sábado, 5 de marzo de 2016





Fue un diez de mayo del 2015 cuando dejaron de atormentar los meses desgraciados y cuando ya amanecían los días, los limoneros ya estaban vestidos y las madreselvas eran ya todo un enredo. El FC Cartagena, erre que erre en su tesón, acudió al estadio de La Nueva Victoria jienense para vencer, superando de manera agónica al Real Jaén y preparar la alfombra de la permanencia en el caso de vencer a la jornada siguiente al equipo de La Roda.
Y allí se presentó el FC Cartagena de Palomeque, muy mermado y al borde del precipicio. Y fue allí donde resucitó, cuando casi nadie lo esperaba, con un triunfo que nunca antes había cosechado en el complicadísimo estadio de La Nueva Victoria. Superar al Jaén, intentar salir de la zona de descenso directo, aferrarse al puesto de promoción por la permanencia y, sobre todo, asegurarse la dependencia de sí mismo en la última jornada ante La Roda, fueron condición inexcusable. Y los jugadores cumplieron y, también, la afición, esa afición que no puede vivir, y no hay manera, sin el Efesé.
Fue un partido sin calidad, un partido poco vistoso y es que como manifestó Palomeque al final del partido: “nosotros no estamos ahora para hacer un juego bonito, sino para resolver los encuentros sin pensar en ser brillantes porque nos lo jugamos todo. Llevamos un año con adversidades y afortunadamente hemos llegado al final con posibilidad de vida hoy”. “Hemos sufrido mucho esta tarde. Los dos equipos contamos con bastantes ocasiones de gol. El Jaén ha fallado ante nuestra portería, pero Ceballos, Migue y Gato también han contado con oportunidades muy claras para marcar. Por fortuna hemos conseguido dos goles en jugadas que no nos salen normalmente; una de estrategia, en el segundo palo, al estar desmarcado Carlos Martínez. Nos ha salido esta tarde. Y en el gol de Migue, acertó en la segunda jugada”.
Y para que nada le faltase a la tensión del partido, hubo pendencias, gresca y trifulca entre seguidores del Jaén y del Cartagena que acabó con la intervención de la Policía. Fue una bulla tumultuosa entre seguidores del Jaén y del Cartagena, fue al medio día, después de las cervecicas de rigor. Y hasta un seguidor del FC Cartagena fue herido al ser golpeado con una botella en la cabeza. Cosas de la agarrada.
Y al final el Efesé tomó aire y le permitió seguir soñando. Fueron tres puntos de oro. Se resistió y hasta se pensó en no marrar en la última jornada. ¡Ay, ay, ay!


El Icue y…cuando la buena noticia ya está aquí

“Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada
miró al soslayo, fuese y no hubo nada”. (Miguel de Cervantes)

Con este estrambote remató Miguel de Cervantes ese soneto que dedicó al túmulo del rey Felipe ll en Sevilla. Y con este estrambote el Icue desea comenzar lo sucedido esta tarde en el estadio de La Victoria de Jaén. El FC Cartagena caló el chapeo, requirió la espada, miraron de soslayo Migue y Carlos Martínez. No se fueron y hubo mucho, lo suficiente para aupar a su equipo. Allí sí que hubo. Sucedió que hubo una gran victoria, que el FC Cartagena ganó, que ya depende de sí mismo y que esto ya es otro jardín: un jardín florido de primavera cartagenera, de alegría y de esperanza. Y es que en el estadio de La Victoria jienense hubo un grito desgarrador que dio lugar a que el suspiro, uno de los dos que les quedaban, no se quedó ahogado entre el clamor y las lágrimas de esa afición que, en número suficiente, se había acercado hasta ese estadio. Y es que allí no hubo crujir de dientes, ni sentimientos encontrados porque Carlos Martínez marcó pronto su golito, para después firmar otro Migue y el Efesé comenzase a enderezar el partido. Real Jaén 1 – FC Cartagena 2. Lo que el Real Jaén hizo, ya al Icue ni le interesa. 


Va y este Cartagena ya no se nos muere. Ahora que vivimos una radiante primavera con las colinas de flores esmaltadas y en los bosques y llanuras que el Icue contempló camino de Jaén, con su estadio de La Victoria al fondo, y ha sido allí, donde florecen los romeros y los verdes olivares junto a los encinares, donde va el FC Cartagena y no sólo no se ha muerto, ni han podido matarlo, sino que ha resucitado. Allí, entre pedregales, donde los lagartos toman el sol de mayo, veredas pos que ha tenido que caminar esa gratificante y ruidosa efesemanía, ¡qué bueno que volviste!, entre veredas camino de la victoria.  Y va y el FC Cartagena no se nos ha muerto, ha vencido precisamente aquí donde dicen nunca perdió; en el campo de La Victoria.

Y esto es la mejor noticia. El Efesé ha sido como los olmos, absorbiendo su energía, esa donde le presta lentitud a la muerte hasta hacerla desaparecer. Y es que esta tarde, con este grandioso triunfo, he recordado a los poetas latinos cuando describen al olmo abrazado a la vid y que cantó Quevedo: “Estos olmos hermosos, / quienes esposa vid abraza y cierra, / de la sed de los días/ guardan con sombras las corrientes frías”. Y es que este Cartagena, principalmente desde que lo tomó Palomeque, se ha convertido en ese olmo, aunque añoso y achacoso, de melena de salvación. 

La efesemanía va volviendo a casa y regresa lentamente a la normalidad porque los del fin del mundo tendrán que esperar a que vuelva a estar de oferta en el supermercado. Pero le da al olfato del Icue que ese tal Belmonte no lo expone para que, examinándolo, lo compren. El FC Cartagena ya está en la normalidad y regresa al Cartagonova como regresa el hijo a casa después de haberse fugado con la criada en esta Liga del 14/15. El disgusto, durante la temporada, ha sido terrible, la humillación considerable, pero todo se perdona por la alegría de verle volver, arrepentido y cabizbajo. Tenemos una conversación pendiente, pero será mañana. Hoy, dejen que el Icue se divierta, que despierte de su pesadilla, y aunque con moratones y todavía asustado, recupere su pulso. El mundo futbolístico es un jardín. Tráiganle el cava. Y el foie, quiere celebrarlo. Nada hay más dulce que la sensación de orden que vuelve a imponerse después del caos. Nada es tan sugerente como o el olor a tierra mojada después de la tempestad. Y ese silencio como encantado que dejan los histéricos cuando se callan.

Tranquilos, no pasa nada. Confíen en Palomeque y en su plantilla y hasta en Belmonte. Nos irá bien. La víbora cornuda volvió a su escondrijo. ¡¡¡Ay, ay, ay!!!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 5/10: ante diem sextum Idus Maias. Nº 373.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Toggle Footer