carlos Martínez marcó pronto su
golito, para después firmar otro Migue y el Efesé comenzase a enderezar el
partido. Real Jaén 1 – FC Cartagena 2.
Lo que el Real Jaén hizo, ya al Icue ni le interesa.
Va y este Cartagena ya no se nos muere.
Ahora que vivimos una radiante primavera con las colinas de flores esmaltadas y
en los bosques y llanuras que el Icue contempló camino de Jaén, con su estadio
de La Victoria al fondo, y ha sido allí, donde florecen los romeros y los
verdes olivares junto a los encinares, donde va el FC Cartagena y no sólo no se
ha muerto, ni han podido matarlo, sino que ha resucitado. Allí, entre
pedregales, donde los lagartos toman el sol de mayo, veredas pos que ha tenido
que caminar esa gratificante y ruidosa efesemanía, ¡qué bueno que volviste!,
entre veredas camino de la victoria. Y
va y el FC Cartagena no se nos ha muerto, ha vencido precisamente aquí donde
dicen nunca perdió; en el campo de La Victoria.
Y esto es la mejor noticia. El
Efesé ha sido como los olmos, absorbiendo su energía, esa donde le presta
lentitud a la muerte hasta hacerla desaparecer. Y es que esta tarde, con este
grandioso triunfo, he recordado a los poetas latinos cuando describen al olmo
abrazado a la vid y que cantó Quevedo: “Estos olmos hermosos, / quienes esposa
vid abraza y cierra, / de la sed de los días/ guardan con sombras las
corrientes frías”. Y es que este Cartagena, principalmente desde que lo tomó
Palomeque, se ha convertido en ese olmo, aunque añoso y achacoso, de melena de
salvación.
La efesemanía va volviendo a casa
y regresa lentamente a la normalidad porque los del fin del mundo tendrán que
esperar a que vuelva a estar de oferta en el supermercado. Pero le da al olfato
del Icue que ese tal Belmonte no lo expone para que, examinándolo, lo compren.
El FC Cartagena ya está en la normalidad y regresa al Cartagonova como regresa
el hijo a casa después de haberse fugado con la criada en esta Liga del 14/15.
El disgusto, durante la temporada, ha sido terrible, la humillación considerable,
pero todo se perdona por la alegría de verle volver, arrepentido y cabizbajo.
Tenemos una conversación pendiente, pero será mañana. Hoy, dejen que el Icue se
divierta, que despierte de su pesadilla, y aunque con moratones y todavía
asustado, recupere su pulso. El mundo futbolístico es un jardín. Tráiganle el
cava. Y el foie, quiere celebrarlo. Nada hay más dulce que la sensación de
orden que vuelve a imponerse después del caos. Nada es tan sugerente como o el
olor a tierra mojada después de la tempestad. Y ese silencio como encantado que
dejan los histéricos cuando se callan.
Tranquilos, no pasa nada. Confíen
en Palomeque y en su plantilla y hasta en Belmonte. Nos irá bien. La víbora
cornuda volvió a su escondrijo. ¡¡¡Ay, ay, ay!!!
Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del
Icue”. Dies 5/10: ante diem sextum Idus Maias. Nº
373.
Texto El Rincón del Icue. Fotos
http://qapta.es/. Copyright ©
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