martes, 4 de noviembre de 2014





Han ido cayendo, poco a poco, sin hacer ruido y hasta sin querer, como cree el Icue. ¿Queda alguno dentro? Pues que el último cierre la puerta. Fran de Paula fue el primero !qué listo o que intuitivo fuiste, Fran!; después se marchó o lo echaron Perico Arango y nadie dijo nada. Le agradecieron los servicios prestados y a la...calle, con lo que fue él y con lo que dicen te quiere la Cartagena futbolística y la otra; más tarde le abrieron la puerta al que fue ese periodista de trato cariñoso que a todos trató igual y que a todos por igual repartió la información de su Club con amor y objetividad, pero se llamaba Antonio Martínez; y luego vino el despido de un hombre sencillo, bonachón y dedicado a las tareas más humildes de su querido Cartagena, pero las más nobles, porque estaba lleno de nobleza, era argentino y se llamaba José Teso. Y por último te ha tocado a ti, apreciada Cristina, eres la última de ese Efesé con historia, querido, apreciado y hasta modélico en muchos aspectos. Ya no queda nadie más, bueno si quedan, quedan unos, venidos de fuera, que, aunque lo prediquen son incapaces de amar a este Efese de nuestras entretelas y queda, como no, Florentino Manzano. 

Hace años, un 17 de abril de 2010, que el Icue escribió lo que sigue, es pues en tu honor Cristina, por lo que el Icue vuelve a reproducirlo en su Rincón.

Un abrazo para todos y gracias por ser efesemaníacos como el Icue.



 Cristina Bustillo: mirada con Esperanza

“En tu rostro la sonrisa simple y la mirada dulce
con una alegría que sólo tú explicas…
Tu caminar se ha tornado lento,
como si hubiera temor en tus pasos.

No será un secreto cuando tu cintura
se ensanche y henchidos tus pechos,
con sabor a esperanza y a sangre nueva
en las nueve lunas de la larga espera”. (Rubén Maldonado)

Nada me vincula a usted. Jamás hemos cruzado media palabra. Así que me siento plenamente libre para poder reflexionar en voz alta sobre el rol que le ha tocado desempeñar.

¿Dónde queda la mirada de Cristina Bustillo? ¿A quién contemplará ahora? Yo, viéndola, lo sé y ella, madre buena, también. Me susurran que está encintada y con deseos enormes de maternidad ¡Qué Esperanza, qué Grandeza, Qué ilusión! Cristina aquí y allí, “en abril aguas mil”, o en mayo o cuando llegue.

Recuerdan que con esa mirada de embeleso ante Cygan, ya estaba encintada, y en aquella rueda de prensa se inició esa gran segunda vuelta que, según el maestro Ricardo Díaz-Manresa, sólo le conozco de escucharle y leerle, iba a ser “de vuelta al ruedo y salida a hombros”.

Maestro, Cristina se marchó como en los toros, de eso, gracias, usted sí que sabe, sin hacer ruido y como si en el ruedo de las oficinas del Cartagonova no hubiese habido faena. Se refugió en la tronera sin que nadie la contemplase pensando en Miguel de Cervantes y en el estrambote del soneto, AL TÚMULO DEL REY FELIPE II EN SEVILLA, “miró al soslayo, fuese y no hubo nada”.
La faena se acabó como si fuese la última corrida de la feria de invierno y ahora está divisando todas las jugadas y faenas posibles, de primera, tras el burladero.

No sólo se ha conformado en formar nueva cuadrilla junto al maestro Paco López, sino que ha tomado la responsabilidad de traspasarle los “trastos” de la alternativa al nuevo en esta plaza Javier Rufete, ya “placeado” por el Valle del Guadalentín

Cristina, nombre torero con alternativa, realizó sus funciones, según me comentan, como el toreo largo, hondo, profundo y ligado, el toreo toreado, hipnotizado y embebido en los vuelos de su constante sonrisa y buen hacer. Todos le quisieron y fíjense, siendo un caballero, hasta JIM le pidió perdón, “qué cosas veredes, Sancho”, pedirle perdón a usted, SEÑORA.

Desparramó su oficio con destellos deslumbrantes, mirada serena y naturalidad excelsa.
Cuando el toricantano, digo, el nuevo jefe de prensa, como aventajado discípulo, se presente ante los informadores en las próximas y sucesivas ruedas de prensa, todavía lleva pocas, seguramente contemplaremos dos concepciones distintas para entender la comunicación con los medios y una sola verdad, la grandeza de las personas.

Grandeza embalsamada, como señala Manresa, y embrujada de misterio como cuando toreaba con esos hábiles derechazos eternos con la profesionalidad periodística como cimiento y pieza angular.
Siempre se presentaba con estética correcta, aun teniendo que hacer, a veces, recortes, envolviéndolos suavemente con su zurcida en raso muleta y combinando casta y codicia con gran dosis de dulzura bajo la grandeza misteriosa de un sentimiento verdadero, llamado periodismo, permitiéndose realizar cada faena, digo ruedas de prensa, con su pulcra muleta.


Me cuentan que su mirada, hoy, aun trabajando en su nuevo puesto, está dirigida y fijada única y exclusivamente en esa Nueva Esperanza de su vida. ¡Qué su rostro no se distraiga y sea, como dijo el maestro, “templo de la serenidad” y espejo en el que el nasciturus pueda saborear la vida observando lo que nadie sabe captar y usted le trasmitió.

Adiós, sin conocerla y a pesar de todo, queda el misterio grande de la madre ¿Intuye que el próximo alumbramiento, después del suyo, será el ascenso de su, nuestro, vuestro EFESE a Primera División?…Amén.

Pedro-Roberto J.P. En Villamediana de Iregua. Dies3/16: ante diem septimum decimum Kalendas Apriles.

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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