sábado, 11 de octubre de 2014





El Icue y...cuando Sancho callaba y comía bellotas

“Y sin hacerse más de rogar se sentó en el tronco de una desmochada encina, y, templando su rabel, de allí a poco, con muy buena gracia, comenzó a cantar”. (El Quijote)

Aquí estamos, querido Icue, fieles y firmes en nuestras convicciones y sabiendo de lo que escribimos. Aquí estamos, todavía sin el Gladiator y, a partir de hoy, también sin “el Bomba”. Lo dijimos el domingo pasado, está escrito. Simón Ruiz junior: “El señor Simón, ya lo sabemos, está rubricado, es el entrenador testaferro, el entrenador cómplice y, hasta si ustedes me lo permiten, el entrenador fiduciario o albacea, según informes y otros servicios que obran en nuestro poder, de los cuadernos azules, blanco y negro de Don Julio Cesar Ribas, alias Gladiator, y de los consejos amplios y extensivos que, como hemos podido observar esta tarde le susurra “el Bomba” a la paciente oreja del señor Ruiz”. 

Así lo escribimos, todos contentos y, ¿esta tarde en Lepe qué?, más de lo mismo: el FC Cartagena sigue empatando 2 - 2, cosa que no es suficiente; el FC Cartagena sigue teniendo problemas, grandes problemas de dirección y todo suele medio solucionarse cuando se hacen los cambios, tarde casi siempre, y salen los que a mi entender debieran ser titulares: Chus Hevia y Gato.


Eso fue ayer y hoy, más de lo mismo, cosa tan igual ha sido que, tirando de lo que largaban las emisoras de radio y, como la retransmisión iba algo lenta y, en algunos casos, muy, muy pesada, tanto que la línea on line no la aguantaba, me ha dado tiempo de recordar aquello que decía don Quijote en el capítulo XI de la Primera parte para poder titular lo de hoy y reflexionar, cosa que haré más tarde.
Que nadie se olvide que esta tarde el Efesé ha jugado en Lepe y por lo tanto, amigo Icue, esta crónica de los sentimientos embutida en su intrahistoria debería empezar con un chiste, pero comienza con una definición: la definición de humor, y es que el partido jugado esta tarde por los jugadores del FC Cartagena ha sido de risa y de llantos que hasta nos han transmitido a los presentes y a los oyentes, por un lado una gran carga de humor, y por otro una gran sonoridad de lloros: “Humor es la facultad de parodiar las propias convicciones, o sea, de pensar”. Efectivamente el partido ha sido una parodia, una auténtica parodia que, después del llanto más sublime, nos ha conducido a toda la efesemanía a sonarnos con moquero grande. Y es que entre lloros, por no haber ganado, se nos ha quedado un estado de ánimo más propio de rechinar de dientes que de compatibilizar la risa a mandíbula batiente. Lo de Lepe y todos sus añadidos: el Gladiator, el Bomba, el que hace de presidente y el recadero es toda una conjura de la risa y hazmerreir del mundo mundial. Todo es un chiste, una parodia, un esperpento,  que si Jotaefese, enorme viñetista, quisiera podría dibujar lo que sucede en este Cartagena con pinceladas a lo  Enrique Jardiel Poncela, Quino y hasta aderezarlo con humor musical tipo Galaxia Gutenberg.  

Ni en Lepe, ni en Cartagena y su campo, ni en Uruguay a través de la nube, este Cartagena carbura y está gripado mucho, mucho antes de que el Paloma se marchara y engañara a los Javieres, a Daniel Golpe y a Floren Manzano, corresponsables de lo que está sucediendo con el Gladiador. Este Cartagena ha perdido todo aquel encanto de Fabri, Paco Jémez, Juan Ignacio, Pacheta, ¡ay mi Pacheta!, y Tevenet. Este entrañable club, nuestro, vuestro, suyo,  Cartagena, si no quiere hundirse, debe bucear en su brillante pasado cercano. De lo contrario, ya saben: empate tras empate y a no llegar al objetivo. Es muy triste para el Icue manifestar que este equipo y su organización es tan sólo una silueta borrosa de lo que fue tiempos no muy lejanos. Este equipo y su organización  están sin frescura, es tedioso, a veces sin ideas, ha perdido las teclas y va a la deriva. Y ¡cuidado! va de cante en cante. 

“Y tras esta larga arenga, que se pudiera muy bien excusar como dijo nuestro caballero, porque las bellotas que le dieron le trujeron a la memoria la edad dorada, y antojósele hacer aquel inútil razonamiento a los cabreros, que, sin respondelle palabra, embobados y suspensos, le estuvieron escuchando. Sancho asimesmo callaba y comía bellotas, y visitaba muy a menudo el segundo zaque, que, porque se enfriase el vino, le tenían colgado de un alcornoque”.

¿Y qué le place, respondió el mozo? Llorar, pero de risa. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 10/1: ante diem quintum Idus Octobres. Nº 344.  

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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