sábado, 18 de octubre de 2014







Hace un año por estas fechas, día arriba, día abajo, el Icue comenzó a caminar sólo, ufano, alegre y hasta dicharachero. Acababa de separarse de unos padrastros nodriza porque, desde su tiranía, le fueron cortando, poco a poco, las alas de su libertad, después de encerrarlo en una jaula que, pareciendo de cristal, resultó ser de acero corten puro, duro y sin ventanas que la ventilasen. Y voló libre y aquí está con unos cuantos miles de lectores que cada semana acuden a él bien para leer lo que la temporada pasada sucedió, bien para entretenerse gozando o sufriendo con la intrahistoria del partido dominguero de nuestro FC Cartagena.

Y fue justamente contra La UD Almería B, un seis de octubre de 20013, cuando, ya instalado en su nueva casa y en su acicalado Rincón, les contó lo acaecido en ese duelo de necesidad y sufrimiento en el que se enfrentaron el FC Cartagena y La UD Almería B. 

El FC Cartagena, lo mismito que mañana y frente al mismo rival, estaba apremiado, tenía prisa, demasiadas prisas, esas prisas malas consejeras en todos los órdenes de la vida y, fundamentalmente, en el mundo del fútbol. Tantas eran esas prisas que obligaron a Tevenet a declarar, como buen andaluz y como perfecto taurino, que: “Hay prisas y yo siempre he dicho que las prisas son para los ladrones y para los malos toreros. No hay que tener prisa en el mundo del fútbol, porque muchas veces la pausa y la calma son las que te dan muchos momentos de gloria.” 

Y al final se sufrió, pero se ganó, aunque fuese agónicamente y con ese solitario gol marcado por Fernando en el minuto 62. Fue un partido sufrido pero balsámico, tanto que obligó a Tevenet, en un alarde de sinceridad, a manifestar que: “La gente es soberana, y puede pensar lo que quiera. Sabemos que no somos un equipo para pasearnos. Somos un equipo de gente currante, humilde, con un escudo y un estadio que pesa mucho y eso hay que saber digerirlo”. 

Y se digirió, vaya si el Icue lo digirió. Lo hizo a la luz de su Rincón mientras otros quedaban en la oscuridad de su caverna en la que todavía siguen, ¡Ay, ay, ay! 


El Icue, su cambio de casa y…el sufrido triunfo del Cartagena

 “las familias felices se parecen y las infelices tienen su propia manera de serlo”. (León Tolstoi)

Eso es lo que decía Tolstoi y eso es lo que hoy le pasa a La Medusa. Ella está contenta, mejor feliz y dichosa. Otros al otro lado de La Medusa no, no están para echar cohetes. Son cosas de la publicidad. La Medusa, decíamos, está feliz porque ha acogido en su nueva estancia, en esa estancia lúcida, espaciosa y olorosa, con sabor a esa fruta de membrillo de tiempo otoñal, a ese Icue que se ha trasladado de hogar, dulce hogar, para disfrutar de libertad, sin ataduras de ningún tipo y así volver con esplendor en la hierba y con la gloria en las flores como dejó escrito William Wordsworth. 

El Icue no ha muerto, aunque quisieron matarlo. Hay que haber leído a los clásicos para saber que matar a un hijo es un acto inconcebible en nuestra cultura, aunque Plutarco nos narrase que el infanticidio era algo habitual en Cartago para aplacar a los dioses y las mujeres romanas tirasen a sus hijos al río Tíber hasta que el emperador Constantino prohibió esa práctica. Otra vez Cartago y Roma y otra vez cultura contra incultura y sabiduría contra ignorancia. 

Todos los días de partido de nuestro FC Cartagena volverán a encontrar aquí a un Icue rejuvenecido, ambicioso, siempre correcto en escribir, que para eso está protegido y bendecido por ese monasterio en el que se produjo el primer vahído de nuestra lengua. ¡Léanlo, sólo como entretenimiento, abandonando toda mezcla de pesimismo, desconfianza y envidia!

Aquí queda el Icue envuelto entre amores, elogios y amistad, dejando para otros los desamores, las descalificaciones y la enemistad para imponer sus ideas futbolísticas a dentelladas tratando de punzar en los sentimientos de los lectores con estiletes. 

¡Asómate ya, querido Icue a este nuestro patio de vecinos, a este Rincón del Icue en el que los argumentos serán más importantes que los gritos en nuestra tertulia y comienza a narrar esos sentimientos futbolísticos de la tarde de hoy, aquí en la orillita de La Rambla, que para eso viniste a esta tu nueva morada!  

La de hoy ha sido una victoria deseada, necesaria y aguerrida. Sí, sí, AGUERRIDA. Me explico: hace tiempo, uno era muy joven, esta palabra se engastó en mi jerga futbolística y se quedó para siempre ahí pegada, como esmeralda en oro. Es palabra inofensiva que, sin embargo, acabó desplazando a otras más útiles y precisas en mí narrar futbolístico. Fue una de las más conspicuas. Nació para definir a los soldados que tenían  aficionados  en batalla y, por tanto, se consideraban curtidos. Luego empezó a usarse, de forma más oblicua, para denotar valor y audacia. Y a partir de esa segunda acepción adquirió una considerable popularidad en el fútbol. 

La escuché por primera vez, dentro del ámbito futbolístico, hace tiempo, en referencia a un equipo de principios de los años 70. Alguien dijo por televisión que aquel equipo tenía una defensa “aguerrida”. Sí, aguerrido ha sido esta tarde el FC Cartagena en el sentido de la valentía, de la combatividad y no de la violencia ni de la brutalidad. 



Y aun mostrándose aguerrido el equipo me ha dado la sensación de ser un equipo tosco y de recursos limitados, porque seguimos sin saber bien a qué juega. Aguerrido sí, pero mediocre, aunque voluntarioso. O sea, querido Icue, nada. 

Según lo de esta tarde a los chicos de Tevenet les falta, por supuesto, pasar la gran prueba: la del Cádiz y Linense, después del partido de Copa contra el Tudelano, allá en La Ribera Navarra. Ese  será el primer examen de la temporada que permitirá hacernos idea de las perspectivas blanquinegras: veremos si los de la Ciudad Portuaria pueden ser auténticos aspirantes a algo, en una Liga, para el Icue, paupérrima. 

El Icue, que no es un hombre de sonrisa fácil, esta tarde no ha podido evitar un amago de carcajada cuando un amigo me preguntó si estaba decepcionado porque nuestro equipo no hubiese marcado más goles con tan soberbia actuación. El FC Cartagena acababa de vencer, sólo vencer 1 – 0 porque la UD Almería B había estado huérfano de puño de acero, podía haber vencido y hasta empatado pero pecó de una inédita falta de intensidad y calidad en un filial. 

El Icue se alegra que hoy, en el día de su vuelta a su Rincón, el FC Cartagena haya competido aguerridamente pero sin equilibrio y magia y nos diese la impresión que se le va cayendo el pelo como a Marcos Rodríguez y Diego Segura en el campo como en un otoño eterno. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce. Dies 10/06: Pridie Nonas Octobres. Nº 299.

Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/ y La Medusa Paca. Copyright ©

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