domingo, 10 de enero de 2016





La soledad del estadio

“A veces el silencio
convoca algarabías
parodias de coraje
espejismos de duende
tangos a contrapelo
desconsoladas rabias
pregones de la muerte
sed y hambre de vos”. (Mario Benedetti)

Las victorias, también las derrotas, suelen ser discretas en soledad o cuando las gradas están vacías o semivacías como muestra la fotografía del “Remember” de hoy grabada por Abel F. Ros y correspondiente a la temporada 2004-05, Segunda División B, en un partido de Liga, jornada 3ª, de un 12 de septiembre de 2004, cuando el FC Cartagena se enfrentó al Algeciras FC para ganarles hasta en la soledad del 1- 0. Discreta victoria en soledad, gradas vacías y como suele ser habitual en estos casos consecuencia de poco fútbol en el estadio. Momentos difíciles donde la afición desencantada prima sobre los más fieles al equipo.

Cuando las gradas del estadio están vacías o se quedan desiertas es porque suele pasarse de la fiesta al drama, del orgullo a la tragedia, de la épica a la lírica y del honor a la muerte y donde ya nada suele ser igual ni parecido a la gloria. Es todo un panorama, desolador panorama de aficionados escasos y, además, desperdigados, donde hasta la acústica es propia de Regional o de puesta de escena que nos remite más a un desangelado entrenamiento que a un partido de competición liguera, aunque ésta sea de 2ª B. Son las gradas en este desolador panorama como banquetes famélicos donde la afición no se establece en las gradas porque de pensar a estar en la élite se está en los infiernos. Ni tan siquiera ante tanta desolación los poderes efectivos se sientan en el palco. Son partidos sin pleitesía, no anónimos, pero sí monótonos como pudo ser el celebrado aquel día del 12 de septiembre de 2004 en el Cartagonova.

El estadio se ve en la fotografía como frío, marmóreo, sin sensaciones competitivas y sin interpretación. Todo funciona sí, pero sin orden ni sentido. Todo está y sucede lleno de despropósitos y hasta la soledad queda retratada en el resultado que, en este caso, acompañó en el raquitismo de un 1 – 0. Graderíos así son estadios sin recambios, recintos propios de rescate e instalaciones propicias hasta para el sopor que, ni siquiera, pueden edulcorar la realidad de una tarde sin alma, sin fútbol y hasta sin aficionados que no son otra cosa que espectadores de la nada. Son estadios donde suele abundar la inercia y el escaso voluntarismo, son espacios para olvidar y hasta para recordar como hoy hace el Icue. 

El Cartagonova de hoy, bueno, de ayer, se nos muestra como un espacio de tránsito que fácilmente se retiene en mi memoria, saltando a la primera plana del recuerdo para hacerse hasta familiar y no colocarlo en el más completo olvido. El graderío que aquí nos muestra Abel F. Ros es un espacio de paso que difícilmente puede escapar a la capacidad retentiva de nuestra memoria. La grada del Cartagonova se nos muestra como adornada hasta con pancarta y banderas y salteada de siete aficionados al ritmo de un antiguo tambor militar de instrucción, se revela aquí como un espacio anodino, sala de espera, frío vestíbulo y escenario estandarizado o genérico en los que los aficionados, hasta en multitud de siete se han convertido, así de repente, en anónimos, en los que lo que predomina y hasta les sobra es el espacio.  El estadio se nos ofrece como envuelto en una situación intrigante, sin trasiego de personas que, sin querer hacerse notar y tras su aparente anonimato, nos han dejado toda una historia. Hay historias. Y hay vidas. 

La fotografía es todo un sistema de comunicación sociológica-deportiva, un monumento al silencio, una imagen de archivo que es capaz de plasmar un momento memorable, momento en blanco y negro como la bandera de esa Fiebre Albinegra, colmado de toda carga emotiva. Me dirán al verla que quedan muchos espacios vacíos. Sí, es cierto, los vemos y hasta nos da pena. Son como monumentos al silencio creando un ruido que desaparece con el tiempo. El de hoy, aunque vacío, es una imagen paisajística en la que la memoria se nos muestra como presente y esas gradas vacías son capaces hasta de provocarnos un escalofrío sin necesidad de mayor explicación. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 1/10: ante diem quartum Idus Ianuarias. Remember Nº 09.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

PD. Hoy tampoco ha habido resarcimiento ni indemnización, reparación, si se ha compensado el daño parcialmente y el perjuicio con el que los linarenses nos agraviaron en la primera vuelta, aquel 22 de septiembre en el primer partido de la Liga 2015-2016. Hoy se ha vuelto a empatar y el Icue intuye que, a Víctor, también a sus jugadores y a toda su directiva ya no le quedarán ganas de llorar ni lágrimas que puedan deslizarse por sus sonrojadas mejillas. Hoy lo único que ha habido en Linarejos ha sido, al empatar de nuevo, son ya nueve, sonrojo, rubor y no tanto, como otras tardes, bochorno. Nos han vuelto a salir los colores y esto, cuando no ha hecho nada más que comenzar la segunda vuelta, clama al cielo y ya no tiene excusas. Se sigue, dicen los que saben de esto, jugando bien y empatando. Con estos mimbres ¿a qué puede aspirar este equipo?; pues a ir jadeando por debajo de los principales en puestos de jugar liguillas de ascenso y a esperar a la próxima temporada para contemplar como escampa.  Hoy, ¡ay, ay, ay!, estos futbolistas no son capaces de bufar, es decir: de resoplar con ira y furor.
Y otra cosa, felicitar a Jesús Limones Moya “Limones” por su centenario con el FC Cartagena.

Linares Deportivo 0-0 FC Cartagena

ALINEACIONES

Linares Deportivo: Jorge Sánchez, Bauti (57' Fran Carles), Higinio, Chico, Álvaro Vega, Lara, Corpas, Rodri (57' Rafa Payán), Juanfran, David Gamiz y Kike Boula (73' Javi Quesada).

FC Cartagena: Limones; Mario, Verdú, Ayoze, Jesús Álvaro, (85' Ceballos); Sergio Jiménez, Palau (79' Luque); Sergio García, Cristo (72’ Candela), Jonxa y Menudo. 

GOLES: Linares Deportivo 0 - FC Cartagena 0

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