jueves, 20 de noviembre de 2014





Fue la tarde de la familia en el Cartagonova y la tarde de la goleada y la de Menudo, Antoñito y De Lerma y la de todo el equipo, porque ese sí era un señor equipo, mejor, un equipazo. Lo habia anunciado, como un deseo, Luis García Tevenet en la previa: “estoy loco por que solo se hable de fútbol". Acertó. Los jugadores hablaron de futbol con el balón en los pies, los aficionados, gozosos y esultantes se deleitaron hablando del fútbol de su querido Cartagena en aquella tarde primaveral de finales de febrero y hasta el Efesé contó con la familia. Fue la tarde del desmelene: Menudo, por dos veces, se mostró grande y eléctrico; De Lerma, marcó el tercero en su mejor partido en Cartagena y sintiéndose importante; y Carlos David, inmenso en el mediocampo, redondeó su actuación con un gol firmado y rubricado  de forma predilecta al marcarlo de cabeza.

Fue también la tarde de un nefasto árbitro, el catalán Gustavo Rebollo. Se cargó el festival albinegro y deshizo un partido de fútbol expulsando a Antoñito a falta de media hora, a Tevenet en el 75 y a Mariano Sánchez en el descuento. Y  lo que pudo ser una tarde plácida, el señor Gustavo Rebollo hizo que acabara de la peor manera.

Y fue la tarde de la anécdota. El FC Cartagena prestó al Córdoba B unas equipaciones de hace tres temporadas con las que tuvo que jugar. ¿Motivo? El árbitro, otra vez el catalán Gustavo Rebollo, no permitió al Córdoba B jugar con sus colores esgrimiendo podían inducir a la confusión. Recordaré que el Cordoba B viste camiseta a rayas verticarles verdes y blancas y pantalón blanco y esto según el árbitro inducía a confundirlas con la vestimenta blanquinegra del Cartagena. ¡Será daltónico el tío!


El Icue y...cuándo Antoñito se hace dueño y señor de la banda derecha

“Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá”. (Horacio)

Esta tarde primaveral al acercarme hasta el Cartagonova, entrar en él y sentarme en mi asiento, he desparramado la vista hacia ese palco semivacío y aunque hace tiempo, quizás demasiado, que no asistía a él, me he acordado de D. Francisco Gómez Hernández, he sentido como un revolcón y he pensado si “El Paloma” al marcharse no habrá hecho como hicieron muchas familias de aquellos judíos sefarditas que, en algunos hogares de Israel, aún conservan la llave de la casa que sus antepasados habitaron en su añorada Sefarad, antes de ser expulsados de este país por los Reyes Católicos en 1492. He pensado si esa llave, para volver, no estará guardada, como herencia simbólica, en la esperanza de un retorno.

No deseo pensar que esa llave, todavía no entregada, pueda servirle para abrir su propia memoria y también el arca donde guarda esos tesoros de cuando sacaba la lengua a pasear y que le invitaba a negarse desaparecer. Sé que en las paredes del Cartagonova todavía pueden oírse sus palabras en ese su habla vulgar de paleto, no precisamente arrancadas del poema del Mío Cid, ni de los romances de Gerineldo, ni del Arcipreste de Hita. Era, es y será su lengua, su habla con sonidos que el tiempo no esmeriló pero que él utilizó, supongo, para amar, comerciar, cantar, rezar, compartir la alegría con los amigos y gemir ante las desgracias de ¿su? Cartagena. 

El Icue, señor D. Francisco, si las cosas no van, no desea que su mano tome de nuevo esa llave. Desea que permanezca en su exilio apátrida, allá en Villena, mientras que aquí, junto a La Rambla, quedamos los aficionados viejos con nuestra hidalguía para guardar, aunque sea con el jubón raído, la llave de esa puerta que sólo estaba en sus sueños. Esa puerta, querido patrón, ya no existe para usted, aunque el Icue piensa que, tal vez, la cerradura pudiera andar perdida en manos de algunos de sus chamarileros. El Cartagena que nos ha dejado es un cachivache en almoneda, con  cerradura herrumbrosa, eso sí, dicen, la van a adquirir unos, de momento, desconocidos a buen precio con certificado. Y al Icue, viendo esto, se le ha presentado un espectro y con palabras pronunciadas en ladino meloso me ha dicho: “así es cómo se abre y se cierra el destino”.

 ¡Anda Icue, déjalo estar y háblanos del partido!

Me ha dado la sensación, queridos efesemaníacos, que esas campañas de concienciación de los niños o de las familias de los niños, que organiza nuestro Cartagena, siguen sin cuadrar, si no ahí están los datos, hoy con campaña, 3.786 espectadores, para presenciar un partido que, a medida que se iba desarrollando y fundamentalmente a  partir de empatar a uno Menudo, en el minuto cuatro, y después de marcar el Córdoba su primer y único gol, me ha conducido a recordar esa frase que Alfredo Di Stefano solía repetir con frecuencia y que no era otra que:  “goles son amores”. Y efectivamente, los goles han sido de verdadero amor a unos colores cuando, de nuevo, el FC Cartagena comenzó perdiendo en el minuto 2, gol del Córdoba, gol de Mendigutxia, y dos minutos después un enrachado Menudo, atendiendo una gran asistencia de Fernando,  igualaba el partido para marcar, y romper el empate, minuto 22, después de una enorme carrera de un grandioso Antoñito que dio el pase el que suponía el segundo del Cartagena, minuto 22,  y llegar a los De Lerma, minuto 26 y Carlos David, minuto 42, para marcar el cuarto en un córner sacado por Riau picando la pelota con la cabeza, sin que Razak pudiera impedirlo. Han sido cuatro goles, cuatro amores que pudieron ser más: FC Cartagena 4 – Córdoba B 1


Debo señalar que el primer tiempo de este Cartagena ha sido uno de los mejores de los jugados hasta ahora en esta Liga 2013-2014. Menudo se ha vestido de goleador y de crack. Fernando ha demostrado ese pedazo de futbolista que lleva dentro... ¡Qué jugadorazo, ¡madre mía y Dios santo! Éste, el de esta tarde, es  mi Cartagena, ¡qué maravilla verlos jugar! ¡Qué golazo el De Lerma  y qué gran partido el suyo, qué bien toca y juega el balón! ¡Y qué delicia verlo jugar junto a Diego Segura! Y allí estuvo Antoñito convertido en dueño y señor de la banda derecha, tanto que me ha dado pie para titular lo de hoy: El Icue y…cuando Antoñito se hace dueño y señor de la banda derecha. Antoñito se está convirtiendo, o ya lo es, en nuestro nuevo y añorado Carmona; ¡que espectáculo de jugador!  


Y ahí nuestro FC Cartagena, ese Cartagena que empata al minuto de marcarle el Córdoba, sale como un cohete y se hace con la posesión del balón. Y a partir de ahí, juega, se gusta, se divierte y pisa el acelerador. Y es imparable imponiendo velocidad, ritmo, profundidad y seriedad para desarrollar esas sus ideas futbolísticas. Al equipo de Tevenet se le ve frescura, profundidad, regate y disparo. Un escándalo.


Escándalo, también, en el Cartagonova con el árbitro. Los hay malos, descarados y el de esta tarde. Expulsa a Tevenet y Antoñito y la grada es todo un griterío de ¡fuera, fuera! Muy malo el tal Rebollo López, pero que muy malo. De vergüenza. Escandaloso. Y encima los del Córdoba B con publicidad de las bodegas de Paco Gómez, del Teatro Romano y los nombres de jugadores cartageneros tapados con cinta aislante. Y Mariano, Diego Segura y Antoñito con tarjeta de visita amarilla y baja por sanción para el próximo en La Línea. Y los aficionados felices y contentos y soñando con ese palomo que esta tarde, además del 4-1, han visto rasear por el césped del Cartagonova como si buscara la llave olvidada.

La gente acudió al Cartagonova para ver a su equipo y por ver si divisaba a esos desconocidos compradores, que seguro han rondado por allí, y se quedaron, en parte, a la luna de Valencia. Vieron ganar a su equipo pero a los otros, ni los vieron, aunque pienso que pudimos tropezarnos con ellos y no darnos cuenta. Lo que si se vio fue esa pancarta, allá en el fondo norte, en contra de la posible vuelta de Paco López y cómo declarándole persona no grata en el Cartagonova. Cosas de ser “el hijo del Chusco”. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 2/23: ante diem septimum Kalendas Martias. Nº 322

Esta foto tiene guasa y tendrá historia. No es el FC Cartagena, es el Córdoba B

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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