Fue y sucedió en La Roda, temporada 2012-2013, al poco tiempo de
que se cambiasen de hora los relojes. El FC Cartagena ganó y todavía gobernaba
la nave cartagenera el hombre de las lucientes camisas: José Francisco Grao “Pato”.
Si esta tarde Mariano Sánchez no va ni convocado para jugar en la ciudad rodense,
hace año y medio lo convocaron por primera vez en esa temporada 2012-2013. Son
cosas del fútbol. Y si entonces el centro del campo cartagenerista era dirigido
por un jugador excepcional como es Diego Segura, hoy se ha quedado en Cartagena
para escucharlo tomando el sol desde alguna de las calas cartageneras.
Así fue y así se lo contamos y hoy lo recordamos. Veremos que
pasa esta tarde.
UN RINCÓN PARA DOCE. Pedro Roberto
El Icue y…con los ojos abiertos
Domingo,
04 de noviembre de 2012
“Quien tiene la voluntad, tiene la fuerza”. (Menandro)
Querido Icue me han gustado, y mucho, las continuas
eufóricas expresiones que, en los días anteriores al partido a disputar en el
campo municipal de deportes en La Roda, fueron brotando, estamos en año fértil
de hongos, a lo largo de todas esas redes sociales y en algún medio digital
como el nuestro.
Frases como, “Mañana
excursión y a por tres puntos a tierras manchegas”; “A demostrarlo y a tapar
bocas en La Roda”; “El FC Cartagena ganará en La Roda y seguirá el primero” y
“A mojarnos, a pasar algo de frío y a vencer holgadamente a los manchegos”,
llevan al Icue a hacer bueno el refrán, terroríficamente castellano y
representativamente cartagenero, que dice aquello de que “por la boca muere el
pez”. Efectivamente. Algunos, como dicen en mi tierra, bocarranas, no solo
deben quedar silenciosamente muertos en el habla, sino que el resultado de ayer
de nuestro Cartagena les ha partido la boca, desparramándola por la campiña
manchega en tres pedazos.
El FC Cartagena, que, en la tarde de ayer, fue de
humilde y no de presumido, que presumió no de chulería, sino de gallardía se
las dio con queso a ese simpático y no tan novato La Roda CF que “pace” por
esas tierras manchegas criadoras del mejor de los naterones. Después de esto,
algunos, está claro, en lo que respecta a las interioridades del Efesé, han
mostrado su ceguera y habrá que decirles como dijo aquella “tú calladito”, sí,
sí, calladito, humilde y con los ojos abiertos.
Sabes Icue que muchas mañanas uno piensa, hoy es una
de ellas, que la vida no es un detrito y que no es bueno quedarse en la cama
con la boca cerrada. Debemos abrir los ojos, vestirnos e intentar cantar los
sentimientos del partido de ayer frente a la taza de café. Sí, es verdad que la
vida no es un asco y que en el vestuario del Cartagonova no hay turbulencias,
ni el equipo está mayor, ni les falta olfato de gol, lo tenía antes y lo siguió
teniendo ayer, ni carece piernas, ni carece de sana y completa dentadura para
morder en cualquier campo de fútbol de pueblo o de ciudad, seco o mojado,
natural o artificial. ¡Ah!, y todavía tiene pulso, a pesar del encallamiento en
jornadas anteriores. ¿De quién es la culpa? De Pato, de su cambio de sistema y
de todos sus hombres. Han abierto los ojos y despertaron.
Tú, amigo Icue, bien sabes que el escribidor no va a
esconder su verbo bajo el césped esperando que transcurran jornadas tras
jornadas manifestando: que todavía hay tiempo; que esto va por rachas y aquello
de que después de la tormenta siempre hay un descampado. Siempre contará las
verdades al barquero Caronte como si fuesen sus sentimientos. Sí, ya sabes que
tenía enormes ganas y estaba muy esperanzado de que cambiase, no la suerte,
ésta era medianamente favorable, y sí la actitud y las ganas de los futbolistas
de la plantilla cartagenerista para aceptar y cumplir la táctica y estrategia
dictada por su técnico, tratando de corregir algunas cosas que sí merecen la
pena para lograr el objetivo del ascenso.
Al Icue, a la efesemanía y al escribidor les pasa lo
mismo que a Woody Allen en Manhattan cuando le abandonó aquella adolescente de
la que se había enamorado: que si
tuviera que dejar hoy este mundo, lamentaría perderse el próximo ascenso
cartagenerista; las películas de John Ford; el arroz con bogavante del restaurante
“El Hijo del Rubio”, aquí en Lo Pagán; las canciones de los Ángeles Negros; la
llegada de las primeras nieves de invierno y poder plasmar, para La Medusa, las
notas que tengo apuntadas en ese cuaderno de campo depositado sobre la mesilla.
¡Alégrate Icue, de cómo jugó ayer nuestro Cartagena! Sí, ya sé que nuestro
equipo tiene limitaciones, también virtudes que el tiempo ya va aflorando. ¡Ay,
piensa en aquellos últimos días de septiembre, cuando la berrea del ciervo, en
que todo era gloria y felicidad, Ay!
El escribidor, que en alguna ocasión hizo el
trayecto Cartagena -Madrid, pasando y repostando en La Roda, recuerda hoy como
el paisaje manchego se extendía ante sus ojos a la otra parte de la ventanilla
mientras me acercaba a esa ciudad en medio de la nada que es Albacete, camino
de esa otra ciudad, en medio de sí misma, que es Madrid. Nuestro Cartagena no
es un equipo en medio de la nada. No. Es un equipo que con altibajos se
mantendrá en lo más alto de la clasificación para untarles los morros a algún
petardo, quemasangre dicen ustedes, con algún queso, aunque sea manchego como
el de ayer. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 11/5: Nonae
Novembres. Nº 263.
http://lamedusapaca.blogspot.com.
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