domingo, 16 de noviembre de 2014





El Icue y…Ole, ole, ole! Gato y Pallarés!

“No hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto dirigirse”. (Schopenhauer)

Decía Simón al terminar el partido de Lucena: "No estoy de acuerdo con que se diga hoy por lo que se hizo aquí, que somos un equipo mediocre. No admito la palabra mediocre. Somos un equipo nuevo, con un proyecto nuevo como sabe nuestra afición, a largo plazo, y se va creciendo". Y en el mismo lugar Sebas Ribas, el hijo, manifestaba: "Ahora nos toca trabajar para preparar esta nueva salida. Ganar allí sería un buen balance en el global de estos dos desplazamientos. Vamos otra vez a un campo de césped sintético pero nosotros estamos en el buen camino".

Pues miren ustedes, señores Ruiz y Ribas, acertaron, este equipo, aún a regañadientes, algo creció esta mañana, ha comenzado a andar, ha dejado de estar como estancado y ha conseguido su segunda victoria y las dos en campos contrarios. Y, señor Ribas junior, por fin, aún con el beneplácito de Savu, este equipo parece arrancar el camino de la buena senda. Eso sí, la buena senda vino jugando Gato por delante de Ribas, convenciendo y siendo sustituido en su mejor momento del partido por Pallarés para marcar entre los dos ese 0-2 de la victoria cartagenera que, de haber fallado, se hubiera armado lo que no está en los escritos. El Icue, amigo Simón, está en desacuerdo con usted, si se atiene a la definición de mediocre que da el DRAE, en muchas cosas pero, fundamentalmente, en que este equipo está dirigido, en lo deportivo, en lo humano y también en lo divino, muy mediocremente. El Icue sigue pensando que el staff técnico le falta algo de calidad, un poco de mérito y muy mucho de sapiencia y habilidad deportiva, aun siendo, en calidad futbolística de sus jugadores, un equipo tirando a bueno.
                                                                                                                                             
Al Icue, después de escuchar lo que salía de las ondas, y ante la situación de este 0-2 se le ocurre lo siguiente: fue Guiseppe Tomás di Lampedusa autor de la excepcional novela "El Gato Pardo", quien en la memorable versión cinematográfica de Luchino Visconti y ante la revolución que embargaba a la Italia de la reunificación, el que logra que uno de sus personajes dijera aquello de cambiar todo para que todo siga igual. Conoce el Icue que Lampedusa no compartía la idea de que era necesario que todo cambie para que todo siga igual. Y, ante la situación que constantemente muestra nuestro Cartagena, bueno sería que “los Javieres”, Gladiator, Simón Ruiz y hasta el Bomba también compartieran la idea, no del personaje de Lampedusa, sino la del propio autor de la novela.

Piensa el Icue esta mañana que nada es ni será igual en el FC Cartagena después de la respiración asistida prestada en Arroyo de La Luz. Lo de esta mañana, quiere el Icue pensar, ha sido el principio de un bien muy gratificante, para una etapa prodigiosa, y ese cambio, esta vez sí puede servir para que todo cambie. Ya está ahí y es su principal y perentorio desafío. Pero, arránquense el velo de sus ojos, nuestro club necesita de una transformación profunda y la victoria de esta mañana debe ser el principio, porque ya no se trata de administrar, con criterio y cautela, lo heredado, no queda nada que administrar, sino de crear, de alumbrar con audacia una manera de jugar, un manejar la situación, de adecuar un modelo a las características propias de estos jóvenes futbolistas ante lo que resta de Liga con decisiones que pueden resultar acertadísimas, dejando de escuchar a esa corte de mariachis y palmeros que desde un digital deportivo suelen batirles las palmas.


El Icue reflexiona que con este resultado retornan y reaparecen los llamados resultadistas, esa cofradía de simpatizantes que hacen gala de que en la competición sólo importa el fondo, es decir, el resultado final. Las formas son una entelequia o, en el mejor de los casos, un efecto secundario del que se apropian sistemáticamente los cursis y los cuentistas. Aunque nunca se han tomado la molestia de explicar sus teorías, conviene rechazar sus razones. Es cierto que perder es fracasar y que en la victoria y la derrota caben emociones cuyo valor se registra en el estado de ánimo. Hay que concederles, además, otro beneficio: si bien algunos equipos, precisamente los más débiles, sólo miden su rendimiento en el marcador, nadie puede reprocharles que acepten cualquier camino y justifiquen cualquier procedimiento para alcanzarlo. Aprovechar alguna ventajilla ocasional, ya sea una jugada de laboratorio o un golpe de suerte, es el derecho indiscutible de quienes carecen de los recursos del campeón.

Para los resultadistas, el FC Cartagena hasta hoy es, mal que nos pese, el equipo que en La Liga 2014-2015, era ese chusquero de moda que enganchando siete puntos de nueve, se reafirma, nos venden el encanto de bostezar y vuelven a insistir en que sólo hay dos tipos de juego: uno feo, pero práctico, y otro vistoso, pero inútil. Esos resultadistas olvidan que el fútbol de esta 2ª B es un juego que carece de espectáculo, y que un espectáculo puede ser cualquier cosa, salvo aburrido. El aburrimiento, para el que lo trabaja.

El partido de esta mañana, otra mañana de luz otoñal, ha sido, aun ganando, la vuelta de tuerca a ese principio del cambio. De su velocidad y criterio darán respuesta los resultados. El FC Cartagena se encuentra ante el mayor reto de su historia, corta historia, por cierto. Ójala los caprichosos y redondos dioses del balón le sean favorables. Es la hora de los valientes. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 11/16: ante diem sextum decimum Kalendas Decembres. Nº 349. 

 Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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