domingo, 2 de noviembre de 2014





El Icue y…los primeros zarazos de noviembre

“Cuando comencemos a ganar partidos le daremos al empate de hoy el valor que tiene”. 

Pues va a ser que sí, hoy sí…al sexto se gana en casa. Y habrá que darle la razón a D. Simón Ruiz Díaz al manifestar aquello de: “Cuando comencemos a ganar partidos le daremos al empate de hoy el valor que tiene”. El Icue, no le duelen prendas y le reconoce a Simón el valor que tuvo al pronunciarlas. Y hoy ha sido el día, al comienzo del mes de noviembre, en el día de difuntos, ¡ay qué alegría!, y en la undécima jornada, sexta en el Cartagonova de La Liga 2014-2015.

El viernes, cuando la rueda de prensa de “los Javieres”, el Icue no estaba en Cartagena y bien que lo siente. No pudo presenciar el penoso “chou” que montaron, dos aficionados metidos a esto del fútbol profesional cartagenero. Aquello, lo he escuchado varias veces, convendrán con el Icue, no fue una rueda de prensa al uso, sino un mediocre monólogo de comedia truculenta, que no divertida, de dos ¿directivos? que llevan nueve meses por las dependencias del Cartagonova deseando cotizarse al alza, queriendo generarse popularidad y deseando aparecer como profesionales en esto del fútbol de élite. Y no, “Javieres”, a ustedes les falta mucho para poseer, en esencia, un caché de altura en esto del fútbol y más cuando, sin importarles lo más mínimo se pusieron a tirar por los suelos el trabajo de algún periodista riguroso y de carrera poniéndose la venda antes de la herida. Y es que, no me duelen prendas. El Icue les recuerda que ustedes, el otro día, debieron hablar para gente honrada y no para piratas del Caribe, ni para plumillas, que se creen Capote redivivos, y sí debieron hacerlo para algún periodista con mayúsculas que en la sala estaba. Pero dejemos esto, tiempo habrá de volver y demostrar, hay pistas, las contradicciones que se llevan entre manos estos dos ¿directivos con solvencia de Sporto Gol Man? Ahora vayamos al partido que comenzó con la retirada, por la seguridad del estadio, de una pancarta que solamente venía a decir, todos la leímos: “Sporto, basta, no más chapuzas”.



Esta tarde, primer domingo de noviembre, me he acercado hasta el estadio, me he sentado en mi butaca del lateral Rambla y me he puesto a comentar con mi amigo, ese que siempre acompaña al Icue cuando anda por estos pagos, lo sucedido en nuestro ir hacia el estadio: Se encontraba el Icue haciendo hora en la terraza de un bar muy efesemaníaco y muy atlético de la alameda de San Antón cuando en una conversación de la mesa de al lado escuchamos: “la esperanza de que las cosas puedan cambiar en este club se vuelven poco a poco una quimera”. El efesemaníaco soltó la frase a voz en grito y la vertió tal cual como esgrimiéndola en un establecimiento público para que todos la escucháramos. Y así la cosa, reanudamos la marcha hacia el estadio intentando rescatar para evocar, aun siendo un iluso,  aquellos versos del poeta: “A menudo he pensado en otra historia / distinta y menos simple, en otra España”.

Pero esta tarde si ha podido ser y ha sido con dos zarazos; uno el primero con gol de Prosi, minuto 20 de la primera parte y en la mejor jugada del Efesé, que yo recuerde, trenzada en el Cartagonova entre Germán, Carlos Martínez y el testarazo de Proxi; el segundo, minuto 84, golazo de Chus Hevia, se lo merecía. Gato se internó por banda, la pasó a Ribas, se la puso a Chus Hevia y éste, en un golazo, colocó en el marcador el que suponía el segundo gol, 2 – 1, y la primera victoria del Cartagena en casa. Si el partido de la pasada semana contra el Palo fue un partido de gañafones, el de hoy ha sido un partido de zarazos. Zarazo es una expresión, siempre me ha gustado, con la que denominan en mi comunidad de origen, o por lo menos en algunas zonas de ella, a esas violentas rachas de viento y lluvia que acompañan habitualmente la transición del otoño al invierno: zarazos de noviembre. Aunque el RAE la incluye y la define y la aplica al fruto que aún no está maduro. Pues bien, tómese como se tome, este equipo, nuestro FC Cartagena, esta tarde de día de Difuntos ha sido un equipo zarazo, sin haber entrado todavía en sazón, funcionando a rachas, con tesón como deseando querer salir de esta transición que comenzó cuando el Paloma voló hasta que los del Gol Man llegaron.


Aun no siendo un gran partido, al Icue le ha parecido mediocre y con carencias, hemos visto a un equipo cambiado y como si después del “chou” de “los Javieres”, hubieran espabilado al cambiar los electrolitos de la bebida milagrosa por litros de estimulación. Esta tarde este equipo no me ha parecido un equipo somnoliento y sí espabilado, a pesar de que en algunos tramos los haya visto mal físicamente lentos y sin tener fuerzas para ponerse delante de Mateo. Y hasta ha habido un momento, cuando Canario, jugador linense, trinó para marcar su golito, cuando mis dulces sueños, si los tuve, se tornaron en cruentas y demenciales pesadillas. Y además miré hacia las Casas de Apuestas y comprobé que pagaban 0€ por el empate de nuestro Cartagena. Y en estas llegó el descanso, me tomé una cantidad ingente de poleo-menta y desperté, también el equipo que no deseaba un empate más, ni mucho menos una derrota. 


Fue entonces cuando no quise pensar que podía mascarse el enojo, al no existir el juego atrevido de los blanquinegros. Ni tampoco fue presagio que el hoy entrenador: el Bomba Cáceres, acertase con los cambios introducidos en la alineación dando entrada desde el principio a Arcas, Chus Hevia y Proxi en lugar de los fijos Pallarés y Luque. Ni tampoco fue presagio que hoy Sebas Ribas no fuese capaz de controlar al travieso esférico en ese césped verde y maravilloso que hoy lucía el Cartagonova. Y, al final, querido Icue, todo se recompuso aunque fuese con ese pedazo y fantástico golazo de Chus Hevia.

Hasta otra amigo Icue. Ya en casa, pienso y escribo esto en el día de difuntos, un día apacible, sin violentas rachas de viento y lluvia que puedan batir las calles de mi ciudad y los cimientos de mi entrañable equipo de fútbol como si fueran a terminar con él, pero con dos zarazos de resurrección en noviembre. Quisiera el Icue que las convulsiones, de todo tipo, por las que está pasando el Efesé fuesen cortas y, a lo sumo, intermitentes y en seguida dejasen paso a momentos de tranquilidad presididos por el arco iris o por un sol lavado y limpio que anuncie la primavera que todavía queda para que llegue. Parece va a ser que sí, como el resultado de esta tarde. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde el “Rincón del Icue”. Dies 11/2: ante diem quartum Nonas Novembres. Nº 347.  

Texto El Rincón del Icue. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

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