sábado, 1 de noviembre de 2014





Escribo este previo al partido de mañana desde el Mar Menor en una tarde espléndida, lúcida y hasta calurosa para ser primer día de noviembre de 2014. Casi acabo de llegar a este balneario de invierno y, nada más sentarme delante del ordenador, recuerdo como si fuese hoy aquella tarde del 20 de octubre de hace un año. Fue una tarde, en lo que atañe futbolísticamente hablando, sublime, de festival goleador, de tranquilidad absoluta, de buen juego de nuestro equipo y hasta de goleada. Casi casi igualita a las que nos tiene acostumbrados este año nuestro Efesé. Tevenet casi estaba eufórico. Su equipo, nuestro equipo acababa de anotar diez goles en tres partidos y sólo dos en contra, el equipo era el sexto de la clasificación y solamente había encajado dos raquíticos goles. Había paz en el equipo. El presidente Fran de Paula hacía las cosas como un presidente silencioso, sin ser un “broncas” y no tenía la necesidad de aparecer por la sala de prensa para hacer prédicas. Los jugadores cobraban religiosa y puntualmente y todos, absolutamente todos: directivos, entrenador, jugadores y encargados de quehaceres menores, pero esenciales, para que un equipo de fútbol funcione empezaban a encontrarse hermanados. ¡ay querido Icue, igual, exactamente igual, que ayer, el día de la reprimenda y que hoy! Aquel equipo sí que era un equipo, una familia, una hermandad, un grupo que no tenía clemencia con los rivales. Era todo un vendaval de juego e ilusión. ¡Ay querido Icue, igual, exactamente igual, que ayer, cuando el equipo crecía! 

Pero no es más cierto que eso fue ayer. Lo de hoy está por ver, lo de mañana, en la tarde del día de difuntos está o por enterrarse o por resucitar. El Icue prefiere la resurrección a la muerte pero no sé por qué tiene más cerca lo segundo que lo primero. ¡Ay, ay, ay!


El Icue y…cuando el grandioso triunfo copero engarzó un vendaval cartagenero

 “Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!”. (Joseph Conrad)

Querido Icue, ni hay resaca ni hay tu tía, nuestro equipo está lanzado y solo ya hay victorias, grandiosas victorias, como la copera y fundamentalmente la de esta tarde. Y van cuatro seguidas. Acudía el Linense con plumas y cacareando de líder hasta ayer y se marcha hacia la sombra del Peñón desplumado, bueno, desplumado no, superdesplumado, por los tres cañones que le han destrozado todos los restos de su plumaje. Y es que, amigos, cuando el FC Cartagena quiere algo, sale a ganar y gana.

Conocí a Luis Tevenet el pasado miércoles después del asalto al Nuevo estadio de Tudela y después de preguntarle el por qué había sido tan valiente en su planteamiento, me miró, antes de contestar, y en un suspiro quise retratarlo: me pareció un hombre muy educado, recogido y con remilgos de humildad, capaz de besar  la mano a las señoras. Algo sensible y con algo de humor sublime escondido, guardando y manteniendo en todas sus cosas una cierta seriedad, calma, apostura, elegancia humilde  y buen criterio de valentía. Así lo vi mirándole a sus ojos y así lo he vuelto a ver esta tarde desde la distancia. 

¡FANTÁSTICO! He gritado a través de las ondas. Mi, nuestro, vuestro Cartagena está en un momento fantástico. Y está jugando, al principio y en la segunda parte como imagino jugarán los Ángeles en ese campo azulado de las alturas. Eso dicen y eso hemos visto esta tarde sobre el verde, ya casi restaurado del Cartagonova. Caramba, cuántas noticias buenas. Esta tarde, hay que escribirlo, hemos visto, gracias al buen hacer de nuestro equipo, que este Cartagena ya está en racha, ascendiendo y hasta le llueven los goles, los goles del cartagenero Dani Ruiz, -¡Ay cantera!-, de Mariano,- ¡grande Mariano!- y de ese soberbio Menudo que, desde que salió, revolucionó al equipo. Y todo ya resulta  comprensible, por tratarse de un equipo que, ahora sí, intenta vender su producto futbolístico de bien jugar en ese confuso mercado de esta nerviosa 2ª División B. El FC Cartagena ya se ha convertido en un mago al que no le fallan los trucos, y gana. La Balona desconectó, no pudo más, se le arrastró hasta Merino y apareció el dolor profundo del que ya nunca pudo salir. 


Mira Icue, este nuestro equipo, con el triunfo de esta tarde, acaba de resolver sus dudas, ha demostrado que ha ahuyentado sus fatales primeros minutos, aquellos en los que siempre encajaba y ha adquirido textura de carácter con fe y audacia. Atiende querido Icue, El FC Cartagena ya tiene una psicología poderosa, también cuando el juego se desgarra en tedios, le falta chispa, carece de profundidad y hasta entra en modos agónicos tratando de sobrevivir a sus palpitaciones, también a las de los espectadores, a esos 4.123 espectadores de esta tarde.

Al terminar el partido, y cuando los micrófonos se cerraron, recordé lo que decía un anuncio de Coca- Cola: por usted y por mí, por nuestros jugadores y entrenador, que cartagenean por la España futbolística. Porque todos pelean como jabatos. Porque muerden y muestran su espíritu ganador disputando cada balón. Porque han comenzado a evidenciar ese talento futbolístico del que en otros momentos dudaste. Por Limones, Dani Ruiz, Mariano, Fede, Fernando, Menudo, Antoñito, Mejías y Riau que ya, hasta asombran. Por los que entrenan cada día sin que nadie les aplauda. Por la ilusión de esa afición que, a fecha de hoy, de nuevo comienza a engancharse. Este equipo, que lo sepan todos los escépticos, no lo duden,  es nuestro equipo, mi equipo. Hoy hemos jugado todos y todos hemos ganado. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 10/20: ante diem tertium decimum Kalendas Novembres. Nº 302.

Texto y fotos El Rincón del Icue. Copyright ©

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